A VINO NUEVO ODRES NUEVOS
Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS
5 minutos de nuestro "día a día"
DÍA 15 ENERO CICLO -B
Dios
es quien llama
y la respuesta de fe es obedecer.
Vivamos
atentos
a cómo llega el Señor a nuestras almas; porque no siempre llama como al profeta Samuel, sino por mediaciones humanas;
y lo hace cuando menos lo esperamos y de quienes no pensamos.
Los
profetas eran la voz de Dios para los reyes de Israel.
Saúl tenía al profeta Samuel; pero prefirió ofrecerle víctimas y holocaustos a obedecer a Dios. Él nos lo ha dicho:
“no quiere holocaustos”,
sino obediencia y amor a sus llamadas.
¡Cuántas
veces ofrecemos a Dios sacrificios y
ofrendas que no nos pide!
Así es como hacemos nuestra voluntad y no la de Dios.
Así
es como se crea una fe subjetiva que espera de Dios milagros.
Es
una manera de desobedecerle esperando su
favor.
Samuel
le dijo a Saúl:
“Tú has descartado la palabra del Señor
y Él
te descarta como rey de Israel”.
Desde
el Evangelio vivimos una aparente contradicción,
porque con Jesús lo tenemos todo y, sin
embargo, es el tiempo de ayunar y hacer
penitencia.
Es una
exigencia que nace desde la lógica de
la fe.
¿Qué
entendemos por ayunar y ser penitentes?
Es
el amor el que reclama el ayuno y la
penitencia.
Estos son medios que libremente los acepta quien ama, por corresponder
al amor.
Todos
los santos
han sido penitentes, aun sin aceptar libremente el menor pecado.
Los
pecadores debemos entender el sentido positivo de la penitencia y practicarla.
Los
fariseos ayunan y cumplen en todo.
Dios
no examina sobre el ayuno, sino del
amor.
Quien
ama renuncia a sí mismo. Es una manera de empezar a ser penitentes y de permanecer en la verdad del amor.
Quien
no sabe de amor, y más de amar a Dios, no entiende la penitencia.
“Nadie pone un remiendo en ropa no
lavada”
En
el Bautismo fuimos lavados de pecado. Es
a partir de él cuando necesitamos el remiendo
de la penitencia. No entenderlo es no haber conocido la trascendencia del Bautismo.
-
“El trozo nuevo se llevaría parte del
viejo y el desgarro sería mayor”
Ya
lo sabemos; holocaustos sin amor causa desgarros en el alma que se sacrifica,
como quien remienda en ropa, sin pensar que está bautizada.
“Nadie pone vino nuevo en odres
viejos”.
Vino
nuevo es Jesús,
que rompe con todas las ideologías y religiones.
Donde
no hay conversión, que permita verter
el vino nuevo, se pierden los odres viejos,
por más novedosos que pretendan ser.
F. Allara
"Hazme nacer de nuevo"
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