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jueves, 27 de febrero de 2025

¿LE ES LÍCITO A UN HOMBRE DIVORCIARSE DE SU MUJER?

Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS

Fray Federico Allara O.F.M

PALABRA DE DIOS

5 minutos en nuestro "día a día"

(Clic en los textos para leer)

Marcos 10, 1-12

La enseñanza de Jesús acerca del divorcio
(Mt 19.13-15; Lc 16.18)
10
Salió Jesús de Cafarnaún y se fue a la región de Judea y a la tierra que está al oriente del Jordán. Allí volvió a reunírsele la gente, y él comenzó de nuevo a enseñar, como tenía por costumbre. Algunos fariseos se acercaron a Jesús, y para tenderle una trampa le preguntaron si al esposo le está permitido separarse de su esposa. Él les contestó:
–¿Qué os mandó Moisés?
Dijeron:
–Moisés permitió despedir a la esposa entregándole un certificado de separación.
Entonces Jesús les dijo:
–Moisés os dio ese mandato por lo tercos que sois. Pero en el principio de la creación, Dios los creó hombre y mujer. Por eso, el hombre dejará a su padre y a su madre para unirse a su esposa, y los dos serán como una sola persona. Así que ya no son dos, sino uno solo. De modo que el hombre no debe separar lo que Dios ha unido.
10 Cuando ya estaban en casa, los discípulos volvieron a preguntarle sobre este asunto. 11 Jesús les dijo:
–El que se separa de su esposa y se casa con otra, comete adulterio contra la primera; 12 y si la mujer deja a su esposo y se casa con otro, también comete adulterio"

DÍA 28 FEBRERO  CICLO  C

A los fariseos no les importaban los casos de divorcio porque lo tenían claro y solucionado desde su interpretación de la Ley; a lo que iban era a poner a prueba a Jesús para comprometerle con las respuestas que podía dar.

“¿Le es lícito a un hombre divorciarse de su mujer?”

La pregunta de los fariseos, acercándose a Jesús, revela su forma de pensar y de utilizar la Ley.

Todos los derechos para el hombre frente a ninguno de la mujer; y la expresión divorciarse de su mujer indica el sentido de propiedad, sin considerar la dignidad de la mujer y sus derechos, que no tenía ninguno ante la Ley, según la interpretación de los letrados y fariseos.

Jesús no se apoya en su autoridad para responder a su pregunta, sino que se va a la misma Ley donde ellos fundan sus razones.

“¿Qué os ha mandado Moisés?

Moisés permitió escribir el acta de divorcio y repudiarla

Jesús les dice:

“Por la dureza de vuestro corazón 

dejó escrito Moisés este precepto.

Dios creo al ser humano, mujer y hombre, y les dijo: “Sed fecundos, llenad la tierra y sometedla”. (Gn. 1,28a). En tiempo de los patriarcas ésta era la norma habitual del pueblo, y veían un castigo a la mujer, que era estéril, porque el don de la mujer era ser madre.

Ya en Egipto, este pueblo esclavizado, se multiplicaba siendo un peligro manifestado por el Faraón.

Sin embargo, el mismo Génesis nos revela un sentido más profundo de la relación hombre-mujer, en Gn. 2,23: “Esta sí que es carne de mi carne y huesos de mis huesos”.

Dios creo al ser humano en un estado de verdadero amor, donde la felicidad de ambos era experiencia de unidad, porque no existía la mutua atracción; lo que llamamos concupiscencia.

Dios, desde el origen, nos creo libres y destinados a vivir un amor fecundo en todos los sentidos, siendo el principal la relación de amistad con Dios.

Romper esta amistad con Dios fue salir del estado de felicidad gratuita, y entrar en una relación difícil de equilibrar entre amor y concupiscencia.

“Tendrás ansia de tu marido, y él te dominará.  (Gn. 3,16b).

El ansia de dominio es real en ambos. ¡Qué difícil es vivir la verdad del amor!

Este es el acontecer histórico del ser humano donde el Génesis nos revela que, el ser humano, mujer y hombre, fueron creados buenos gratuitamente. Somos nosotros los que ponemos remiendos y destrozamos la Ley y el Amor  

Jesús contesta que, desde su origen, Dios nos creo para ser fecundos desde el amor, con igualdad de derechos y responsabilidades.

Tenemos necesidad de conocer a Dios y de objetivar la verdad del amor.

No queda solucionado con afirmar que “Dios es Amor”.

Hay que conocer esta Verdad, que es unidad, para relacionarnos los humanos desde un Amor que no quede reducido a la debilidad del nuestro.                                 

F. Allara


SANTORAL DEL DÍA

s. Romano, abad


CUANDO DOS SE AMAN 






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