DIOS HACE POR AMOR
LO QUE AL HOMBRE LE PARECE IMPOSIBLE
Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS
Animación a la lectura PALABRA DE DIOS
5 minutos en nuestro "día a día"
(Clic en los textos para leer)
Hechos 9, 1-20
Salmos 116
Juan 6, 52-59
DÍA 19 ABRIL CICLO -B
A veces le pedimos a Dios imposibles.
¡Cuánto
hemos de pedir por la paz del mundo!. Lo hacemos
insistentemente, sin embargo Él la
estableció y nosotros la destruimos. Le
pedimos un imposible, porque Dios
respeta la libertad de la persona.
El
ser humano no se plantea esta cuestión, ni advierte la
trascendencia de no creerlo, usando el
poder por encima de la dignidad y la libertad del prójimo. El mundo no quiere la paz,
sino los beneficios de todas las guerras.
El hacer de Dios está en función de su Amor, que es coherente y con sentido de unidad
y perfección, como expresión de su misma unidad trinitaria.
Amor y unidad que
los humanos olvidamos y sustituimos con tanta facilidad.
Dios
ha hecho lo que nos parece imposible
para reestablecer nuestro bien original.
Hechos
no creídos por la fe de su Pueblo
elegido ni por todas las religiones y humanismos:
·
La
Encarnación del Verbo, su Muerte de Cruz, su Resurrección y la institución de
su Memorial, dándonos a comer su Cuerpo y a beber su Sangre,
Estos
hechos no son de sentido común, sino para
razonarlos después de aceptar la fe, que es Don y siempre iniciativa divina.
"Los judíos se pusieron a discutir unos con otros:
_ ¿Cómo puede ese darnos a comer su propio cuerpo?"
Dice
Yahveh: “Estoy harto de holocaustos de
carneros y de grasa de animales cebados y sangre de novillos y machos cabríos
no me agrada” (Isaías 1, 10)
¿Cómo
podemos pensar que Jesús nos diga algo irracional cuando
condiciona
nuestra vida a comer su carne y beber
su sangre?
Cerrados
a nuestra limitada razón queremos entender lo que sólo es propio de la fe.
Desde
la fe vemos que lo imposible para nosotros es posible y real, razonable y
entendido.
De
no ser así, la fe sería un absurdo.
Cuando
nos quedamos con el subjetivismo de
nuestra fe, nos quedamos fuera de la aceptación
objetiva del Dios único y verdadero.
Nos
olvidamos que Dios es un Ser espiritual
y eterno.
Lo
que nos dice de “comer su carne y beber su sangre” está dicho por Cristo resucitado, aunque lo dijera “en el tiempo”.
Celebramos
a Cristo resucitado y lo que comemos y bebemos es su verdadero Cuerpo entregado y su Sangre
derramada, desde su Presencia real espiritual resucitada.
¡Poco
usamos de nuestro buen egoísmo racional y
afectivo para perdernos el gesto de
Amor divino que más y mejor habla de
su omnipotencia!
“Mi carne es verdadera
comida y mi sangre verdadera bebida…,
Quien (lo come y bebe)
sigue conmigo y yo con él… y vivirá gracias a Mí"
La
promesa es vivir eternamente, con tal realismo de
verdad que, lo eterno es vivido en el tiempo, porque ya
ahora somos en Cristo resucitados.
¡Qué
pobreza la nuestra al decir tengo mi fe
si no aceptamos la de Dios!
¡Cuántos
creyentes bautizados no aceptan ser
comensales invitados!
“No
me mueve, mi Dios, para quererte el cielo que me tienes prometido”.
Me basta tu Presencia en el Memorial celebrado con amor.
F. Allara
SANTO DEL DÍA
EL PAN DE VIDA..
Yo Soy el Pan de Vida, el que venga a mi no tendrá hambre
y el que crea en mi nunca tendrá sed...
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