“LA GENTE LO ANDABA BUSCANDO”
Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS
Animación a la lectura
PALABRA DE DIOS
5 minutos en nuestro "día a día"
(Clic en los textos para leer)
1 Corintios 3, 1-9 |
Salmos 32 |
DÍA 4 SEPTIEMBRE CICLO -B
Si
nos situamos en el tiempo en que Jesús salió de Nazaret, vemos que dejó a su Madre y empezó su camino mesiánico.
Jesús
fue revelando y manifestándose como Mesías durante los tres
últimos años de su estancia humana con
nosotros.
Ayer
vimos que fueron sus coetáneos los primeros en saberlo, y también muy pronto, el Evangelio de Juan nos dice que, la Samaritana, una mujer pagana, es la que recibe la máxima revelación cuando ella le dice que “el Mesías lo aclararía todo” y Jesús le
contesta “Yo soy, el que habla contigo” manifestando cómo iba a ser su vida y su mesianismo.
Jesús, tratando
a solas con el Padre, iba conociendo su
voluntad a través de la cotidianidad de la vida en su “casa”.
Decía
ayer
que “Dios nos dé la Gracia de entender
la lógica de su revelación para ver que, no es diferente la
situación actual de la de su Presencia como Cristo, Dios y Hombre verdadero en
su tiempo.
Dios
se revela a todos, pero no todos
estamos dispuestos a aceptar a Dios.
Los
pobres,
que
experimentaban su Bien en su vida, eran
los que le seguían; exactamente como hoy.
Los
sabios y entendidos, o
no le necesitan o bien acomodados a su riqueza
material o espiritual no experimentan el Bien divino. Y las religiones tienen sus dioses y su manera de vivir, su culto y
su fe.
Ayer
y hoy,
quienes
encuentran verdaderamente a Dios en Cristo, no sólo no le dejan, sino que, heridos por la herida del Amor divino, lo andan buscando e intentan retenerlo hasta que entienden que, Dios
habita en ellos en espíritu y en la presencia real del prójimo.
Son
los que,
ayer y hoy, han entendido la lógica de revelarse Dios, empezando por reconocer que, ha sido en su pobreza donde Jesús les ha manifestado su Presencia para no ausentarse jamás.
Jesús
enseñaba en las sinagogas y le entendían los que apreciaban un lenguaje y una forma de ser diferente
a los Maestros.
Curaba a los que acudían a
Él
con dos intenciones claras,
1. reconociendo su enfermedad física o
espiritual y
2. con
fe y plena confianza.
Éstos,
ayer y hoy, son los que creen en Jesús y por Él, en el único y verdadero Dios, como Padre que nos hermana
en su Hijo.
Jesús
se acercaba a los enfermos.
“La suegra de Simón
estaba con fiebre muy alta y le pidieron que hiciera algo por ella”
Él, de pie a su lado increpó
a la fiebre…
Al
ponerse el sol, los que tenían enfermos…,
se los llevaban… y
Él, poniendo la mano sobre cada uno de
ellos, los curaba.
F. Allara
SANTOAL DEL DÍA
DIOS FIEL
PERO COMO ES POSIBLE...
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