lunes, 31 de marzo de 2025

 ¿QUIERES QUEDAR SANO? SEÑOR, 

NO TENGO A NADIE

Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS

Fray Federico Allara O.F.M

PALABRA DE DIOS

5 minutos en nuestro "día a día"

(Clic en los textos para leer)

Juan 5,1-16

Jesús sana al paralítico de Betzatá
5
Algún tiempo después celebraban los judíos una fiesta, por lo que Jesús regresó a Jerusalén. En Jerusalén, cerca de la puerta llamada de las Ovejas, hay un estanque llamado en hebreo Betzatá. Tiene cinco pórticos, en los que, echados en el suelo, se encontraban muchos enfermos, ciegos, cojos y tullidos. [4] d Había entre ellos un hombre enfermo desde hacía treinta y ocho años. Cuando Jesús lo vio allí tendido y supo del mucho tiempo que llevaba enfermo, le preguntó:
–¿Quieres recobrar la salud?
El enfermo le contestó:
–Señor, no tengo a nadie que me meta en el estanque cuando se remueve el agua. Para cuando llego, ya se me ha adelantado otro.
Jesús le dijo:
–Levántate, recoge tu camilla y anda.
En aquel momento el hombre recobró la salud, recogió su camilla y echó a andar. Pero como era sábado, 10 los judíos dijeron al que había sido sanado:
–Hoy es sábado; no te está permitido llevar tu camilla.
11 El hombre les contestó:
–El que me devolvió la salud me dijo: ‘Recoge tu camilla y anda.’
12 Ellos le preguntaron:
–¿Quién es el que te dijo: ‘Recoge tu camilla y anda’?
13 Pero el hombre no sabía quién le había curado, porque Jesús había desaparecido entre la multitud. 14 Después, en el templo, Jesús se encontró con él y le dijo:
–Mira, ahora que ya has recobrado la salud no vuelvas a pecar, no sea que te pase algo peor.
15 El hombre se fue y dijo a los judíos que Jesús era quien le había devuelto la salud. 16 Por eso los judíos perseguían a Jesús, porque hacía tales cosas en sábado.

DÍA 1 ABRIL  CICLO  -C

Se acerca el final de Jesús como Hombre verdadero en nuestra tierra.

Jesús sabe que sus milagros van a recrudecer la persecución; pero también sabe que está llegando su Hora.

Había una piscina donde esperaban ser curados, milagrosamente, muchos enfermos; entre ellos uno que llevaba treinta y ocho años sabiendo que, no tenía las condiciones propias para ser curado en la piscina Betesda.

Yo me inclino, ante las personas que conozco, que están, prácticamente, toda la vida enfermas y siguen, con sus labores cotidianas o sus exigidos trabajos, viviendo en paz, con fe, dando gracias a Dios por el don de la vida. Son personas elegidas.

Cuesta entender la elección desde la fe en el Amor de Dios para los que usan sólo la razón;  los que viven la fe, desde el dolor, suelen ser personas que dan consuelo a quienes les van a consolar.

La fe sólo se entiende desde la fe; como el testimonio de paz y esperanza desde el sufrimiento; esto, para el mundo, es incomprensible desde su criterio de amor y desde su concepto de Dios.

“No tengo a nadie que me meta 

en la piscina cuando se remueve el agua”

Muchos son los que no tienen a nadie que acompañe su dolor físico o espiritual. No siempre los que están al lado acompañan.

¡No tengo a nadie! es la frase que escuchamos de muchos seres humanos.

Como ayer decía, los hechos del Evangelio son para hallar luz hoy.

“Levántate, toma tu camilla y echa a andar”

“Muchos signos” tiene este milagro. Jesús muchas veces curaba en sábado para demostrar que, era Señor del sábado y que superaba la Ley con Amor.

Para quienes viven años acompañados de la enfermedad y el dolor, y su vida está apoyada en la verdad de la fe, ven como signo de este milagro dos cosas que su corazón entiende:

1.     Que Dios conoce su realidad y no está lejos de ellos, y

2.    Se sienten elegidos; difícil de entender cuando lo dicen quienes sufren;

“Elegidos”, no como lo fue este enfermo que nos habla el Evangelio de hoy, sino sintiendo la presencia de Jesús que acompaña sus vidas; han entendido, desde su fe, el porqué de esta elección y de este milagro.

