“NO PUDIERON REPLICAR;
SE QUEDARON CALLADOS"
Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS
Animación a la lectura
PALABRA DE DIOS
5 minutos en nuestro "día a día"
5 minutos en nuestro "día a día"
Romanos 9,1-5 |
Lucas 14,1-614 Jesús sana a un enfermo de hidropesía 1 Sucedió que un sábado fue Jesús a comer a casa de un jefe fariseo, y otros fariseos le estaban espiando. 2 Había allí, delante de él, un hombre enfermo de hidropesía. 3 Jesús preguntó a los maestros de la ley y a los fariseos: –¿Está permitido sanar a un enfermo en sábado, o no? 4 Pero ellos se quedaron callados. Entonces Jesús tomó al enfermo, lo sanó y lo despidió. 5 Y dijo a los fariseos: –¿Quién de vosotros, si su hijo o su buey cae a un pozo, no lo saca en seguida aunque sea sábado? 6 Y no pudieron contestarle nada. |
DÍA 31 OCTUBRE CICLO C
“Jesús entró en casa de uno de
los principales fariseos para comer”
¿Quién aceptaría una comida sabiendo que no
le invitan como amigo, sino para espiar lo que dices y haces como invitado?
Jesús sabía referente a sus intenciones y que,
allí habría un enfermo siendo sábado; a pesar de todo, Jesús entró en casa del fariseo y les preguntó a los Maestros de
la Ley y a los fariseos, contemplando al hombre enfermo de hidropesía:
“¿Es lícito curar los
sábados, o no?”
-
Ellos se quedaron callados.
En
el diálogo,
entre seres humanos, y en la misma oración,
que es dialogar con Dios, no es lo
mismo "hacer silencio" que "callar".
· El Silencio es una forma de dialogar.
Significa relacionarse
desde la verdad íntima, desde el espíritu que
contempla, escucha y dialoga en su interior con la persona con quien se
relaciona y, en caso de la oración, con Dios.
· El silencio es esencial para
saber dialogar, desde la escucha, al
desear entender lo que se habla y
profundizar en el pensamiento, para crecer
íntegramente como humanos.
No todo es diálogo, ni
es fácil saber "escuchar" ni desear "entender".
Cada
día hay menos comunicación personal entre los seres humanos;
los “medios”, “redes sociales” han aumentado, y más con la IA, pero no para crear más y mejor relación
humana, sino para ausentar las presencias, aun en
presente.
No
es lo mismo “pronunciar o pensar en una persona” que, “entrar en diálogo
con ella”; tanto en presencia como en ausencia.
- Acostumbrarnos
a dialogar,
desde la ausencia, con espíritu de
presencia nos ayuda a saber hacer oración, que es siempre de presencia; Dios nunca deja de estar presente;
somos nosotros quienes “lo ausentamos”, a veces, en el mismo diálogo
oracional.
“Callar” puede
significar muchas cosas; “saber callar”
es una buena virtud.
- “Saber callar”, que no es silencio, porque no deja de
pronunciarse el interior humano, exige mucha madurez humana y mucho amor para
no herir.
“Ellos se quedaron callados”
- No
responder a un diálogo es vivir ausentes o aceptar la culpa;
en ambos casos “callar” es una cierta rebeldía interior.
“Callar” cuando se ve clara la respuesta es rebeldía; no se contesta
por no dar la razón a quien la tiene; manteniéndose en el propio criterio
aunque se reconozca el error.
“Jesús, tocando al enfermo,
lo curó y lo despidió”
- Les hizo reflexionar sobre lo que hacen ellos cuando pierden
algo de valor.
¡Cuántas injusticias y errores se cometen por
salvar una situación personal!; no importa la ley ni el amor; el egoísmo y la sinrazón
pueden más.
Es la dureza del mundo ante la Verdad de la
Vida de Jesús y, lo real donde no hay ley ni amor,
o cuando la ley se promulga para licitar la injusticia.
“No pudieron replicar a la pregunta
ni a la reflexión de
Jesús”
La “palabrería” del mundo, justificando el error, es más grave que “callar”
Federico Allara
SANTORAL DEL DÍA
s. Alfonso Rodríguez, religioso jesuita

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