¿CON QUÉ AUTORIDAD HACES ESTO?
Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS
Animación a la lectura PALABRA DE DIOS
5 minutos en nuestro "día a día"
(Clic en los textos para leer)
Judas 1, 17-25
Salmos 62 |
Marcos 11,27-33
La autoridad de Jesús 27 Después de esto regresaron a Jerusalén, y mientras Jesús andaba por el templo se acercaron a él los jefes de los sacerdotes, los maestros de la ley y los ancianos, 28 y le preguntaron: –¿Con qué autoridad haces estas cosas? ¿Quién te ha dado la autoridad para hacerlas?p 29-30 Jesús les contestó: –Yo también os voy a hacer una pregunta: ¿Quién envió a Juanq a bautizar: Dios o los hombres? Contestadme. Si me dais la respuesta, yo os diré con qué autoridad hago estas cosas. 31 Ellos se pusieron a discutir unos con otros: “Si respondemos que lo envió Dios, va a decir: ‘Entonces, ¿por qué no le creísteis?’ 32 ¿Y cómo vamos a decir que le enviaron los hombres?..." Y es que tenían miedo de la gente, pues todos creían que Juan era verdaderamente un profeta. 33 Así que respondieron a Jesús: –No lo sabemos. Entonces Jesús les contestó: –Pues tampoco yo os digo con qué autoridad hago estas cosas. |
Jesús
había echado del Templo a los que lo habían convertido en un mercado diciendo:
“Mi casa será
casa de oración para todos los pueblos”
Su casa no son los templos.
Lo era el Templo construido por Salomón.
Por
decir que su Cuerpo sería destruido y en
tres días reconstruido, los
“sabios y entendidos” pensaron que hablaba del Templo y contra el Templo y, hallaron el motivo para condenarlo.
Jesús
sabía que se acercaba su Hora y volvió a
subir a Jerusalén con sus discípulos.
Mientras
paseaba por el Templo, acudieron los grandes sacerdotes, los maestros de la ley
y los notables del pueblo, y le dijeron:
“¿Con que autoridad
actúas así? ¿Quién te hadado esta autoridad?”
No
hablaban de la autoridad que observaban los seguidores de Jesús, que la veían desde su modo de ser, de hablar y de amar.
Los
poderosos del pueblo tienen otro concepto de autoridad y los confunde.
En
lugar de ver los prodigios de Jesús, le discuten “la
autoridad”, que piensan que es sólo de
ellos y la que ellos sólo pueden tener sobre los demás.
Jesús
les devuelve la pregunta:
“¿De quién había recibido
Juan la misión de bautizar?
¿La había recibido de
Dios o era cosa humana?
Les
puso en un aprieto,
porque:
· Si decían de Dios,
¿por qué no le creyeron?
· Si decían que era cosa humana, sabían
que era considerado un auténtico profeta.
Dijeron:
“No lo sabemos”
Jesús
les contestó:
“Pues tampoco Yo os digo
con qué autoridad actúo”
¡Cuántos
interrogantes le hacemos a Dios justificando nuestra falta de fe!
¡Cómo
cerramos nuestro diálogo conformándonos con nuestra
fe, nuestra crítica a Dios y a la Iglesia, nuestra duda o nuestra negación!
¡Qué
fácilmente decimos que Dios no escucha o guarda silencio!
Ø Por
un lado, es el silencio del que nos habla S. Juan de la Cruz cuando dice que:
“Dios nos lo ha dicho todo en su Hijo, que es
su Palabra”, al que podemos y debemos conocer en la
Humanidad de Jesús;
pues, capacitados estamos, como los
hombres de su tiempo, o incapacitados por
propia voluntad.
Ø Por
otro lado, me pregunto si su silencio tiene por causa el hombre
moderno -en quien de alguna manera estamos todos- que ha tomado la autoridad del
mundo discutiéndosela a Dios, que nos pregunta:
-
¿Jesús de Nazaret es mi Hijo o es sólo un
hombre?
· Si decimos que es Dios,
nos dirá, ¿por qué no le creéis?
· Si decimos que es sólo hombre, como
tal es el mejor.
La
respuesta nuestra puede ser también “no lo sabemos.
Y Dios calla, pero existe; como existieron Juan el Bautista y Jesús.
F. Allara
SANTORAL DEL DÍA
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