El camino de Jesús desde la encarnación fue una subida hasta el Calvario.

Jesús eligió a este enfermo sabiendo que iba a precipitar la llegada a la cima donde nos revela la omnipotencia del Amor.

Teresa de Jesús y Juan de la Cruz no hacen solo poesía; han entendido el Amor divino y también que Dios no envía cruces, pero que, siendo la vida la que nos conduce de manera natural a que llegue el tiempo de la gran soledad –“no tengo a nadie” es expresión de que, hay momentos de la vida que los hemos de vivir solos-. En este momento es cuando se entiende, desde la mejor poesía, es decir, desde la Luz de la fe que, “la cruz es el camino del cielo” ( Sta Teresa)

“Los judíos perseguían a Jesús, 

porque hacia tales cosas en sábado”

Decir que tenemos fe, y no tener claras estas cosas de Dios y nuestras, es caminar a ciegas tropezando cruces que molestan y hacen gritar al cielo, aun desde muchas creencias.

Escuchemos la voz de los creyentes que, viven con fe, esperanza y con sentido trascendente su dolor.

F. Allara


SANTORAL DEL DÍA

s. Venancio, obispo de Salona y mártir




LA LEY Y EL SÁBADO






domingo, 30 de marzo de 2025

 “ANDA, TU HIJO VIVE”

Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS

Fray Federico Allara O.F.M

PALABRA DE DIOS

5 minutos en nuestro "día a día"

(Clic en los textos para leer)

Juan 4, 43-54

Jesús sana al hijo de un funcionario real
(Mt 8.5-13; Lc 7.1-10)
43 Dos días más tarde salió Jesús de Samaria y continuó su viaje a Galilea. 44 Porque, como él mismo afirmaba, a ningún profeta lo honran en su propia tierra. 45 Al llegar a Galilea fue bien recibido por los galileos, porque también ellos habían estado en Jerusalén en la fiesta de la Pascua y habían visto todo lo que él hizo entonces.
46 Jesús regresó a Caná de Galilea, donde había convertido el agua en vino. Se encontraba allí un alto oficial del rey, que tenía un hijo enfermo en Cafarnaún. 47 Cuando este oficial supo que Jesús había llegado de Judea a Galilea, fue a verle y le rogó que bajase a su casa a sanar a su hijo, que se estaba muriendo. 48 Jesús le contestó:
–No creeréis, si no veis señales y milagros.
49 Pero el oficial insistió:
–Señor, ven pronto, antes que mi hijo muera.
50 Jesús le dijo entonces:
–Vuelve a casa. Tu hijo vive.
51 El hombre creyó lo que Jesús le había dicho, y se fue. Mientras regresaba a casa, sus criados salieron a su encuentro y le dijeron:
–¡Tu hijo vive!
52 Les preguntó a qué hora había comenzado a sentirse mejor su hijo, y le contestaron:
–Ayer, a la una de la tarde, se le quitó la fiebre.
53 El padre se dio cuenta entonces de que a esa misma hora le había dicho Jesús: “Tu hijo vive”. Y él y toda su familia creyeron en Jesús.
54 Esta fue la segunda señal milagrosa hecha por Jesús al volver de Judea a Galilea.

DÍA 31 MARZO  CICLO -C

Jesús vuelve a la tierra donde creció, a Galilea, y Juan repite lo que dijo cuando no fue creído por sus convecinos: Un profeta no es estimado en su propia tierra”.

No somos profetas pero, quienes convivimos por alguna afinidad de la vida deberíamos tener muy en cuanta lo de amarnos; cuando hay amor hay credibilidad y, esta credibilidad y  estima deberían ser el punto de reflexión para escucharnos; en otro texto comenté lo que supone “saber y querer escucharnos” para no quedar situados en las propias creencias.

Jesús fue bien recibido porque habían visto todo lo que había hecho en Jerusalén.

Os he comento más de una vez que, leer el Evangelio es tener a Jesús resucitado presente en lo que nos dice o hace en el hoy de nuestra propia vida.

