EL AMOR NO TIENE MEDIDA
EN DAR NI EN DARSE
Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS
Animación a la lectura PALABRA DE DIOS
5 minutos en nuestro "día a día"
Juan 12, 1-11
DÍA 25 LUNES SANTO CICLO -B
Se
acercaba el final de los días de Jesús en el mundo y
va a Betania a casa de Lázaro y de sus hermanas Marta y María.
Jesús
convivía con la gente
como uno más entre todos,
mostrando su forma humana de vivir, convivir y relacionarse.
El
hecho de citar a una familia concreta nos da idea de la verdadera historia humana de Jesús.
Vivamos
los sentimientos de estos hermanos y de la gente que iba a visitarlos,
para percibir lo que debían sentir en su espíritu, sobre todo Lázaro, que
había vivido la experiencia de la muerte; y los demás viéndolo vivo después
de haber sido sepultado.
No
nos quedemos con los milagros de
Jesús, leamos sus signos.
Hoy, el progreso nos lleva a vivir
experiencias que, nuestros antepasados, no muy lejanos, nunca podían haber
imaginado.
El signo de este hecho es que, Jesús no fue un prestidigitador
avanzado, sino Señor de la vida y de la muerte.
Le
ofrecieron una cena.
Jesús vivió sin techo siendo dueño del mundo.
Marta
servía.
Valoremos la vida como servicio
al prójimo, sin encuadrar a nadie en su oficio, porque todos
llevamos un espíritu que Dios conoce en su verdad, y Marta era mujer profunda en su espíritu, como lo
demostró estando su hermano en el sepulcro.
El
gesto de María,
no confundida como mujer convertida, como se narra en Lc 7, 46-48, por
otro hecho del que no se deduce, objetivamente, la identificación que de
aquella mujer hizo el fariseo.
El signo de este hecho es el
título que he puesto a esta meditación:
El
amor no tiene medida en dar ni en darse.
María
amaba a Jesús
como le amaban los que le seguían en verdad, mujeres y hombres.
¿Quién, de los que le seguían escuchándole y viendo su amor,
no le amaba?
Sólo
quienes le perseguían,
por tener un corazón frío, sin conocer la verdad del amor, se incapacitaban para amarle.
“María tomó una libra de perfume de
nardo puro,
le ungió los pies a Jesús y se los secó
con sus cabellos”
El
ser humano que cree que Jesús es Dios es capaz de todo por
amor.
María
usó su pelo para que la fragancia de Jesús llenara su alma.
El amor mueve la vida; y
si este amor está unido a la verdad de la fe en Dios, el conocimiento que tenemos de los humanos, que así han
amado, nos revela lo que puede la
verdad de la fe y del amor.
¡Bienaventurados
los que pudieron ver y escuchar a Jesús hombre entre los hombres!
¡Bienaventurados
los que ven y escuchan con fe a Jesús Sacramentado!
Igual de difícil para unos que para
otros.
F.
Allara
SANTO DEL DÍA
(cLIC EN LA IMAGEN)
Conociendo el Monasterio Santo Espíritu del Monte
donde será el Encuentro
CRISTO CONPAÑERO DE MI VIDA
Muéstrame como amar más. ...
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