¿DE GALILEA PUEDE SALIR ALGO BUENO?
Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS
Animación a la lectura PALABRA DE DIOS
5 minutos de nuestro "día a día"
Jesús llama a Felipe y Natanael 43 Al día siguiente, Jesús decidió ir a la región de Galilea. Encontró a Felipe y le dijo: –Sígueme. 44 Felipe era del pueblo de Betsaida, de donde también eran Andrés y Pedro. 45 Felipe fue a buscar a Natanael y le dijo: –Hemos encontrado a aquel de quien escribió Moisés en los libros de la ley, y de quien también escribieron los profetas.h Es Jesús, el hijo de José,i el de Nazaret. 46 Preguntó Natanael: –¿Acaso puede salir algo bueno de Nazaret? Felipe le contestó: –Ven y compruébalo. 47 Cuando Jesús vio acercarse a Natanael, dijo: –Aquí viene un verdadero israelita, en quien no hay engaño. 48 Natanael le preguntó: –¿De qué me conoces? Jesús le respondió: –Te vi antes que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera. 49 Natanael le dijo: –Maestro, ¡tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel!m 50 Jesús le contestó: –¿Me crees solamente por haberte dicho que te vi debajo de la higuera? ¡Pues cosas más grandes que estas verás! 51 Y añadió: –Os aseguro que veréis el cielo abierto, y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre. |
DÍA 5 ENERO CICLO-B
Jesús nos advierte que no juzguemos antes de tiempo porque, de lo que para nosotros son piedras, Dios puede hacer hijos de Abraham.
Aceptemos
que no somos la piedra filosofal que acierta en el juicio;
la experiencia nos dice que, lo que parece un
tronco muerto, es un rosal.
¡Nos
sorprenden tantas personas cuando las conocemos
en su intimidad!
Tenía
razón Natanael al decir que “de Galilea no podía salir “lo bueno”, es decir, el esperado Mesías, porque debía proceder de Belén de Judea.
Natanael
no hace juicio,
conoce las Escrituras y “era un israelita digno de tal nombre, un
hombre que no engañaba”, lo dice Jesús
que conoce la complejidad de los corazones.
Lo
demuestra diciéndole a Natanael que lo “había visto antes debajo de la higuera”.
¿Qué
sintió Natanael para responder con tanta Gracia de fe ante esta frase que nos
parece intrascendente?
“Rabí, Tú eres el Hijo de Dios, eres el
rey de Israel”
Natanael
vio con los ojos del alma que Jesús
conocía su interior;
reconoció que sabía que era un hombre íntegro,
de Dios. Se supo reconocido.
¡Si
fuéramos capaces de creer que Dios nos conoce y se
admira más de lo bueno, que procede de
Él, que de lo malo que nace de nosotros y perdona!
¿A
quién espera hoy Jesús, a quién viene a llamar?
A
ti y a mí,
que no lo merecemos y andamos mendigando pan, cuando Él nos ofrece tesoros de
vida, como ayer llamó a Felipe de
Betsaida, de Galilea, de donde no
podía salir nada bueno.
Jesús
asumió la Naturaleza humana y hoy sana a los que reconocen que Alguien les
puede liberar.
Los justos no necesitan nada, ni a Dios.
Jesús
no fue a Jerusalén a buscar discípulos, y hoy tampoco se sienten
llamados los escribas y fariseos, ni los
sabios y entendidos de todo, menos del único Dios. (No puede haber dos).
Lo
curioso es que Felipe le dice a Natanael
lo mismo que Jesús les dijo a Juan y a Andrés
“Ven y lo verás”
¿Qué
vio Natanael?
A
un hombre llamado Jesús y nada más de momento.
¿Qué
vieron los pastores cuando llegaron a Belén?
A
un niño acostado en un pesebre.
¿Qué
sentimos nosotros ante esta frase: “Venid
y veréis”?
¿Adónde
vamos nosotros para ver, y qué pensamos hallar?
La
pobreza abre los ojos
ante el pobre y da de lo que es, es
decir, de su pobreza.
Así
se enriquecen mutuamente y suelen encontrar a Dios.
Hoy
no hay pesebre sino pan y vino que, por
la Palabra de Dios y su Espíritu, son el mismo Cuerpo que adoraron pastores y
reyes.
F. Allara
"Estoy a la puerta y llamo"
"¿A quién espera hoy Jesús, a quién viene a llamar?
A ti y a mí..."
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