·       Esta es la primera condición de fe, o de falta de fe con los Evangelios, para saber qué hacemos con ellos; no es sólo leer o no leer, sino tomar conciencia de nuestra actitud frente a Jesús ante el libro que nos lo presenta vivo.

“Había un funcionario real que

 tenía un hijo enfermo en Cafarnaún”

Tenía miedo de que su hijo muriera y acude a Jesús. ¡Vivamos el hecho!.

·       En primer lugar, no sólo debe preocuparnos la enfermedad física propia o ajena de un ser querido, sino también las enfermedades del espíritu; en el sentido de estar muertos o debilitados en la fe verdadera.

¡Cuántas personas han recuperado la fe o la han encontrado en la aceptación de una realidad adversa a la propia vida! ¡Cuántos ante la adversidad se alejan del encuentro con Jesús!

María vivía su vida de entrega a Dios felizmente hasta que la visitó el Ángel para llamarla a su vocación singularísima; a partir de entonces se complicó su vida; siguió viviendo con la misma paz o más y, con la espada de dolor que no la dejaría hasta ver a su hijo, el Hijo de Dios, clavado en la Cruz y con la firme esperanza en Dios Padre. María lo vio morir y lo esperó resucitado.

La realidad de Jesús es histórica; lo que hay de fe la trasciende; nosotros nos apoyamos en la realidad, que es el hoy de tu vida y la mía.

La fe del funcionario le permitió escuchar de labios de Jesús:

“Anda, tu hijo vive”

¡Cuántos padres desean escuchar lo mismo desde hogares donde la preocupación por la salud física y espiritual es deficiente o peligrosa!

El texto dice que creyó él y toda su familia.

La fe no es acción de gracias. Este hombre y su familia tenían fe cuando se atrevieron a ir en busca de Jesús.

No esperemos ver más signos para creer en Jesús, Dios y Hombre verdadero

Si acudimos al crucificado hagamoslo con fe, es decir, creyendo en Él y en su Amor, que le llevó a la condena por ser Dios.

¡Vivamos del Evangelio!           

F. Allara


SANTORAL DEL DÍA

sANTA Balbina, matrona romana, 

fundadora de la Iglesia homónima



ROMPE ESAS CADENAS






sábado, 29 de marzo de 2025

 DIOS PADRE DE ETERNA MISERICORDIA

Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS

Fray Federico Allara O.F.M

PALABRA DE DIOS

5 minutos en nuestro "día a día"

(Clic en los textos para leer)

