Páginas

viernes, 28 de febrero de 2025

SOMOS HIJOS “SIN EDAD”. 

DIOS ES ETERNO, LO SEREMOS EN ÉL

Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS

Fray Federico Allara O.F.M

PALABRA DE DIOS

5 minutos en nuestro "día a día"

(Clic en los textos para leer)

Marcos 10,13-16

Jesús bendice a los niños
(Mt 19.13-15; Lc 18.15-17)
13 Llevaron unos niños a Jesús, para que los tocara; pero los discípulos reprendían a quienes los llevaban. 14 Jesús, viendo esto, se enojó y les dijo:
–Dejad que los niños vengan a mí y no se lo impidáis, porque el reino de Dios es de quienes son como ellos. 15 Os aseguro que el que no acepta el reino de Dios como un niño, no entrará en él.
16 Tomó en sus brazos a los niños y los bendijo poniendo las manos sobre ellos.

DÍA 1 MARZO  CICLO  C  

El amor lleva implícito el sentido de la paternidad. El verdadero amor lo experimenta mejor que una paternidad real sin amor porque, amar es cuidar, proteger, velar por el amado. Sin amor no hay experiencia de ser padres.

Sin amor venimos a ser objetos instrumentalizados según conveniencia, es decir, usados, y si conviene desechados.

Un dios despersonalizado es en quien creen algunos pero, éste sólo puede ofrecer lo que cabe en el pensamiento de sus creyentes ya que, no cabe tener diálogo con el ser humano, que sólo es real con el Dios personal.  

Toda la Naturaleza habla de Dios, y con cada criatura nos podemos relacionar como personas valorando su belleza y su presencia, pero no se puede decir que esto sea una relación mutua; las criaturas nos hablan en la medida de nuestra sensibilidad, porque ellas son pura materia expuesta.

Los animales pueden llegar a tener una relación mutua que nunca puede decirse que es intercomunicación de amor, porque el amor es tan sublime y único que sólo le corresponde al ser humano que llega a conocerlo, a entenderlo y a vivirlo.

El ser humano tiene que ascender a un nivel espiritual para comprender la objetividad del amor. Es tan único en su verdad que, sólo se puede vivir entre los humanos con cierta y segura madurez personal.

El amor, siendo el último mandamiento divino que asume toda la Ley, hablando desde la fe, es un proceso que pocos alcanzan.  

A saber amar, con el amor que no pide, llegan muy pocos; viven de la compensación que da el mismo hecho de darse sin esperar nada.

Este es el Amor que hemos conocido en Jesús, revelador de un Dios personal (Padre, Hijo y Espíritu Santo), capaz de ser más fuerte que la muerte; el Amor del Dios trinitario dado gratuitamente para que, todo ser humano que se lo crea participe de un diálogo interpersonal con Él, y tiene como fin la experiencia de lo eterno, en el tiempo, y la Gloria como destino.

Sólo el Amor de un Dios personal nos puede ofrecer el sentido de la vida y el de la inmortalidadvivida ya en el tiempo”.

Desde la fe nos reconocemos hijos de Dios desde el bautismo y, dicho por Jesús a los niños que se le acercaban, tiene el signo de que, para Dios, todo ser humano creado por su Amor es amado como hijo.

"Dejad que los niños vengan a mí

y no se lo impidáis, porque el reino de Dios 

es de quienes son como ellos"

Esta frase es de mucha trascendencia.

Como Dios es eterno, somos hijos “sin edad”, como lo seremos en Él.

Lo dice S. Juan: 

“Amigos míos, hijos de Dios lo somos ya” (I Jn.3,2a).

La advertencia de no impedir que los niños se le acerquen es para hoy.

Algunos padres se consideran dueños de sus hijos, y algunas autoridades elevan el Estado a ser dueño y señor de sus súbditos, desde su contradicción democrática, recortando la libertad y la dignidad de los hijos que, tienen derecho a una formación integral para poder decidir.

Entender a Jesús y el Reino de los cielos, establecido en el mundo, (es aquí donde optamos) es de los que tienen las actitudes de los niños.

 F. Allara


SANTORAL DEL DÍA

S. Augusto Chapdelaine, mártir



COMO UN NIÑO




 

No hay comentarios:

Publicar un comentario