LOS RICOS SOMOS LOS QUE
HACEMOS MUCHAS PREGUNTAS
Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS
5 minutos en nuestro "día a día"
(Clic en los textos para leer)
2 Pedro 3, 12-15.17-18
Salmos 89 |
Marcos 12,13-17
La cuestión de los impuestos
(Mt 22.15-22; Lc 20.20-26)
DÍA 4 JUNIO CICLO -B
Cuando
se es pobre de verdad,
en todos los aspectos, no hay más tiempo que el de buscar el modo de subsistir;
y cuanta más es la pobreza -lo vemos en los que amanecen sin pan, sin hallarlo
al anochecer-, llegan a un estado de
cierta mística vivencial, que
muchos contemplan como incapacidad, cuando somos nosotros responsables por
estar más capacitados.
Mística, en el sentido de semejanza
a la voluntaria pasividad de la aceptación de la realidad.
Como el místico
que vive de Dios, de quien recibe
esta forma de pan por el que no le
damos nosotros otro, abrazándolo en su
silencio. Mientras, el sabio piensa que
Dios nada hace por él.
Por
esto, en aquel tiempo, los
principales de Jerusalén enviaron fariseos y herodianos para sorprender a Jesús y comprometerle.
“Maestro, sabemos que siempre dices la verdad”
·
Primera
contradicción:
Si ºun
hombre dice siempre la verdad, pienso que debe ser escuchado y creído.
·
Segunda
contradicción:
Creer que un ser humano dice la verdad e ir a comprometerle, es que su corazón,
ya en un principio, tergiversa la verdad; porque a la Verdad nada la puede comprometer.
Añaden,
además:
“Habláis sin miramientos por nadie, sea quien sea,
ya que no obráis por complacer a los hombres”
Reconocen
o mienten al decir que, “este hombre
testimonia sus palabras con obras”, que van desde no fingir hasta “obrar sin buscar el propio provecho”
“Enseñáis de verdad el camino de Dios”
Quienes
reconocen lo que le dicen a Jesús, se
convierten.
Sólo
los que desean discutir la Verdad juegan a comprometerla; cuando el daño nunca es sobre la Verdad, y menos
sobre quien la vive, sino que daña al propio ser en su propia confusión con ínfulas de deseo de conocerla.
Lo
que se revela es el temor a perder
seguridades que no lo son.
“¿Es lícito o no pagar al César? ¿Pagamos o no pagamos?”
Parece
que Jesús no tenía salida.
Es lo que algunos piensan cuando, en lugar de interrogarse, creen poner a Dios en aprieto al interrogarle sobre la realidad del mundo, que es lo que es por nuestra voluntad y libre albedrío.
“¿Por qué intentáis comprometerme?”
Desde
Jesús, para el cristiano, el enemigo
tiene el derecho de recibir nuestro amor.
Por
tanto, es justo darle lo que le debemos,
en verdad de amor y bien, a cada
rostro que se nos pone delante.
¿Qué
le podemos dar a Dios, si todo es suyo?
Quedemos
también nosotros sorprendidos, porque a Dios sólo le debemos gratitud, alabanza y
amor, y perdón por nuestra falta de lo anteriormente dicho.
F.
Allara
SANATORAL DEL DÍA
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