¿LE ES LÍCITO A UN HOMBRE DIVORCIARSE DE SU MUJER?
Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS
PALABRA DE DIOS
5 minutos en nuestro "día a día"
(Clic en los textos para leer)
Marcos 10, 1-12
DÍA 28 FEBRERO CICLO C
A
los fariseos no les importaban los
casos de divorcio porque lo tenían claro y solucionado desde su
interpretación de la Ley; a lo que iban
era a poner a prueba a Jesús para comprometerle con las
respuestas que podía dar.
“¿Le es lícito a un
hombre divorciarse de su mujer?”
La
pregunta
de los fariseos, acercándose a Jesús, revela
su forma de pensar y de utilizar la Ley.
Todos
los derechos para el hombre frente a ninguno de la mujer; y
la expresión “divorciarse de su
mujer” indica el sentido de propiedad, sin considerar la
dignidad de la mujer y sus derechos, que no tenía ninguno ante la Ley,
según la interpretación de los letrados y fariseos.
Jesús no
se apoya en su autoridad para responder a su pregunta, sino que se va a la misma Ley donde ellos fundan sus
razones.
“¿Qué os ha mandado
Moisés?
Moisés permitió
escribir el acta de divorcio y repudiarla”
Jesús les dice:
“Por la dureza de vuestro corazón
dejó escrito Moisés este precepto.
Dios creo al ser humano, mujer
y hombre, y les dijo: “Sed fecundos, llenad la tierra y sometedla”. (Gn. 1,28a). En tiempo de los patriarcas ésta
era la norma habitual del pueblo, y veían un castigo a la mujer, que era
estéril, porque el don de la mujer era
ser madre.
Ya en Egipto, este pueblo esclavizado, se
multiplicaba siendo un peligro manifestado por el Faraón.
Sin embargo, el mismo Génesis nos revela un sentido más profundo de la relación
hombre-mujer, en Gn. 2,23: “Esta sí que es carne de mi carne y huesos de mis
huesos”.
Dios creo al ser humano en un estado de
verdadero amor, donde la felicidad de ambos era experiencia de unidad, porque no
existía la mutua atracción; lo que llamamos concupiscencia.
Dios, desde el origen, nos creo
libres y destinados a vivir un amor fecundo en todos los
sentidos, siendo el principal la
relación de amistad con Dios.
Romper esta amistad con Dios fue salir del
estado de felicidad gratuita, y entrar en una relación difícil de equilibrar
entre amor y concupiscencia.
“Tendrás ansia de tu
marido, y él te dominará. (Gn. 3,16b).
El ansia de dominio es real en ambos. ¡Qué difícil es vivir la verdad del amor!
Este es el acontecer histórico del ser humano
donde el Génesis nos revela que, el
ser humano, mujer y hombre, fueron creados buenos gratuitamente. Somos nosotros los que ponemos
remiendos y destrozamos la Ley y el Amor
Jesús contesta que, desde su origen, Dios
nos creo para ser fecundos desde el
amor, con igualdad de derechos y responsabilidades.
Tenemos necesidad de conocer a Dios y de
objetivar la verdad del amor.
No queda solucionado con afirmar que “Dios es
Amor”.
Hay que conocer
esta Verdad, que es unidad, para
relacionarnos los humanos desde un Amor que no quede reducido a la
debilidad del nuestro.
F. Allara
SANTORAL DEL DÍA
CUANDO DOS SE AMAN
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