sábado, 10 de febrero de 2024

 DIOS SE COMPADECE Y PERDONA

Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS

Fray Federico Allara O.F.M.


Animación a la lectura PALABRA DE DIOS

5 minutos de nuestro "día a día"


1 Re 12,26-32.13,33-34

 26 Pero pensó: “La dinastía de David puede recuperar el reino, 27 si esta gente va a Jerusalén para ofrecer sacrificios en el templo del Señor. Volverán a sentir afecto por Roboam, rey de Judá, y entonces me matarán y se volverán a Roboam, rey de Judá.”

28 Después de haber consultado el asunto, hizo el rey dos becerros de oro, y dijo al pueblo: “Israelitas, ya habéis ido bastante a Jerusalén. Aquí tenéis a vuestros dioses, que os sacaron de Egipto.” 29 Entonces puso uno en Betel y el otro en Dan. 30 Y esto fue causa de que Israel pecara, pues la gente iba a Betel y a Dan para adorarlos. 31 Construyó también santuarios en lugares altos y nombró sacerdotes a gente del pueblo que no eran levitas. 32 Además estableció una fiesta religiosa el día quince del mes octavo, como la fiesta que se celebraba en Judá, y él mismo ofreció sacrificios sobre el altar. Esto lo hizo en Betel, ofreciendo sacrificios a los becerros que había fabricado y nombrando sacerdotes para los santuarios paganos que había construido.
33 A pesar de esto, Jeroboam no abandonó su mala conducta, sino que volvió a nombrar sacerdotes de entre el pueblo para los santuarios en lugares altos. A quien así lo deseaba, Jeroboam le consagraba sacerdote de tales santuarios. 34 Tal proceder fue la causa de que la descendencia de Jeroboam pecase y que, por lo mismo, fuera exterminada por completo.


DÍA 10 FEBRERO   CICLO  B


Joroboam, hijo de Nabat, de la tribu de Efraín, fue nombrado superintendente por Salomón. Construyo santuarios paganos y nombró sacerdotes del Pueblo, que no eran Levitas, para que no ofreciera sacrificios a Dios y se reconciliara con Él.

El hombre llevado por el egoísmo piensa en no perder lo material de la vida.

La misma vida, contemplada desde el materialismo, sin advertir que, la verdadera e inmortal vida es espiritual, puede perderse mientras físicamente se sigue en vida temporal.

Vivimos del espíritu, pero nos podemos olvidar de él si la vida está volcada al exterior sin valorar que somos lo que en verdad hay en nuestro interior.

La casa real de Joroboam desapareció de la tierra sin dejar rastro.

La vida vacía de espíritu vive de lo que le llena el materialismo temporal.


Marcos 8,1-10

Jesús da de comer a una multitud
(Mt 15.32-39)
Un día en que de nuevo se había juntado mucha gente y no tenían nada que comer, Jesús llamó a sus discípulos y les dijo:
–Siento compasión de esta gente, porque ya hace tres días que están aquí conmigo y no tienen nada que comer. Y si los envío en ayunas a sus casas pueden desfallecer por el camino, porque algunos han venido de lejos.
Sus discípulos le contestaron:
–¿Pero cómo se les puede dar de comer en un lugar como este, donde no vive nadie?
Jesús les preguntó:
–¿Cuántos panes tenéis?
–Siete –dijeron ellos.

Mandó entonces que la gente se sentara en el suelo, tomó en sus manos los siete panes y, habiendo dado gracias a Dios, los partió, los dio a sus discípulos y ellos los repartieron entre la gente. Tenían también unos cuantos peces; Jesús dio gracias a Dios por ellos, y también mandó repartirlos. Todos comieron hasta quedar satisfechos, y llenaron todavía siete canastas con los trozos sobrantes. Los que comieron eran cerca de cuatro mil. Después de esto, Jesús los despidió, 10 subió a la barca con sus discípulos y se fue a la región de Dalmanuta.


El texto del Evangelio nos presenta a Jesús rodeado de gente que no tenía nada para comer.

Todo lo contrario del texto anterior. Esta gente lo seguía por escucharle, por hallar en su presencia y palabra lo que necesitaba su espíritu -que era lo que no recibían de las autoridades que debían cuidar de su vida y de su formación-.

Es Jesús quien siente compasión porque llevaban tres días sin moverse de su lado sin comer y así lo manifiesta a los discípulos, los cuales piensan materialmente y así le responden.

Jesús no se preocupa sólo de la vida espiritual de aquella gente que le sigue.

Tal vez esto se piensa de Dios, que lo que desea, por lo que se preocupa y agradece de nuestra vida es sólo el nivel espiritual. Sobre todo lo piensan quienes consideran a Dios como el omnipotente que, si existe, debería solucionar los problemas de la Humanidad.

A Dios no le agrada lo espiritual cuando quien lo vive se olvida del prójimo, porque Dios ama la Humanidad:

·       Nos ha dado suficiente pan para que todos podamos vivir y,

·        Se ha hecho Hombre para mostrarnos cómo hemos de relacionarnos con Dios y con el prójimo.

A Dios le interesa y ama la integridad de todos y cada uno de los seres humanos que en cada tiempo formamos la Humanidad.

Somos nosotros los creadores de las diferencias y de las carencias de vida y de paz.

Somos nosotros los que vivimos de ideologías y religiones que no buscan el bien común ni asumen el mal como hizo Jesús, que no sólo se compadeció y multiplicó en aquel momento el pan para las gentes que lo seguían, aunque no percibieran los signos, sino que dio la vida por salvarnos.

Dios no tiene porqué multiplicar el pan en nuestro tiempo.

 Si lo hiciera sería para que los egoístas del mundo ensancharan sus lugares de almacenamiento, quedando los pobres siempre sin pan.                    

 F. Allara 


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