martes, 22 de octubre de 2024

 “A LA HORA QUE MENOS PENSÉIS 

VIENE EL HIJO DEL HOMBRE”

Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS

Fray Federico Allara O.F.M 

Animación a la lectura 

PALABRA DE DIOS

5 minutos en nuestro "día a día"

(Clic en los textos para leer)

Efesios 3,2-12

Salmos 12

Lucas 12,39-48

39 Y pensad que si el dueño de la casa supiera a qué hora va a llegar el ladrón, no dejaría que se la abrieran para robarle. 40 Estad también vosotros preparados, porque el Hijo del hombre vendrá cuando menos lo esperéis.”
La fidelidad y la infidelidad en el servicio
(Mt 24.45-51) 41 Pedro le preguntó:
–Señor, ¿has contado esta parábola sólo para nosotros, o para todos?
42 Dijo el Señor: “¿Quién es el mayordomo fiel y atento, a quien su amo deja al cargo de la servidumbre para repartirles la comida a su debido tiempo? 43 ¡Dichoso el criado a quien su amo, al llegar, encuentra cumpliendo con su deber! 44 De verdad os digo que el amo le pondrá al cargo de todos sus bienes. 45 Pero si ese criado, pensando que su amo va a tardar en volver, comienza a maltratar a los demás criados y a las criadas, y se pone a comer, beber y emborracharse, 46 el día que menos lo espera y a una hora que no sabe llegará su amo y lo castigará. Le condenará a correr la misma suerte que los infieles.
47 “El criado que sabe lo que quiere su amo, pero no está preparado ni le obedece, será castigado con muchos golpes. 48 Pero el criado que por ignorancia hace cosas que merecen castigo, será castigado con menos golpes. A quien mucho se le da, también se le pedirá mucho; a quien mucho se le confía, se le exigirá mucho más"

DÍA 23 OCTUBRE  CICLO -B

La Fe es el don que permite vivir de la Presencia de Dios. Una fe que fuera sólo la creencia subjetiva de Dios podría vivir sin la necesidad de su Presencia real.

Vivir de la Presencia indica reconocer que la vida es gratuita, que Dios es Creador permanente.

La vida es don que con la fe advierte:

·       Su valor sagrado de origen y su riqueza, pues vale más que el oro, y

·       Su pobreza, porque quien se atreve a mirar dónde pone el pie, en el segundo siguiente le entra el escalofrío de ver el abismo de la nada.

Es la manera sencilla y lógica de entender el Amor divino creador con consciencia de no pensar que, mientras vivimos somos dueños de la vida.

Ni somos dueños de la vida, por más que nos creamos libres para vivirla, ni la muerte es el final.

“Comprended que si supiera el dueño de la casa a qué hora viene el ladrón, no le dejaría abrir un boquete”

Es así cuando se valora más lo que se tiene, con temor de perderlo, que la vida que se nos regala. Reconocer la vida como la única riqueza es temer perderla y aprender a gozar de todas las demás riquezas, desde la sabiduría que le dice: “que para quien ama todo le sirve para su bien”.

Vivir es el gran don.

Somos dueños de los bienes materiales, pero la vida es la riqueza que, unida al amor aprendido, está llamada a ser dada y compartida, con experiencia de unidad, de fraternidad y de sentido, que trasciende la mera existencia de las criaturas inferiores.

Hoy se pone seguridad a la casa y se guardan las joyas en seguros y escondidos cajeros, mientras somos capaces de dejar que los ladrones anden sueltos por el hogar íntimo de la propia vida.

Quien ama espera siempre al amado, y considera su llegada el mejor don para la paz del alma.

Nunca el amor es ladrón que necesita abrir un boquete. El alma espera abierta al amado.

Estad preparados, porque a la hora que menos penséis, 

viene el Hijo del Hombre”

Quien hace de la vida su amor a Dios y al prójimo, a su medida, necesita de la Presencia de Dios para poder vivirla, y goza de esta experiencia de Dios, que es real y objetiva, y pide los dones del Espíritu, porque nunca el ser humano está preparado para recibir a Dios como último fin.

Vivir estas realidades, que son espirituales desde la materialidad de la vida, es reconocer la vida en su trascendencia.

La inmortalidad es real por ser Dios Verdad en su revelación y porque Cristo ha resucitado.

La fe no es pura subjetividad de creer en Dios, sino el agradecimiento de saber desde el mismo Dios lo que ha dicho y ha hecho por todos y cada uno de nosotros.

“Señor, ¿has dicho esta parábola por nosotros o por todos?”

La respuesta de Jesús es clara

“Dichoso el criado a quien su amo al llegar lo encuentre portándose así”

Otra vez se nos repite, aunque no guste, que somos “criados, siervos”; algo más, somos administradores de la vida que se nos ha confiado.

Portándonos así, además de ser buenos y amar a Dios y al prójimo, hoy se nos dice

·       “Ser precavidos en no dejar abrir boquetes a los muchos ladrones que andan sueltos,

·       No ser nosotros mismos ladrones de nuestro propio hogar dejando perder la riqueza que somos.

“Os aseguro que lo pondrá al frente de todos sus bienes”

Responder al don de la fe y a los dones que Dios regala es saber que, Dios abre la puerta de su hogar divino dándose a conocer a quien se “confía y no pregunta”, y ama.

Los bienes de Dios son espirituales y los recibe objetivamente quien vive vida espiritual, que no es sólo vida devota y practicante, sino vida de bien y bondad, propia de gente naturalmente buena y de los que se toman en serio la vida de relación íntima con Dios.

En el cielo, al que se llega sólo por Misericordia divina, sabremos lo que hemos percibido y agradecido del Dios trinitario y lo que nos hayamos perdido por quedar la vida suspendida en subjetividad e indecisión, no llegando a alcanzar los bienes que Dios dispone para cada uno.

“Al que mucho se le dio, mucho se le exigirá; 

al que mucho se le confió, más se le exigirá”

Que Dios nos dé lo que ha dispuesto darnos, y que sepamos corresponder.

F. Allara


SANTORAL DEL DÍA

s. Juan da Capestrano, sacerdote franciscano, 

patrón de los capellanes militares



TU LLUVIA DESCIENDE







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