jueves, 18 de abril de 2024

DIOS HACE POR AMOR 

LO QUE AL HOMBRE LE PARECE IMPOSIBLE 

Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS

Fray Federico Allara O.F.M


Animación a la lectura PALABRA DE DIOS

5 minutos en nuestro "día a día"


(Clic en los textos para leer)


Hechos 9, 1-20


Salmos 116


Juan 6, 52-59


52 Los judíos se pusieron a discutir unos con otros:
–¿Cómo puede este darnos a comer su propio cuerpo?
53 Jesús les dijo:
–Os aseguro que si no coméis el cuerpo del Hijo del hombre y no bebéis su sangre, no tendréis vida. 54 El que come mi cuerpo y bebe mi sangre tiene vida eterna; y yo le resucitaré el día último. 55 Porque mi cuerpo es verdadera comida, y mi sangre verdadera bebida. 56 El que come mi cuerpo y bebe mi sangre vive unido a mí, y yo vivo unido a él. 57 El Padre, que me ha enviado, tiene vida, y yo vivo por él. De la misma manera, el que me coma vivirá por mí. 58 Hablo del pan que ha bajado del cielo. Este pan no es como el maná que comieron vuestros antepasados, que murieron a pesar de haberlo comido. El que coma de este pan, vivirá para siempre.
59 Jesús enseñó estas cosas en la reunión de la sinagoga en Cafarnaún"


DÍA 19 ABRIL  CICLO   -B


A veces  le pedimos a Dios imposibles.

¡Cuánto hemos de pedir por la paz del mundo!. Lo hacemos insistentemente, sin embargo Él la estableció y nosotros la destruimos. Le pedimos un imposible, porque Dios respeta la libertad de la persona.

El ser humano no se plantea esta cuestión, ni advierte la trascendencia de no creerlo, usando el poder por encima de la dignidad y la libertad del prójimo. El mundo no quiere la paz, sino los beneficios de todas las guerras. 

El hacer de Dios está en función de su Amor, que es coherente y con sentido de unidad y perfección, como expresión de su misma unidad trinitaria.

Amor y unidad que los humanos olvidamos y sustituimos con tanta facilidad.

Dios ha hecho lo que nos parece imposible para reestablecer nuestro bien original.

Hechos no creídos por la fe de su Pueblo elegido ni por todas las religiones y humanismos:

·         La Encarnación del Verbo, su Muerte de Cruz, su Resurrección y la institución de su Memorial, dándonos a comer su Cuerpo y a beber su Sangre,

Estos hechos no son de sentido común, sino para razonarlos después de aceptar la fe, que es Don y siempre iniciativa divina.


"Los judíos se pusieron a discutir unos con otros: 

_ ¿Cómo puede ese darnos a comer su propio cuerpo?"


Dice Yahveh: “Estoy harto de holocaustos de carneros y de grasa de animales cebados y sangre de novillos y machos cabríos no me agrada” (Isaías 1, 10) 

¿Cómo podemos pensar que Jesús nos diga algo irracional cuando condiciona nuestra vida a comer su carne y beber su sangre?

Cerrados a nuestra limitada razón queremos entender lo que sólo es propio de la fe.

Desde la fe vemos que lo imposible para nosotros es posible y real, razonable y entendido.

De no ser así, la fe sería un absurdo.

Cuando nos quedamos con el subjetivismo de nuestra fe, nos quedamos fuera de la aceptación objetiva del Dios único y verdadero.

Nos olvidamos que Dios es un Ser espiritual y eterno.

Lo que nos dice de “comer su carne y beber su sangreestá dicho por Cristo resucitado, aunque lo dijera “en el tiempo”.

Celebramos a Cristo resucitado y lo que comemos y bebemos es su verdadero Cuerpo entregado y su Sangre derramada, desde su Presencia real espiritual resucitada.

¡Poco usamos de nuestro buen egoísmo racional y afectivo para perdernos el gesto de Amor divino que más y mejor habla de su omnipotencia!


“Mi carne es verdadera comida y mi sangre verdadera bebida,

Quien (lo come y bebe) sigue conmigo y yo con él y vivirá gracias a Mí"


La promesa es vivir eternamente, con tal realismo de verdad que, lo eterno es vivido en el tiempo, porque ya ahora somos en Cristo resucitados.

¡Qué pobreza la nuestra al decir tengo mi fe si no aceptamos la de Dios!

¡Cuántos creyentes bautizados no aceptan ser comensales invitados!

“No me mueve, mi Dios, para quererte el cielo que me tienes prometido”.

Me basta tu Presencia en el Memorial celebrado con amor.       

