CREER EN UN DIOS MISERICORDIA
QUE AMA Y PERDONA
Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS
PALABRA DE DIOS
5 minutos en nuestro "día a día"
(Clic en los textos para leer)
Isaías 43,16-21
Filipenses 3,8-14 |
8 1 Pero Jesús se dirigió al monte de los Olivos, 2 y al día siguiente, al amanecer, volvió al templo. La gente se le acercó, y él, sentándose, comenzó a enseñarles. 3 Los maestros de la ley y los fariseos llevaron entonces a una mujer que había sido sorprendida en adulterio. La pusieron en medio de todos los presentes 4 y dijeron a Jesús: –Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en el acto mismo del adulterio. 5 En nuestra ley, Moisés ordena matar a pedradas a esta clase de mujeres. Y tú, ¿qué dices? 6 Preguntaron esto para ponerle a prueba y tener algo de qué acusarle, pero Jesús se inclinó y se puso a escribir en la tierra con el dedo. 7 Luego, como seguían preguntándole, se enderezó y les respondió: –El que de vosotros esté sin pecado, que le arroje la primera piedra. 8 Volvió a inclinarse y siguió escribiendo en la tierra. 9 Al oir esto, uno tras otro fueron saliendo, empezando por los más viejos. Cuando Jesús se encontró solo con la mujer, que se había quedado allí, 10 se enderezó y le preguntó: –Mujer, ¿dónde están? ¿Ninguno te ha condenado? 11 Contestó ella: –Ninguno, Señor. Jesús le dijo: –Tampoco yo te condeno. Vete y no vuelvas a pecar. |
Is 43,16-21
La
Palabra de Dios siempre es luz nueva para el creyente humilde.
“No recordéis lo de antaño, no penséis en lo antiguo; mirad
que realizo algo nuevo”
Dios recuerda a su Pueblo lo que hizo para liberarles de la
esclavitud y lo estableció como Pascua hasta que, su Hijo, el enviado, estableció su Pascua
como celebración.
El recuerdo del pasado es para ver lo positivo que Dios ha hecho; no para quedar estáticos en el recuerdo de lo viejo; ésto incapacita para ver lo nuevo; la sucesión de su obrar cada vez
con mayor revelación de amor.
La memoria
histórica que mira solo lo negativo no resulta buena para nadie.
Lo negativo, venga de quien venga, no es para ser exaltado, sino para no volver a caer en su error. Quien tiene la actitud de exaltar lo negativo pone muro al futuro.
Lo negativo, de cada tiempo
histórico, abre el campo de la lucha
paralizando el tiempo.
“Abriré un camino por el desierto,
corrientes en el yermo…,
pondré agua en el desierto,
corrientes en la estepa”
Se abren caminos de esperanza para los desterrados en Babilonia.
Si malo es detenerse en lo negativo, también lo es detenerse en la gloria del pasado; ambas actitudes entorpecen y
obstaculizan el futuro.
Fil 3,8-14
Pablo vivía de lo positivo de Dios, desde sus grandes conocimientos, hasta que Jesús resucitado le hizo ver el error de la letra de sus
conocimientos, que le retenían y lo
incapacitaban para aceptar lo nuevo.
No es fácil permanecer fundamentados en lo
esencial, y estar abiertos a lo nuevo, siempre que, supere en
bien y en amor lo esencial
objetivo de nuestra vida humilde. Toda falta de crecimiento humano tiene
por causa permanecer cerrados a lo que
consideramos nuestra verdad,
porque la Verdad de Dios es gratuita y
siempre, siendo inmutable en lo esencial, ofrece abierto el camino del
futuro siempre nuevo, que suele pisarlo
quien está abierto a la Verdad sin
miedo a perder la suya subjetiva.
“Todo lo considero pérdida, comparado con la excelencia del
conocimiento de Cristo Jesús.
Por Él lo perdí todo, y
todo lo considero basura con tal de ganar a Cristo y ser hallado por Él…, por la
justicia que viene de Dios y se apoya en la fe.