Josué 5,9-12

2 Corintios 5,17-21

Lucas 15,1-3.11-32

15 Parábola del pastor que encuentra a su ovejaa
(Mt 18.10-14)
Todos los que cobraban impuestos para Roma, y otras gentes de mala fama, se acercaban a escuchar a Jesús. Y los fariseos y maestros de la ley le criticaban diciendo:
–Este recibe a los pecadores y come con ellos.
Entonces Jesús les contó esta parábola:
Parábola del padre que recobra a su hijo
11 Contó Jesús esta otra parábola: “Un hombre tenía dos hijos. 12 El más joven le dijo: ‘Padre, dame la parte de la herencia que me corresponde.’ Y el padre repartió los bienes entre ellos. 13 Pocos días después, el hijo menor vendió su parte y se marchó lejos, a otro país, donde todo lo derrochó viviendo de manera desenfrenada. 14 Cuando ya no le quedaba nada, vino sobre aquella tierra una época de hambre terrible y él comenzó a pasar necesidad. 15 Fue a pedirle trabajo a uno del lugar, que le mandó a sus campos a cuidar cerdos. 16 Y él deseaba llenar el estómago de las algarrobas que comían los cerdos, pero nadie se las daba. 17 Al fin se puso a pensar: ‘¡Cuántos trabajadores en la casa de mi padre tienen comida de sobra, mientras que aquí yo me muero de hambre! 18 Volveré a la casa de mi padre y le diré: Padre, he pecado contra Dios y contra ti, 19 y ya no merezco llamarme tu hijo: trátame como a uno de tus trabajadores.’ 20 Así que se puso en camino y regresó a casa de su padre.
“Todavía estaba lejos, cuando su padre le vio; y sintiendo compasión de él corrió a su encuentro y le recibió con abrazos y besos. 21 El hijo le dijo: ‘Padre, he pecado contra Dios y contra ti, y ya no merezco llamarme tu hijo.’ 22 Pero el padre ordenó a sus criados: ‘Sacad en seguida las mejores ropas y vestidlo; ponedle también un anillo en el dedo y sandalias en los pies. 23 Traed el becerro cebado y matadlo. ¡Vamos a comer y a hacer fiesta, 24 porque este hijo mío estaba muerto y ha vuelto a vivir; se había perdido y le hemos encontrado!’ Y comenzaron, pues, a hacer fiesta.
25 “Entre tanto, el hijo mayor se hallaba en el campo. Al regresar, llegando ya cerca de la casa, oyó la música y el baile. 26 Llamó a uno de los criados y le preguntó qué pasaba, 27 y el criado le contestó: ‘Tu hermano ha vuelto, y tu padre ha mandado matar el becerro cebado, porque ha venido sano y salvo.’ 28 Tanto irritó esto al hermano mayor, que no quería entrar; así que su padre tuvo que salir a rogarle que lo hiciese. 29 Él respondió a su padre: ‘Tú sabes cuántos años te he servido, sin desobedecerte nunca, y jamás me has dado ni siquiera un cabrito para hacer fiesta con mis amigos. 30 En cambio, llega ahora este hijo tuyo, que ha malgastado tu dinero con prostitutas, y matas para él el becerro cebado.’
31 “El padre le contestó: ‘Hijo, tú siempre estás conmigo y todo lo mío es tuyo. 32 Pero ahora debemos hacer fiesta y alegrarnos, porque tu hermano, que estaba muerto, ha vuelto a vivir; se había perdido y lo hemos encontrado.’ ”

IV DOMINGO DE CUARESMA 

CICLO –C

Josué 5,9-12

Antes que nosotros existen nuestros padres; hoy es habitual pensar que somos originales, es decir que, hay tanta vanidad de progreso que se niega la historia, se considera innecesaria o se interpreta desde parámetros actuales. Procedemos de un ayer y no debemos manipularlo.

“Hoy os he quitado de encima 

el oprobio de Egipto”

“Hoy”; la liberación empieza con la salida de Egipto, pero el oprobio de la esclavitud se termina cuando el Pueblo llega a la tierra prometida de Canaán. Los hijos de Israel celebraron la Pascua, en la estepa de Jericó.

Mientras vamos de camino no dejamos atrás nuestra esclavitud, como tendencia a lo prohibido -lo cual no es caer, sino ser tentados-; sin embargo, la Redención ha hecho posible que la esclavitud no sea propiamente la situación del creyente, sino la Gracia del Amor y del Perdón, que nos ayudan a poder vivir, no desde la referencia de la esclavitud, sino con la experiencia de la Misericordia gratuita de Dios, como vemos en la unidad del A.T. y el NT.

“Si alguno está en Cristo es una criatura nueva. 

Lo viejo ha pasado, ha comenzado lo nuevo. 

Dios nos reconcilió por medio de Cristo 

y nos encargó el ministerio de la reconciliación” (2Cor 5,17-21)

“Al día siguiente” viene después de un largo ayer y después del “hoy”.

“El Día anterior ha pasado”; comieron de los productos de la tierra de Canaán, y cesó el maná.

El maná es para nosotros “Pan bajado del cielo” ya en tierra de reconciliados.

·        Necesitamos conocer la historia para poder dar razones del porqué de nuestro progreso espiritual.

El Pan que comemos llega después de mucha historia; desde una concatenación de sucesos hasta el hoy de nuestra vida.

·        Quien no quiere conocer y aceptar los eslabones de la cadena de la historia es lógico que no entienda; quiere luz desde el salto de la nada.

·        El Hijo encarnado en las entrañas de María, nacido como Dios y Hombre verdadero, ha hecho Eucaristía de su Cuerpo resucitado, Memorial de su Muerte y Resurrección, Verdadero Pan del cielo para los que se lo creen. La verdadera fe no permite que la razón recorte.