F. Allara


SANTO DEL DÍA

SAN HERMÓGENES, MARTIR



EL PAN DE VIDA..

Yo Soy el Pan de Vida, el que venga a mi no tendrá hambre

y el que crea en mi nunca tendrá sed...

 



UN LIBRO PARA ORAR 
Desde una experiencia personal. 
Oración ofrecida y compartida como medio para orar.









miércoles, 17 de abril de 2024

 NO HABLAMOS DE dioses SINO DE DIOS

Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS

Fray Federico Allara O.F.M



Animación a la lectura PALABRA DE DIOS

5 minutos en nuestro "día a día"


(Clic en los textos para leer)


Hechos 8,26-40

Salmos 65

Juan 6, 44-51

44 Nadie puede venir a mí si no lo trae el Padre, que me ha enviado; y yo lo resucitaré el día último. 45 En los libros de los profetas se dice: ‘Dios instruirá a todos. Así que todos los que escuchan al Padre y aprenden de él vienen a mí.46 “No es que alguien haya visto al Padre. El único que ha visto al Padre es el que ha venido de Dios. 47 Os aseguro que quien cree tiene vida eterna. 48 Yo soy el pan que da vida. 49 Vuestros antepasados comieron el maná en el desierto, y sin embargo murieron; 50 pero yo hablo del pan que baja del cielo para que quien coma de él no muera. 51 Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre. El pan que yo daré es mi propio cuerpo. Lo daré por la vida del mundo”

DIA 18 ABRIL  CICLO B


Si atendemos al fenómeno religioso humano, viendo las innumerables religiones, sectas y humanismos, y también la negación o indiferencia actual de Dios, da la sensación como si su existencia y su identidad dependieran exclusivamente de nosotros.

El tema no es fácil porque en principio todos pensamos que nuestro Dios es el verdadero.

Dios no se impone y menos lo hemos de hacer desde nuestra variadísima fe.

Sobra toda discusión, pero sí que podemos afirmar que, el hecho de tantas religiones y de nuestras diferencias en relación a la fe, no es problema del Dios verdadero, sino completamente nuestro.

Creo que no es razonable discutir sobre Dios y menos vivir separados y hasta enemigos, que es una realidad que desdice cualquier fe, sino más bien trabajar por discernir lo nuestro que nos divide y lo que puede ser exclusivo de la Verdad de Dios, en relación a la integridad de nuestra vida, a su sentido y futuro.


“Nadie puede venir a Mí si no lo atrae el Padre que me ha enviado”


Lo que dice Jesús lo aplico a cualquier interrogante religioso sobre Dios, porque viene a decir que, la iniciativa, y el camino del encuentro con el verdadero Dios, es suya y no nuestra.

Nosotros somos una respuesta a la iniciativa de Dios.

El problema no es cómo hemos llegado cada uno a Dios, sino cómo ha llegado Dios a cada uno, para nuestra seguridad, garantía y razonamiento de la fe.


“Todo el que escucha al Padre y aprende de él, viene a Mí”


La fe cristiana es una respuesta a la iniciativa de Dios que se revela como Padre en Cristo Jesús, y lo ha enviado como Palabra suya.

No tenemos la Verdad, sino que aceptamos que el Dios de Abrahán, de Isaac y de Jacob ha seguido su iniciativa de relacionarse con el ser humano haciéndose visible en la Persona divina del Hijo.


"El único que ha visto al Padre es el que ha venido de Dios. 

Os aseguro que quien cree tiene vida eterna"


Las tres religiones monoteístas somos una respuesta diferente al Dios que sigue revelándose al ser humano, desde la omnipotencia de su Amor.

Las tres hablamos del mismo Dios.

La fe cristiana cree en las palabras de Jesús que “es quien ha visto al Padre” y es Dios y Hombre verdadero.

La Iglesia católica cree en los Sacramentos.

La Eucaristía: Encuentro con el Pan de vida hecho realidad “como verdadero Cuerpo resucitado sacramentado, que da la vida al mundo”.

Jesús resucitado es Pan que da la vida. Se comulga con su Vida.

Comulgar no es comer su cuerpo físico, sino su Cuerpo verdadero espiritual.  

Es Vida en la medida en que hay una relación personal e íntima con Él.

Los discípulos son testigos de su Vida y de su resurrección, y han creído que es uno con Dios Padre y el Espíritu Santo.                                                                

 F. Allara


SANTO DEL DÍA

S. GALDINO, ARZOBISPO DE MILÁN Y CARDENAL

´


YO SOY EL PAN DE VIDA

"¡El que viene a mí no tendrá hambre
el que cree en mi no tendrá sed!
Nadie viene a mi si mi Padre no lo atrae...."




UN LIBRO PARA ORAR 
Desde una experiencia personal. 
Oración ofrecida y compartida como medio para orar.




(En adoración permanente)






 DE EXISTIR A VIVIR, 

DE VIVIR A TENER VIDA

Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS

Fray Federico Allara O.F.M


Animación a la lectura PALABRA DE DIOS

5 minutos en nuestro "día a día"


(Clic en los textos para leer)


Hechos 8, 1-8



Salmos 65


Juan 6,35-40

35 Y Jesús les dijo:

–Yo soy el pan que da vida. El que viene a mí, nunca más tendrá hambre, y el que en mí cree, nunca más tendrá sed. 36 Pero, como ya os dije, vosotros no creéis aunque me habéis visto. 37 Todos los que el Padre me da vienen a mí, y a los que vienen a mí no los echaré fuera. 38 Porque no he venido del cielo para hacer mi propia voluntad, sino para hacer la voluntad de mi Padre, que me ha enviado. 39 Y la voluntad del que me ha enviado es que yo no pierda a ninguno de los que me ha dado, sino que los resucite el día último. 40 Porque la voluntad de mi Padre es que todo aquel que ve al Hijo de Dios y cree en él, tenga vida eterna, y yo le resucitaré en el día último.


DIA 17 ABRIL  CICLO  -B


Todos los seres existimos fundamentados en un ser indestructible, pero sólo el ser humano sabe que existe.

Tener conciencia de la propia existencia es haberse interrogado, con el fin de hallar una respuesta coherente e íntegra, al porqué de su existencia y su sentido.

La mente y el corazón conocen la huella del deseo de una inmortalidad.

El ser humano es el ser más perfecto y el más necesitado.

Buscar el porqué de la propia existencia es diferenciarse de las demás criaturas desde lo que es la vida humana.

Por eso el título va de existir a vivir.

Al tomar conciencia de la vida todos nos percatamos de haberla recibido. 

Nadie se da la vida así mismo. 

No es suficiente decir que procedemos de los padres porque, por más que nos eduquen, no son la razón de ser de nuestra vida ni la respuesta al deseo de inmortalidad.

Este razonar a mí me lleva a la experiencia de haber pasado de la existencia a la vida y, hallo en la fe la respuesta a tener vida, es decir, acepto la gratuidad de mi existencia llamada a ser vivida desde el don de la vida como don gratuito.

Doy gracias por creer las palabras de Jesús:


“Yo Soy el pan que da la vida” me recuerda el Yo Soy, dicho a Moisés.


Más fuertes son las palabras siguientes:


“Vosotros, después de haberme visto, no me creéis”


Haberle visto es haber experimentado su vida, su paso por el mundo haciendo el bien.

Al acusarlo aceptan sus obras buenas y ninguna mala, siendo asi su vida inocente, condenada y crucificada.

Más tarde comprobada pragmáticamente, viendo, tocando y comiendo con el crucificado, como verdaderamente resucitado.

Jesús lo consiente para poder ser testigos.

Nuestra vida, la vemos desde la fe, que fue pronunciada, creada por la Palabra, que es el Hijo que se nos ha dado, para recuperarla desde una inmortalidad singular, que es haber resucitado con Cristo, ya que el hecho de resucitar corresponde sólo al Hijo.

Nadie ha resucitado ni nadie resucitará “Hasta que Cristo nos resucite en el último día”

La Resurrección de Jesucristo es un hecho real e histórico comprobado por muchos, y a su vez un hecho meta-histórico que pasa por nuestra libre aceptación del don de la fe, ofrecida a nuestra mente y a nuestro corazón. 

Es iniciativa divina, pero siempre respetando la libertad humana que decide sobre la credibilidad del Hecho Jesucristo.


“Al que se acerque a Mí no lo rechazaré

La voluntad del Padre es que no pierda a ninguno 

de los que me ha entregado, sino que lo resucite el último día


Hemos resucitado ya con Él.


"La voluntad del Padre es que todos los que vean al Hijo 

y crean en Él tengan vida eterna”


Al Hijo lo vieron y lo vemos por la fe.                                                                

F. Allara


SANTO DEL DÍA


S. SIMEÓN, OBISPO DE SELEUCIA Y MÁRTIR




TU AMEN...

Quero ser hoy tu amén
Hagase hoy en mi tu Palabra, Señor...
Sentirme enviado a caminar
con el corazón lleno de tu Paz...




Un libro que nos ayuda a vivir 

siendo verdad hoy en nuestro mundo 

teniendo como referencia la PALABRA DE DIOS.


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