martes, 20 de agosto de 2024

SÓLO DIOS SABE CUANDO LLAMA

Meditación-Oración de la PALABRA DE DIA

Fray Federico Animación a la lectura

PALABRA DE DIOS

5 minutos en nuestro "día a día"

(Clic en los textos para leer)  

Ezequiel 34,1-11

Salmos 22

Mateo 20, 1-16

Parábola de los trabajadores de la viña
“El reino de los cielos se puede comparar al dueño de una finca que salió muy de mañana a contratar trabajadores para su viña. Acordó con ellos pagarles el salario de un día y los mandó a trabajar a su viña. Volvió a salir sobre las nueve de la mañana y vio a otros que estaban en la plaza, desocupados. Les dijo: ‘Id también vosotros a trabajar a mi viña. Os daré lo que sea justo.’ Y ellos fueron. El dueño salió de nuevo hacia el mediodía, y otra vez a las tres de la tarde, e hizo lo mismo. Alrededor de las cinco de la tarde volvió a la plaza y encontró a otros desocupados. Les preguntó: ‘¿Por qué estáis aquí todo el día, sin trabajar?’ Le contestaron: ‘Porque nadie nos ha contratado.’ Entonces les dijo: ‘Id también vosotros a trabajar a mi viña.’
“Cuando llegó la noche, el dueño dijo al encargado del trabajo: ‘Llama a los trabajadores, y págales empezando por los últimos y terminando por los primeros.’ Se presentaron, pues, los que habían entrado a trabajar alrededor de las cinco de la tarde, y cada uno recibió el salario completo de un día. 10 Cuando les tocó el turno a los que habían entrado primero, pensaron que recibirían más; pero cada uno de ellos recibió también el salario de un día. 11 Al cobrarlo, comenzaron a murmurar contra el dueño. 12 Decían: ‘A estos, que llegaron al final y trabajaron solamente una hora, les has pagado igual que a nosotros, que hemos soportado el trabajo y el calor de todo el día.’ 13 Pero el dueño contestó a uno de ellos: ‘Amigo, no te estoy tratando injustamente. ¿Acaso no acordaste conmigo recibir el salario de un día? 14 Pues toma tu paga y vete. Si a mí me parece bien dar a este que entró a trabajar al final lo mismo que te doy a ti, 15 es porque tengo el derecho de hacer lo que quiera con mi dinero. ¿O quizá te da envidia el que yo sea bondadoso?’
16 “De modo que los que ahora son los últimos, serán los primeros; y los que ahora son los primeros, serán los últimos.”

DÍ 21 AGOSTO  CICLO  -B


Mt 20,1-16

 

Otra parábola de Jesús revelando su Justicia, que es una provocación para los que nada entienden de la verdad de su amor; porque desde el Dios revelado todo gira referido al amor, a su Amor.

Poco o nada entendemos del verdadero Dios “cuando sólo le pensamos”; porque conocerle es amarle y, así entramos en el entendimiento de su Vida.

La parábola no se refiere a un contrato de trabajo, sino a la llamada que Dios hace a todos y cada uno con el fin de alcanzar la salvación.

“Un propietario al amanecer salió a contratar jornaleros para su viña”

La primera cuestión de fe es creer que estamos en una tierra contratados, es decir, que no somos propietarios.

Muchos se consideran dueños de la tierra que pisan y de sus vidas.

No se detienen a pensar de quién la han heredado y de dónde procede su vida.

Lógicamente no son agradecidos a nadie desde la vanidad de ser propietarios, ni necesitan que el Dios verdadero les llame a la salvación.

A los que llamó de la parábola ajustaron, mutuamente, recibir un denario.

“Salió otra vez a media mañana Id también vosotros a mi viña y os pagaré lo debido”

Dios, que nos ha regalado la vida y la tierra que pisamos, se considera deudor de las vidas que responden a su contrato por considerar que, los que han creído, son jornaleros de su viña y merecen su debido salario.

Los hijos debemos ser agradecidos a nuestros padres. Ellos sienten la responsabilidad de proteger nuestras vidas dándonos lo necesario, para nuestro desarrollo integral, en la medida que pueden hacerlo. Es un acto continuo de su amor de padres y, el nuestro, una actitud de agradecimiento. ¡Cuántos no pueden atender las necesidades de sus hijos, amando tal vez mucho más!

¡Cuántos hijos han llegado a ser importantes, humanamente, gracias a las manos heridas de sus padres!. No se les ha considerado ni  mostrado un verdadero agradecimiento aceptando lo que son y creen.

“Salió de nuevo a media tarde e hizo lo mismo”

Al terminar el día mandó pagar a cada uno empezando por los últimos, que también recibieron un denario como los primeros contratados.

Los primeros, esperando recibir más, se pusieron a protestar

Salvarse no es llegar a una inmortalidad subjetiva y valorada desde lo que el mundo nos puede considerar.

Salvarse es llegar a la inmortalidad que sólo Dios nos puede ofrecer, porque sólo Él es eterno y, ¡felices si somos llamados desde el amanecer!

Si creemos, deseamos que todos lleguemos a la salvación gratuita.

¿Quiénes somos los últimos llamados?

Desde el amor y la fe se entiende la parábola, y que los últimos vivan la misma gratuidad.                  

F. Allara


SANTORAL DEL DÍA

s. Pio X, papa



ATTENDE DOMINE...





No hay comentarios: