lunes, 16 de septiembre de 2024

 EN NAÍN LE DIJO JESÚS 

A UNA MUJER: “NO LLORES”

Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS

Fray Federico Allara O.F.M

Animación a la lectura 

PALABRA DE DIOS

5 minutos en nuestro "día a día"

(Clic en los textos para leer) 

1 Corintios 12, 12-14.27-31

Salmos 99

Lucas 7, 11-17

Jesús resucita al hijo de una viuda
11 Después de esto se dirigió Jesús a un pueblo llamado Naín. Iba acompañado de sus discípulos y de mucha otra gente. 12 Al acercarse al pueblo vio que llevaban a enterrar a un muerto, hijo único de su madre, que era viuda. Mucha gente del pueblo la acompañaba. 13 Al verla, el Señor tuvo compasión de ella y le dijo:
–No llores.
14 En seguida se acercó y tocó la camilla, y los que la llevaban se detuvieron. Jesús dijo al muerto:
–Muchacho, a ti te digo, ¡levántate!
15 Entonces el muerto se sentó y comenzó a hablar, y Jesús se lo entregó a la madre. 16 Al ver esto, todos tuvieron miedo y comenzaron a alabar a Dios diciendo:
–Un gran profeta ha aparecido entre nosotros.
También decían:
–Dios ha venido a ayudar a su pueblo.
17 Y por toda Judea y sus alrededores corrió la noticia de lo que había hecho Jesús.

DÍA 17 SEPTIEMBRE  CICLO  -B

Jesús vive, resucitó al tercer día.

Fe es aceptar que Dios existe y, aceptarlo tal cual nos lo ha dicho con sus gestos de Amor por nosotros.

Otra cosa es entrar en diálogo de formación para saber cómo ha llegado a nosotros su Vida y su Palabra. Esto es formación; pero la fe no se queda en “la letra”.

Aceptar el don de la fe comienza por dar gracias y abrir confiado el corazón.

Cristo vive y, lo que proclamamos, rezamos y celebramos lo tenemos que vivir en presente, contemplando sus actos y escuchando sus palabras como dichas en nuestro momento.

Lo de Naín fue ayer.

Iba Jesús camino de una ciudad llamada Naín”

Sacaban a enterrar a un muerto, hijo único de su madre viuda.

La situación de una mujer viuda, en su tiempo, era de miseria. Por esto Jesús repetía muchas veces ayudar a las viudas y a los huérfanos, porque la mujer dependía de su marido, y viuda era desconsiderada y abandonada.

“Al verlo el Señor le dio lástima y le dijo: “No llores”

Se acercó al ataúd y tocó al muerto. Jesús no tenía temor a contaminarse.

“Muchacho, a ti te lo digo, levántate”

Jesús no vino a sanar todas las enfermedades ni a volver a la vida a todos los muertos en su tiempo. Lo que dijo e hizo fue demostrar que tenía poder sobre la vida, la muerte y sobre la Ley, que superaba con Amor.

Dios en Cristo lo que tenía que hacer lo hizo, y esto es lo que hemos de aceptar cuando nos ofrece creerlo y amarlo.

Ha venido a dar respuesta, que nada ni nadie puede dar, a los interrogantes del ser humano, y a liberar nuestra libertad para poder vencer, en vida, el pecado y la muerte.

Un creyente bautizado vive, en Cristo, resucitado.

¡Cuántos padres entierran hoy a sus hijos!

¡Vivimos en nuestra carne cada día el dolor del adiós de seres amados!

Jesús sigue teniendo compasión de todos y de cada uno de los seres humanos que sufren por cualquier causa, y sigue diciendo a todo corazón:  “No llores”

 Aunque no vuelva a la vida a los muertos, ni la salud a los enfermos, porque su palabra: “Levántate, a ti te lo digo” es actual, y la vida que nos regaló al nacer no muere. La creo inmortal para gozar de lo eterno.

·       Fe es creer que no morimos, aunque pasemos por la muerte física.

·       Fe es oír decir muy cerca a Jesús en la noche del dolor:No llores”.

La fe no borra los sentimientos del corazón cuando se sufre la pérdida de un ser amado,

La Presencia viva de Jesús llena de Luz el alma que llora.

La fe en el único Dios hace lo que no es capaz la razón ni la ciencia; sin embargo, su Luz, no puede iluminar el hogar que permanece cerrado.

Puede que algún milagro haga que demos gloria a Dios.

Vivir con esperanza de no morir es el mayor regalo del Dios fiel resucitado. 

F. Allara


SANTORAL DEL DÍA

SANTA HILDEGARDA DE BINGEN, 

virgen y doctora de la Igesia

s. Roberto Bellarmino, 




CONFÍA




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