ES SUBLIME SABER QUE DIOS
HA PISADO SU CASA EN NUESTRA TIERRA
Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS
5 minutos en nuestro "día a día"
(Clic en los textos para leer)
Hechos 15, 7-21
Salmos 95
DÍA 2 MAYO
Por
la fe alcanzamos experiencias que no son sentimientos ni
emociones subjetivas, sino el gozo de ver por la fe lo que no es nunca pura imaginación.
El ser
humano puede fantasear con su imaginación y su pensamiento, cosa que no hacemos desde la fe; porque
lo que ella nos permite ver ha sido
real, y por lo mismo sublime.
“Jesús estaba en el Templo bajo el pórtico de
Salomón”
“Vino a su casa y los suyos no lo recibieron” Jn 1,11
“¿Hasta cuándo nos tendrás en la incerteza?”
“Si eres el Mesías, dilo claro”
El
Pueblo elegido esperaba y espera el Mesías -Promesa de Dios-, pero su Pueblo y la
Humanidad hoy, viendo que tarda, se
ha relajado hasta la indiferencia. Hoy, ¿quién espera un salvador?
“Viendo
que tarda” es una afirmación que hago ante la realidad de su Pueblo y la
realidad de la Humanidad, porque el Mesías
no tarda, ha venido.
Su
Pueblo esperaba otra manera de presentarse, y
también la Humanidad.
El
problema no es de Dios, sino nuestro.
“Ya os lo he dicho, pero no lo queréis creer”
La
frase de Jesús nos dice que “el don de la
fe” lo tenemos con su Presencia, pero no
queremos creer. Dios es quien espera nuestra respuesta.
¿Qué
significa esperar al Mesías?
·
Es no caer en la indiferencia,
que es el peor de los enemigos.
·
Es mantener
la esperanza.
·
Es
trascender las sombras de la noche del alma.
·
Es
no aislarse en la soledad, y menos en la pobreza del
individualismo.
·
Es
darnos la mano,
apiñando nuestras vidas en ayuda, cerrando el círculo, signo de eternidad, para que el viento no hunda la casa de nadie.
·
Es mantener
el corazón encendido sin dejar que la
fría lluvia lo apague.
·
Es
creer que el sol existe,
aunque los negros nubarrones lo oculten.
·
Es no
dejar que nada ni nadie apague la llama del alma,
ni quiebre del todo la vida, cuando aparece sufriendo como caña quebrada.
·
Es
creer que tenemos un alma, una
vida que vale más que cualquiera otra de las riquezas por las que podemos
llorar; y todos tenemos en ella una luz que no debemos consentir que el
mundo la apague.
Esto
es saber esperar.
·
Esperar
al Mesías es querer entrar en silencio
hacia dentro, para
mantener nuestra fe tal cual la vivimos,
e impedir que la destruya el mundo de
fuera.
·
Es
creer que Dios existe,
aunque sea en la noche del alma, aunque
sea desde el pobre sentimiento que lo
necesita, porque a Dios le basta nuestro deseo.
·
Es creerlo y verlo hoy en
el pórtico de Salomón, con el mismo nombre: Jesús de Nazaret, Hijo de Dios, crucificado-resucitado.
“Mis ovejas reconocen mi voz, y yo las
conozco y ellas me siguen.
Yo les doy vida eterna y jamás
perecerán ni nadie me las quitará”
En definitiva, creer como puedas en Dios dado en Amor y en Paz.
F.
Allara
SANATORAL DEL DÍA
No hay comentarios:
Publicar un comentario