EL MISTERIO DE DIOS ES LUZ
Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS
Animación a la lectura PALABRA DE DIOS
5 minutos en nuestro "día a día"
(Clic en los textos para leer)
Deuteronomio 4, 32-34. 39-40 |
Mateo 28,16-20
El encargo de Jesús a sus discípulos 16 Así pues, los once discípulos fueron a Galilea, al monte que Jesús les había indicado. 17 Y al ver a Jesús, le adoraron, aunque algunos dudaban. 18 Jesús se acercó a ellos y les dijo: –Dios me ha dado toda autoridad en el cielo y en la tierra. 19 Id, pues, y haced mis discípulos a todos los habitantes del mundo; bautizadlos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo 20 y enseñadles a cumplir todo lo que os he mandado. Y sabed que yo estaré con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo" |
DOMINGO SANTÍSIMA TRINIDAD
De un ser humano nunca diríamos que, “creemos en él y que lo amamos” conformándonos con solamente saber que existe y no desear conocerlo. Esto no sería propio de un amor humano.
Dios
nos ha creado capacitados para conocerlo y amarlo en su Misterio revelado.
El
Misterio de Dios es Luz para la mente y el corazón humano como Sol eterno
que ilumina todo hogar que abre sus
ventanas.
La Luz
que ilumina el alma es la que permite
contemplarlo desde la fe,
sin cegar la
Verdad de su Misterio abierto.
Lo
que fue inaccesible para Moisés, que le pidió el Nombre a Dios, a nosotros se
nos ha dado.
Su
Nombre es Padre, Hijo y Espíritu Santo.
Pronunciando
a cada Persona llamamos a Dios por su Nombre porque, siendo tres, son un solo Dios, uno, único
y verdadero.
También
es el segundo nombre que tenemos los bautizados, porque recibimos el
propio desde su Nombre. “Yo…, te bautizo en el Nombre del Padre.,
del Hijo y del E. Santo”.
El
bautismo es el sacramento que nos introduce en el Misterio de la Comunidad de
Amor divino,
y al mismo tiempo, Dios se aposenta
en nuestra alma para ser conocido, creído
y amado, desde lo más íntimo de nuestro ser humano.
La
sola razón no puede llegar a la evidencia de la existencia de Dios,
pero la incapacidad de la razón no justifica decir que no podemos llegar a su
conocimiento, precisamente porque el verdadero Dios no es uno más de nuestros dioses creados por necesidad.
“Nunca se ha oído
decir que un pueblo
haya escuchado la voz de Dios que le hablaba
desde el fuego, y haya continuado vivo” Det 4, 32-34. 39-40
La
salida de la esclavitud de Egipto es el gesto
divino que dio origen a la fe del
Pueblo elegido.
La
Fe acepta, como hecho real experimentado, lo que sobrepasa nuestro poder humano, y
es tan natural como la misma vida.
¡Cuántas
cosas aceptamos sólo por fe!
“No hemos recibido un espíritu de esclavos
que nos haga vivir de nuevo con temor,
sino un espíritu que nos ha hecho hijos
y que nos hace gritar: ¡Abbá, Padre!”
“El Espíritu se une a nuestro espíritu
para dar testimonio que somos hijos de Dios.
Y si hijos, también herederos de Dios” Romanos
8,14-17
El
Antiguo Testamento es el camino que
conduce al Nuevo Testamento; de tal manera que, es necesario el A.T para conocer la
realidad del N.T.
Así
se comprende lo sucedido, real o simbólico y lo dicho del A.T, por la revelación de Jesucristo, por quien
conocemos a Dios.
“Los discípulos, al ver a Jesús se postraron, pero algunos
dudaron”
“Acercándose a ellos les dijo:
“Se me ha dado todo poder en el cielo y en la tierra.
Id, y haced discípulos a todos los pueblos,
bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del
Espíritu Santo”
Somos
creyentes del Dios eterno en su Misterio de Amor por pura gratuidad.
Lo
conocemos como Creador y Redentor en la
realidad de su Vida con nosotros.
“Enseñadles a guardar
todo lo que os he mandado.
Y sabed que yo estoy
con vosotros todos los días,
hasta el final de los tiempos” Mt 28,16-20
La
fe no es necesaria para decir que Dios
existe. Sí, para saber que existe.
F.
Allara
SANTORAL DEL DÍA
S. FELIPE NERI, SACERDOTE,
FUNDADOR DE LA CONGREGACIÓN
DE LOS SACERDOTES DEL ORATORIO
No hay comentarios:
Publicar un comentario