SÓLO DIOS SABE CUANDO LLAMA
Meditación-Oración de la PALABRA DE DIA
Fray Federico Animación a la lectura
PALABRA DE DIOS
5 minutos en nuestro "día a día"
(Clic en los textos para leer)
Ezequiel 34,1-11 |
Mateo 20, 1-16
DÍ 21 AGOSTO CICLO -B
Mt
20,1-16
Otra
parábola de Jesús revelando su
Justicia,
que es una provocación para los que
nada entienden de la verdad de su amor; porque desde el Dios revelado todo gira referido
al amor, a su Amor.
Poco
o nada entendemos del verdadero Dios “cuando sólo le pensamos”; porque conocerle es amarle y, así entramos en el entendimiento de
su Vida.
La
parábola no se refiere a un contrato de trabajo, sino a la llamada que Dios hace a todos
y cada uno con el fin de alcanzar la salvación.
“Un propietario al
amanecer salió a contratar jornaleros para su viña”
La
primera cuestión de fe es creer que estamos en una tierra contratados, es decir, que no somos propietarios.
Muchos
se consideran dueños de la tierra que
pisan y de sus vidas.
No
se detienen a pensar de quién la han
heredado y de dónde procede su vida.
Lógicamente
no son agradecidos a nadie desde la vanidad de ser propietarios, ni necesitan que el Dios verdadero les llame a la salvación.
A
los que llamó de la parábola ajustaron, mutuamente,
recibir un denario.
“Salió otra vez a media
mañana… Id también vosotros a mi viña y os pagaré lo debido”
Dios,
que nos ha regalado la vida y la tierra que pisamos, se considera deudor de las
vidas que responden a su contrato por
considerar que, los que han creído, son
jornaleros de su viña y merecen su debido
salario.
Los
hijos debemos ser agradecidos a nuestros padres. Ellos sienten la
responsabilidad de proteger nuestras vidas dándonos lo
necesario, para nuestro desarrollo integral, en la medida que pueden hacerlo. Es un acto continuo de su amor de padres y,
el nuestro, una actitud de agradecimiento. ¡Cuántos no pueden atender las necesidades de sus hijos,
amando tal vez mucho más!
¡Cuántos
hijos han llegado a ser importantes, humanamente, gracias a las manos heridas
de sus padres!. No se les ha considerado ni
mostrado un verdadero agradecimiento aceptando lo que son y creen.
“Salió de nuevo a media
tarde e hizo lo mismo”
Al
terminar el día mandó pagar a cada uno empezando por los últimos, que también recibieron
un denario como los primeros
contratados.
Los
primeros, esperando recibir más, “se pusieron a protestar”
Salvarse
no es llegar a una inmortalidad subjetiva y valorada desde lo que el mundo nos
puede considerar.
Salvarse es llegar a la inmortalidad que sólo
Dios nos puede ofrecer, porque sólo Él es eterno y, ¡felices si somos llamados desde el amanecer!
Si creemos, deseamos que todos lleguemos a la salvación gratuita.
¿Quiénes
somos los últimos llamados?
Desde
el amor y la fe se entiende la parábola, y que los últimos vivan la misma gratuidad.
F.
Allara
SANTORAL DEL DÍA
ATTENDE DOMINE...
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