La celebración de la Pascua, el Memorial de Cristo como renovación de la Alianza de Dios con la Humanidad, viene de muy lejos, cuando los pastores eran nómadas y ofrecían sus primicias a Dios.

Entender y vivir la fe, con sentido comunitario eclesial, requiere el sentido común de aceptar a Dios en su acontecer meta-histórico.

Si falta este lógico sentido común no se da el paso en aceptar la realidad de nuestra historia de salvación, que no ha surgido de la nada, sino de Dios Creador desde la nada haciendo historia, hasta ser “uno de tantos entre nosotros”, iniciando un nuevo Pueblo no fundamentado sobre Ley, sino sobre el Amor. Es la Iglesia de la que somos miembros desde el bautismo.

No hace falta mucha inteligencia para entender el Amor de Dios; sencillamente pensar que la fe no es lo que entiende la razón, y quedarse en ella, sino aceptar la cadena de sucesos meta- históricos por los que llegamos al hoy de nuestra vida de fe, desde la lógica de de Dios, no la nuestra.


Lc 15,1-3.11-32

Es importante resaltar la forma de acudir a Jesús los publicanos y pecadores, para escucharlo, y los escribas y fariseos para juzgarlo.

“Ese acoge a los pecadores y como con ellos”

Jesús nos propone una parábola. Desde la fe la Palabra siempre es para hoy.

“Padre, dame la parte que me toca de la fortuna”

Nos detenemos ante la palabra Padre. Por ser la primera cuestión de fe:

·        ¿Quién es nuestro Dios?

¿Todos los cristianos tenemos a Dios como Padre?

Si le rezamos como Padre, ¿De quién sabemos que Dios es nuestro Padre?

·        ¿Somos cristianos? ¿Cómo manifestamos que somos cristianos de Cristo?

Sin pedirlo a Dios -si todo es energía-materia no hay nada que pedir- disfrutamos de una herencia gratuita: la vida y mucho más.

·        La parábola muestra a Dios como Padre de eterna Misericordia.

El hecho del hijo menor es sencillamente el de cualquier persona que reconoce su pecado, que hace memoria de su fe desde la experiencia vivida en casa con su padre y vuelve a su hogar a confesarse:

Ø  Ha reconocido su pecado

Ø  Tiene dolor de haber ofendido a su padre

Ø  Hace el propósito de confesar a su padre su pecado.

Ø  Se confiesa.

Pensamos que su propósito y deseo es no volver hacer lo que hizo.

En el cielo hay alegría por un pecador que se arrepiente”; el cielo hace fiesta

·        ¿Tú te confiesas? Si lo haces, ¿a quién?

Los que, haciéndolo, se confiesan sólo con Dios, ¿han pensado que a Él no le llega ni el bien ni el mal, y que su Pueblo, que se ha quedado con su Dios ha continuado siendo un Pueblo nuevo, que es el Cuerpo de Cristo resucitado, la Iglesia, siendo Ésta la que recibe el bien o el mal de sus miembros?

Ø  El hijo mayor no se ha enterado de nada.

Ø  No cree en su padre, no reconoce su pecado, no ama, y menos a su hermano. No ha estrenado el amor, porque para él sólo cuenta la Ley.

Ø  Se cree con todos los derechos por haber cumplido.

Ø  Exige la recompensa a su cumplimiento legal. No sabe qué es el hogar

¿Nos hemos detenido a pensar en la frase del padre, que es la de Dios Padre dirigida a ti y a mí hoy, si nos consideramos hijos suyos en Cristo Jesús?

“Hijo, tú estás siempre conmigo, 

y todo lo mío es tuyo.

·        ¿Qué recibimos y de quién por llamarnos creyentes?

Cada uno hagamos examen: ¿a quién nos asemejamos?

·        ¿Creemos que podemos seguir siendo como somos ante Dios y ante el prójimo, si hemos conocido y creído en el Dios revelado?                   

            F. Allara


SANTORAL DEL DÍA

b. Amadeo IX de Saboya



SED Y ESPERANZA