EL ESPÍRITU DE LA VERDAD ES LLAMADO DEFENSOR
Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS
26 “Pero cuando venga el defensor, el Espíritu de la verdad, que yo enviaré de parte del Padre, él será mi testigo. 27 Y también vosotros seréis mis testigos, porque habéis estado conmigo desde el principio. 1 “Os digo estas cosas para que no perdáis vuestra fe en mí. 2 Os expulsarán de las sinagogas, e incluso llegará el momento en que cualquiera que os mate creerá que le está prestando un servicio a Dios. 3 Eso lo harán porque no nos han conocido ni al Padre ni a mí. 4 Os digo esto para que, cuando llegue el momento, os acordéis de que ya os lo había dicho. La actividad del Espíritu Santo “No os dije esto al principio porque yo estaba con vosotros! |
DÍA 6 DE MAYO CICLO -B
El
Espíritu Santo es,
para los creyentes cristianos, una de
las tres Personas del Dios trinitario, por el que Jesús murió como blasfemo.
Ayer
domingo Jesús nos decía que, nos mostraba su amistad al darnos a conocer lo que
el Padre le había comunicado.
El
Hijo es la Palabra del Pensamiento del Padre y, el Espíritu es la Persona que conoce la vida de relación de Amor entre el Padre y el Hijo, siendo las tres Personas
eternas de Naturaleza divina.
El
Espíritu Santo es quien conduce a las almas, que a Él se
confían, al conocimiento de la Verdad de Dios.
“Nadie conoce al Padre, sino el Hijo”. El Espíritu, que nos dan el Padre y el
Hijo, es el único Defensor de la Verdad de Dios.
Olvidémonos
los seres humanos de luchar por defender
la Verdad de Dios.
Nuestras
luchas y discusiones
crean lo contrario de la acción del Espíritu: separan, dividen, legalizan.
Lo
opuesto al Espíritu, que une y crea
comunión de amor.
“El Espíritu de la verdad dará testimonio de Mí”
El
temor de los discípulos de Jesús no acabó al comprobar su resurrección, sino el día de Pentecostés.
El
Espíritu fue el que encendió la luz en sus almas. Creyeron lo que habían visto y oído de
Jesús.
“Porque el Espíritu fue el que dio testimonio de la Verdad
de su Vida”
No
son nuestros conocimientos, ni nuestros
trabajos teológicos, ni nuestra
elocuencia, los que dan el testimonio
que la Humanidad espera de la Iglesia.
Son
testigos los que transmiten las experiencias que su corazón recibe por el don de
amar lo que creen y dedicar más
tiempo a la oración que a pensar.
“Vosotros, que sois en Mí desde el principio, también daréis
testimonio”
Dar
testimonio de Jesús es el gran don de poder hacerlo desde la Gracia y la
gratuidad de una elección,
que no es ningún prestigio humano,
sino una opción por hacer de la vida un servicio como uno de tantos, como
Jesús.
Por
esto enseguida añade:
“Os digo esto para que no tengáis un desengaño. Os
excluirán de las sinagogas. Más aún, llega el momento que los que os maten
pensarán que hacen un homenaje a Dios”
“Lo harán porque no han conocido ni al Padre ni a Mí”
Jesús
no engaña al ofrecer su amistad, pero a Él no le basta
escuchar de nuestros labios que somos creyentes; quiere testigos sencillos y humiles.
“Cuando llegue la hora, recordad que os lo había dicho”
No
nos confundamos los creyentes. Seguir a Jesús es un riesgo, y el único Defensor
es el Espíritu, que conduce a la Verdad y
vence el temor.
F. Allara
SANTORAL DEL DÍA
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