DIOS HA VISITADO
A SU PUEBLO
Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS
Animación a la lectura
PALABRA DE DIOS
5 minutos en nuestro "día a día"
1 Timoteo 3, 1-13
DÍA 16 SEPTIEMBRE CICLO -C
· Sí,
Dios nos ha visitado; su pueblo es toda la
humanidad. Lo que ocurre es que, llegado como un hombre cualquiera,
fue en un tiempo concreto y en una tierra conocida; hasta en un Pueblo elegido
en su Historia, lo cual ha
dificultado entender su
trascendencia, como Dios, “a
todo tiempo” y “lugar”
También
nosotros existimos en un tiempo y en
un espacio concreto; no pensamos que, cualquier vida trasciende todo tiempo y lugar; nadie
existe por sí mismo y, por más pobre que sea una vida humana “forma parte del todo”; no
desde el mundo, donde sólo unos pocos piensan que son importantes y su vida trascendente.
Pensemos que sí somos importantes para Dios.
“Iba Jesús camino de una ciudad llamada Naín.
-
Siempre caminaban con Él sus discípulos
y mucha gente.
-
El Señor se compadeció al ver enterrar al hijo
de una viuda y le dijo:
“No llores, y al hijo muerto “Muchacho, a ti te lo digo, levántate”
- Jesús se compadecía de todos los que sufrían
en su cuerpo o en su espíritu, pero no era su misión soló sanar, sino dar a
conocer, con palabras y gestos, que era el enviado del Padre y para
que, su misión trascendiera a todos los
tiempos. Sus milagros eran pequeños
gestos que mostraban su poder.
Hoy Cristo vive; lo creemos y celebramos los creyentes; además de pasearse por nuestras calles en
cualquier rostro de hombre que vemos.
Si ayer no fue reconocido por quien no
quiso, hoy muchos esperan de Dios
otra manera de presentarse; sobre
todo, precisamente los poderosos en riqueza y razón, porque no suelen contemplar al prójimo y,
menos, al pobre.
Quien no reconoce al ser humano de hoy que,
en medio del progreso anda en sufrimiento, hambre y martirio en este
siglo, como nunca los ha habido y, muy
hipócritamente callado, es muy fácil
el equívoco de pensar a Dios deseando que “actuara más” que, en
su criterio, guardando silencio. El
hombre moderno no ve los signos de Dios.
Imposible reconocerle caminando, desde su Amor, acercándose a los féretros
ambulantes, enfermos física y espiritualmente que, podemos ser los que menos lo pensamos, incapaces de escuchar la voz que nos impulsaría a levantarnos y ser devueltos al
amor.
Ayer fue su mismo Pueblo elegido y
creyente el que no reconoció a Dios en
Jesús, “uno de tantos”, que hizo
prodigios de Amor, hasta
después de haber sido condenado, con
gestos de perdón y de justificación ante los mismos autores de
su condena a muerte de Cruz.
Hoy también, dentro de su Cuerpo de bautizados, miembros
de la Iglesia, somos los que, deseando
un bien, como ayer lo pretendían con error Pedro, escribas y fariseos, desfiguramos el rostro de Cristo.
· Es tiempo de unidad por la que Cristo oró, que no es jamás uniformidad.
Nuestra falta de unidad hace que, no demos testimonio de nuestra fe; aunque
a nadie le es motivo de justificar su duda o rechazo de Cristo. Cada uno somos responsable ante Él.
“El muerto se
incorporó, empezó a hablar, y se lo entregó a su madre”
Aceptemos, desde la fe, ser
devueltos a la vida y entregados a
la Iglesia.
Federico Allara
SANTORAL DEL DÍA

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