JUAN BAUTISTA, EL HOMBRE MÁS
GRANDE, DICHO POR JESÚS
Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS
5 minutos en nuestro "día a día"
(Clic en los textos para leer)
1 Corintios 1, 1-9 |
Marcos 6,17-29
DÍA 29 AGOSTO CICLO -B
¡Cuánto
valoramos, desde la fe, las palabras de elogio dichas por Jesús!
¡Bienaventurados
los que escuchan su alabanza !
Natanael
fue presentado como un israelita
digno de tal nombre y, ¡no digamos la alabanza que reveló Jesús de Juan
Bautista!.
Tres
son las veces que la Iglesia celebra a Juan Bautista.
A
pesar de esto, vemos que el Evangelio es muy parco en palabras sobre él..
Nos
dice lo que nuestro espíritu necesita saber desde la fe, y nada más.
Los
Evangelios no son un libro de Jesús, sino el mismo Cristo.
Se
nos describen escuetamente dichos y
hechos desde su Encarnación.
En
la visita de María a su prima Isabel saltó de gozo Juan en las entrañas de su
madre.
Jesús
y Juan Bautista eran parientes, pero ningún Evangelio
hace luego mención de este hecho; nos narran los avatares de sus vidas, que es
lo que nos interesa, para dejar que sea nuestro interior el que dialogue con
fe para crecer, sin
imaginaciones, desde lo que se nos da
para creer.
Juan
Bautista había entregado su vida por Jesús mucho antes que
Herodes entregara su cabeza a la hija de Herodías.
Herodes
no lo quería matar, aunque lo tenía
en prisión, porque sabía que era un
hombre justo y recto, lo miraba con respeto y lo protegía.
Cuando
lo escuchaba quedaba desconcertado, pero le gustaba escucharlo.
La
Verdad siempre se admira aun cuando no se siga.
Lo
absurdo
de los hombres que matan, física o espiritualmente al prójimo que molesta, está
en creer que, eliminando a los que viven y
hablan en verdad solucionan su
problema.
Su
obstinación les impide ver que,
· La Verdad es espiritual y que
está por encima de las personas que son testigos.
· La Verdad no muere y sigue viva
cada momento en que uno entra en su interior, del cual nadie se priva.
La
conciencia es una voz que procura nuestro bien; es
como la sombra que proyecta la Luz sin
que se pueda evitar.
¿Qué
pudo sentir Herodías con la cabeza de Juan en sus manos?
Cortar
cabezas, o cumplir juramentos por encima de la Verdad de Dios, es aumentar la complejidad del corazón y de la mente hasta el día de la
Misericordia divina, que obra la conversión, o permanecer en la rebeldía sin hallar salida a la vida presente y
futura.
“Al enterarse sus discípulos,
fueron a recoger el cadáver y le dieron sepultura"
¡Qué
diferencia espiritual entre los discípulos, que recogen el cadáver de Juan, que sigue siendo signo de vida y, Herodías, para quien tener para ella
la cabeza de Juan es signo de muerte, aunque le parezca un triunfo!
F. Allara
SANTORAL DE DÍA
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