UN SIGNO DE VERDADERA AMISTAD
Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS
5 minutos de nuestro "día a día"
DÍA 18 ENERO CICLO -B
No es fácil que, quien ocupa el primer lugar mire bien a quien intuye que puede desinstalarle. Saúl decidió matar a David.
Hoy
se vive en competencia
porque se educa a ser los primeros o
a escalar las cimas al precio que sea. Todo
se mide por el precio con que se valora. Es propio del mundo, de siempre, invertir
los valores.
Dios
revelado en Cristo resulta difícil de digerir, y
más en nuestros tiempos, porque enseña a practicar el último lugar, a valorar la gratuidad y hacer de la vida
una donación, incluyendo el enemigo.
Pero
lo más grande e inconcebible para el mundo -siendo el mejor valor la esperanza cierta de una vida eterna
prometida, ya que la eternidad supera
la más larga vida temporal- es practicar
en verdad lo que Jesús enseña para vivir
lo eterno en el tiempo.
La
libertad y la felicidad comienzan a ser
verdad en la vida temporal.
¡Qué
difícil es la amistad y, aún más hoy, el amor verdadero en el mundo!
El
conocimiento que tenemos de la vida de Jonatán,
el hijo de Saúl, en relación a la
amistad con David, es digno de ser
conocido.
Jonatán
se jugó la vida ante su propio padre en favor de David,
revelándonos lo que es un verdadero amigo;
rayando al verdadero amor.
Habló
bien de David a su padre Saúl:
“No hagas nada contra tu oficial David,
porque él no te ha hecho ningún mal…,
sus campañas han sido de gran beneficio,
poniendo en peligro su propia vida”.
Del
Evangelio constatamos
que Jesús pasó mucho tiempo de su vida
pública por el Mar de Galilea, lugares paganos, siendo seguido por multitudes, casi todos ellos pobres y marginados, que intentaban tocarle. Por esto pidió una barca para poder instruirles sobre el Reino.
La
Vida de Jesús es pura gratuidad, como lo es el Amor divino de eterna
Misericordia.
Nadie
se salva por sus méritos. ¡Sólo Cristo salva!
La
contradicción está en que no se valora
lo que se regala.
No entendemos que el amor no necesita nada.
El egoísmo nunca queda saciado.
Así
es como se confunde la vida del espíritu
del bien.
Ser
amados desde el egoísmo es caer en mutua esclavitud.
Ser
amados desde la verdad del amor es experimentar la libertad y la felicidad.
El
egoísmo desea el reconocimiento y el aplauso, el amor esconde su rostro.
Es
más fácil saborear el fracaso del egoísmo que la verdad del amor.
Es más fácil acomodarse al mundo que conocer el bien de Jesús.
"Jesús les ordenaba con severidad
que no hablaran de él públicamente
“Jesús evita ser alabado”. Desea ser conocido y amado.
F. Allara
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