¡Cuánto nos sirve la experiencia de Pablo!
“Solo busco una cosa:
olvidándome de lo que queda atrás
y
lanzándome hacia lo que está por delante.
Así piensan los seres humanos que aceptan la sabiduría de reconocer su pasado errado,
sin detenerse, y miran el futuro desde la fe en el Amor revelado en Cristo.
Jn 8,1-11
El pasado domingo veíamos la Misericordia divina en la parábola
del hijo pródigo.
Hoy es Jesús quien manifiesta el amor al
pecador, sin justificar el pecado:
Jesús dice a la mujer: “En adelante no peques más”
Es una parábola que nos gusta y mueve nuestro sentimiento de amor humano a Jesús; pero no nos
equivoquemos, porque lo que Jesús desea
con sus parábolas, no es nuestro
sentimiento hacia su bondad, sino el
paso a creer que es Dios QUIEN ama y perdona al pecador, y que Él es el enviado
del Padre, siendo Dios.
No dar este paso de aceptación de la fe en el Dios de eterna Misericordia es quedarnos,
con nuestra verdad religiosa, diciendo no a Jesús; permaneciendo, hoy muy común, en
sentimientos positivos ante la bondad de Jesús, sin fe en Él.
La Ley sin amor la interpretaron los escribas y fariseos. El A.T. está lleno de gestos y actitudes de
misericordia y de exigencia de amor de parte de Dios; desde amarle
sobre todas las cosas y amar al prójimo como a uno mismo hasta decir
que, Dios no quiere sacrificios y
holocaustos sino amor, para luego
poder ir a litigar con Él.
Sin amor presentan a Jesús una mujer sorprendida en adulterio.
“La ley de Moisés nos manda
apedrear a las adúlteras; tú, ¿qué dices?”
Lo primero que nos molesta, además de ver que no les importa la mujer a quien, con la Ley en la mano,
la matarían sin inmutarse cuando, con la Ley de Moisés en la mano, esto no lo quiere Dios, es que no lleven a
Jesús, también, al hombre que estuvo con esta mujer.
Un silencio eterno sumerge a Jesús sin contestar; es el silencio por tantos acusadores que
existen hoy en nuestro mundo, capaces de
matar con la ley en la mano.
No es el silencio de un Dios que no existe,
sino el del único Dios que calla por
amor a los que acusan y condenan sin amar.
Más eterno es el silencio de la mujer que sabe que su vida está pendiente de un
hilo.
Como insistían los fariseos, Jesús se incorporó -signo de autoridad- y les dijo:
“El que esté sin pecado,
que le tire la primera piedra”
¡Cómo y cuánto debemos meditar esta frase!
Los fariseos fueron hipócritas, pero la frase
les llegó hondo y se
fueron retirando.
La parábola es actual como toda Palabra de
Dios, porque la frase la repetimos creyentes y no
creyentes, pero ¿hay alguien que se
retire en silencio aceptando que no es digno de tirar la primera piedra?
Hoy nos
echamos piedras de muerte los unos a los otros, justificándonos de pecado. Deja la palabra, ¿Qué hacemos ante el mal?
Ø Qué
fácil es juzgar y condenar y no mirar a los ojos de quien se condena.
Ø Qué
fácil es aplicar la Ley sin amor.
Ø Las
posiciones son cada vez más duras dentro de la Iglesia y en las relaciones sociales, permaneciendo cada uno en su propio criterio y parecer.
Los creyentes
acudimos a la práctica sacramental sin reconciliación, sin ser motivo de
justificación para los que no practican. A la procesión vamos todos con nuestra vela.
No se ven medidas de reconciliación con Dios
y con el prójimo, sino de desunión.
Humildad, silencio, equilibrio, paciencia, amor de Jesús ante dos mundos que tiene
delante, el de los fariseos y la mujer, que
podemos ser tú y yo.
Federico Allara
SANTORAL DEL DIA
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