domingo, 7 de julio de 2024

¡IMPÓN TU MANO, SEÑOR 

Y RENUEVA CON VIDA 

NUESTRO ESPÍRITU! 

 Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS

Fray Federico Allara O.F.M 


Animación a la lectura PALABRA DE DIOS

5 minutos en nuestro "día a día"

(Clic en los textos para leer)



Oseas 2,16.17-18.21-22

Salmos 144

Mateo 9,18-26

La hija de Jairo y la mujer enferma
(Mc 5.21-43; Lc 8.40-56)
18 Mientras Jesús les estaba hablando, llegó un jefe de los judíos, se arrodilló ante él y le dijo:
–Mi hija acaba de morir, pero si tú vienes y pones tu mano sobre ella, volverá a la vida.
19 Jesús se levantó, y acompañado de sus discípulos se fue con él. 20 Entonces una mujer que desde hacía doce años estaba enferma, con hemorragias, se acercó a Jesús por detrás y tocó el borde de su capa. 21 Porque pensaba: “Con solo tocar su capa quedaré sana.” 22 Pero Jesús, volviéndose, vio a la mujer y le dijo:
–Ánimo, hija, por tu fe has quedado sanada.
Y desde aquel momento quedó sana.
23 Cuando Jesús llegó a casa del jefe de los judíos, y vio a los músicos que estaban preparados para el entierro y a la gente que lloraba a gritos, 24 les dijo:
–Salid de aquí. La muchacha no está muerta, sino dormida.
La gente se burlaba de Jesús, 25 pero él los hizo salir; luego entró, tomó de la mano a la muchacha y ella se levantó. 26 Y por toda aquella región corrió la noticia de lo sucedido"


DÍA 8 JULIO   CICLO   -B

Que no nos distraiga la sutileza de buscar diferencias en la narración de los dichos y hechos de Jesús.

Abramos nuestro espíritu a lo nuevo que Jesús nos comunica cada día con su mensaje y las obras que realiza.

Es la manera de vivir abiertos a su enseñanza, que siempre es nueva para un espíritu que ama y se asombra que Dios le hable íntimamente.

“Mi hija acaba de morir. Pero ven tú, impón tu mano sobre ella y vivirá”

En este relato de Mateo nadie acude a decir al padre que “su hija ha muerto”. Este dato nos indica que, ante la muerte se pueden olvidar del Maestro.  

La frase es para ponerla en un cuadro y meditarla cada día:

Mi hija acaba de morir

¡Qué maravilloso!

Vivir la amargura de la muerte de una hija de doce años e ir al encuentro de Jesús en lugar de cerrarse en su desconsuelo y dolor. Y tal vez con sentimientos, más o menos inconscientes, de incomprensión, de duda y hasta de cierta rebeldía.

“Acudo a Ti con toda mi fe, “ven e impón la mano sobre ella”

El texto de ayer, con Jesús en la sinagoga de Nazaret, nos decía que no pudo hacer ningún milagro por falta de fe. Sólo impuso las manos para curar algún enfermo.

Este hombre importante que se presenta ante Jesús, nos dice el texto, “acudió con fe”; por esto, la imposición de manos sobre su hija no era para curarla, sino para que se diera el milagro.

“¡Ven Tú, impón tu mano sobre ella y vivirá!

Este es el milagro de la fe. Cambia, lo que es imposición de manos, en devolver a la vida por la fe de su padre ante su hija muerta.

Cuando Jesús llega a la casa, para imponer su mano sobre la niña muerta, “vio el alboroto de la gente y a los flautistas”

Es la actitud ante la muerte sin fe, o con la fe en una inmortalidad que ni el propio espíritu entiende ni se conforma; por esto se manifiesta un espíritu intranquilo, “alborotado”, ante la resignación de tener que morir.

“Dice Jesús: ¡Retiraos!”

Salir fuera es signo de los que, de alguna manera, “se ríen que diga que la niña no está muerta, sino que duerme”

La falta de libre opción aceptando el don de la fe -que es creer de verdad en el enviado por el Padre, que es Dios igual que Él-, es de alguna manera, estar fuera, no entender.

La razón no puede entender lo que no domina. Y la vida humana, con su muerte y esperanza de una inmortalidad real, no es de razón, sino de fe.

“Entró Jesús, cogió a la niña de la mano y ella se levantó”

Se dio el milagro como Buena Noticia para los que agradecen la fe.                    F. Allara


SANTORAL DEL DÍA

B. EUGENIO III, PAPA

(Clic en  el nombre)



TALITA KIM
A TI TE LO DIGO: ¡LEVÁNTATE!



TALITA KUM (LEVÁNTATE), TALITA KUM
TALITA KUM (LEVÁNTATE), TALITA KUM 
Si el miedo silencia tu vida  
durmiendo todos tus sueños 
 de un mundo justo y humano 
 en el que Jesús sea el centro. 
 Si el ruido ensordece tu oído 
 sin dejarte escuchar su Palabra, 
atrévete a ser tu mismo;
 Él toma tu mano y te alza. 
 Si envuelto en el ritmo diario 
 no aciertas a hallar su presencia 
 recuerda que habita en ti mismo, 
 Él sana tu herida y te alienta.





No hay comentarios: