EN NAÍN LE DIJO JESÚS
A UNA MUJER: “NO LLORES”
Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS
Animación a la lectura
PALABRA DE DIOS
5 minutos en nuestro "día a día"
(Clic en los textos para leer)
1 Corintios 12, 12-14.27-31
Salmos 99
Lucas 7, 11-17
DÍA 17 SEPTIEMBRE CICLO -B
Jesús vive, resucitó al tercer día.
Fe
es aceptar que Dios existe y, aceptarlo tal cual nos lo ha
dicho con sus gestos de Amor por nosotros.
Otra
cosa es entrar en diálogo de formación para
saber cómo ha llegado a nosotros su Vida y su Palabra. Esto es
formación; pero la fe no se queda en “la letra”.
Aceptar
el don de la fe comienza por dar gracias y abrir confiado el corazón.
Cristo
vive
y, lo que proclamamos, rezamos y celebramos lo tenemos que vivir en presente, contemplando sus actos y
escuchando sus palabras como dichas en nuestro momento.
Lo
de Naín fue ayer.
“Iba Jesús camino de una ciudad llamada Naín”
Sacaban
a enterrar a un muerto, hijo único de su madre viuda.
La
situación de una mujer viuda, en su tiempo, era de miseria. Por esto Jesús repetía
muchas veces ayudar a las viudas y a los huérfanos, porque la mujer dependía
de su marido, y viuda era desconsiderada y abandonada.
“Al verlo el Señor le dio lástima y le dijo: “No llores”
Se
acercó al ataúd y tocó al muerto. Jesús no tenía temor a contaminarse.
“Muchacho, a ti te lo digo, levántate”
Jesús
no vino a sanar todas las enfermedades ni a volver a la vida a todos los
muertos en su tiempo. Lo que dijo e hizo
fue demostrar que tenía poder sobre la vida, la muerte y sobre la Ley,
que superaba con Amor.
Dios
en Cristo lo que tenía que hacer lo hizo, y esto es lo que hemos de aceptar
cuando nos ofrece creerlo y amarlo.
Ha
venido a dar respuesta, que nada ni nadie puede dar, a los interrogantes del ser humano, y a
liberar nuestra libertad para poder vencer, en vida, el pecado y la muerte.
Un
creyente bautizado vive, en Cristo, resucitado.
¡Cuántos
padres entierran hoy a sus hijos!
¡Vivimos
en nuestra carne cada día el dolor del adiós de seres amados!
Jesús
sigue teniendo compasión de todos y de cada uno de los seres
humanos que sufren por cualquier causa, y sigue diciendo a todo corazón: “No llores”
Aunque no vuelva a la vida a los muertos, ni
la salud a los enfermos, porque su palabra: “Levántate, a ti te lo digo” es actual, y la vida que nos regaló al
nacer no muere. La creo inmortal
para gozar de lo eterno.
· Fe es creer que no morimos,
aunque pasemos por la muerte física.
· Fe es oír decir muy cerca a Jesús en la
noche del dolor:
“No llores”.
La
fe no borra los sentimientos del corazón cuando se sufre la pérdida de un ser
amado,
La Presencia
viva de Jesús llena de Luz el alma que llora.
La
fe en el único Dios hace lo que no es capaz la razón ni la ciencia;
sin embargo, su Luz, no puede iluminar el hogar que permanece cerrado.
Puede
que algún milagro haga que demos gloria a Dios.
Vivir con esperanza de no morir es el mayor regalo del Dios fiel resucitado.
F.
Allara
SANTORAL DEL DÍA
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