viernes, 19 de septiembre de 2025

SALIÓ EL SEMBRADOR 

A SEMBRAR SU SEMILLA

Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS

Fray Federico Allara O.F.M 

Animación a la lectura 

PALABRA DE DIOS

5 minutos en nuestro "día a día"

1 Timoteo 6,13-16

Lucas 8,4-15

Parábola del sembrador
(Mt 13.1-9; Mc 4.1-9)
Mucha gente que estaba allí, más otra llegada de los pueblos, se reunió junto a Jesús, y él les contó esta parábola: “Un sembrador salió a sembrar su semilla. Y al sembrar, una parte de ella cayó en el camino, y fue pisoteada y las aves se la comieron. Otra parte cayó entre las piedras, y brotó, pero se secó por falta de humedad.Otra parte cayó entre espinos, y al nacer juntamente los espinos, la ahogaron. Pero otra parte cayó en buena tierra, y creció y dio una buena cosecha, hasta de cien granos por semilla.”
Esto dijo Jesús, y añadió con voz fuerte: “¡Los que tienen oídos, oigan!”
El porqué de las parábolas
(Mt 13.10-17; Mc 4.10-12)
Los discípulos preguntaron a Jesús qué significaba aquella parábola. 10 Él les dijo: “A vosotros, Dios os da a conocer los secretos de su reino; pero a los otros les hablo por medio de parábolas, para que por mucho que miren no vean y por mucho que oigan no entiendan.
Jesús explica la parábola del sembrador
(Mt 13.18-23; Mc 4.13-20)
11 “Esto significa la parábola: La semilla representa el mensaje de Dios. 12 La parte que cayó por el camino representa a los que oyen el mensaje, pero viene el diablo y se lo quita del corazón para que no crean y se salven. 13 La semilla que cayó entre las piedras representa a los que oyen el mensaje y lo reciben con gusto, pero luego, a la hora de la prueba, fallan. 14 La semilla que cayó entre espinos representa a los que oyen, pero poco a poco se dejan ahogar por las preocupaciones, las riquezas y los placeres, de modo que no llegan a dar fruto. 15 Pero la semilla que cayó en buena tierra representa a las personas que con corazón bueno y dispuesto oyen el mensaje y lo guardan, y permaneciendo firmes dan una buena cosecha.

DÍA 20 SEPTIEMBRE  CICLO  C

·       “Sembró el Labrador” y apareció la tierra.

La tierra sola era caótica y desolada; ¿qué es la tierra sola? Nada.

·  Sembró, y se encendió la luz, apareciendo el sol que ilumina y da calor; y el Sembrador vio que la tierra, caótica y desolada, era buena.

La tierra iluminada con la luz es buena, como bueno es el calor del sol, pero ella sola es riqueza inútil.

·     Sembró el Labrador y apareció el agua y, con ella, la tierra empezó a saber su razón de ser, porque con el agua apareció la vegetación y las hierbas, que producen semillas para que el sembrador las esparza y produzcan árboles que den frutos.

Siendo buenos la luz y el calor del sol, es mejor que haya noche, con luz nocturna que sirva de frescor y descanso a la naturaleza.

·   Sembró el Labrador, y se llenó la tierra de criaturas de toda especie y vio que todas ellas eran buenas.

Siguió sembrando el Labrador y llenó de agua los vacíos de la tierra e hizo aparecer, en las aguas caudalosas, otras criaturas que en ellas viven, y vio que también estas criaturas eran todas buenas.

¿Qué le faltaba a la tierra y al mar, siendo buenas y bellas todas las criaturas, y al universo en su expansión y belleza?

-      Al Sembrador Se le ocurrió crear un ser diferente a todos; lo hizo diferente a todo y a todas las criaturas; pero se le ocurrió algo que, sólo desde su libertad y su sabiduría podemos deducir que, fue sólo por amor; iba a crear una diferencia que le iba a comprometer de por vida.

-       Al sembrador se le ocurrió crear un ser libre “a su imagen y semejanza”

Usando la frase de Duns Scoto: Lo pensó, “lo podía hacer y lo hizo”

-       Lo más maravilloso es que, el Sembrador creo “en unidad de amor”, también a su semejanza divina, al hombre y a la mujer, y vio que eran buenos”

Así de gratuita fue la siembra y la aparición de las cosas creadas; incluido el ser humano, “uno”; son iguales “en la diferencia”, mujer y hombre, a quienes el labrador les regaló todo lo creado, el amor para convivir en paz y, su amistad con Dios de por vida, dejándoles en el paraíso de la tierra buena.

“Dios vio que todo lo que había hecho era muy bueno” (Gn. 1,31)

Si Dios lo hizo todo bueno, no es la causa del mal, que no podemos evitar.

La semilla era buena:

“Parte cayó al borde de los caminos, y los pájaros se la comieron.

Otra cayó en terreno pedregoso, y por falta de humedad, se secó.

Otra cayó entre abrojos, que, creciendo a la vez, la ahogaron.

Otra cayó en tierra buena y, después de brotar, dio fruto al ciento por uno”

“El que tenga oídos para oír, que oiga”.

Vivimos en un auténtico paraíso; pero, “por culpa de nadie”, cada vez es menos habitable y más violento “el hombre bueno”, contra su semejante “bueno”; nadie se considera culpable.

·       El sembrador ha vuelto para restablecer la paz.  

¿En qué parte y de qué parte estamos tú y yo?                                          

 Federico  Allara

SANTORAL DEL DÍA

ss. Andrea Kim Taego˘n, sacerdote, 

y Pablo Chông Hasang 

y Compañeros, mártires coreanos



TU CANTO






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