sábado, 6 de enero de 2024

BAUTISMO DE JESÚS EN EL JORDÁN 

Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS

Fray Federico Allara O.F.M 

Animación a la lectura PALABRA DE DIOS

5 minutos de nuestro "día a día"


En su proclamación decía: “Después de mí viene uno más poderoso que yo, que ni siquiera merezco agacharme para desatar la correa de sus sandalias. Yo os he bautizado con agua, pero él os bautizará con el Espíritu Santo.”
Jesús es bautizado
(Mt 3.13-17; Lc 3.21-22)l
Por aquellos días, Jesús salió de Nazaret, en la región de Galilea, y Juan lo bautizó en el Jordán. 10 En el momento en que salía del agua, Jesús vio que el cielo se abría y que el Espíritu bajaba sobre él como una paloma. 11 Y vino una voz del cielo, que decía: “Tú eres mi Hijo amado, a quien he elegido.”

BAUTISMO DE JESÚS   CICLO -B


¿Quién es este Jesús que hoy celebramos siendo bautizado por Juan en el Jordán?

Sabemos quién es; la pregunta no va tanto desde no saber, sino a contemplar a este hombre que se acerca a Juan para ser bautizado.

Jesús había vivido con María y José. Después de muchos años con su Madre, de su trabajo de carpintero aprendido de su “padre” según sus coetáneos, siendo uno de tantos con ellos en Nazaret, se presenta ante Juan poniéndose a la fila de los pecadores que deseaban recibir el bautismo de purificación que administraba Juan.

Mientras Juan era la voz que grita en el desierto, Jesús, como dice Isaías, “no grita, no alza la voz, no se hace sentir por las calles, no rompe la caña cascada, ni apaga la llama de la vela que vacila”

Sobre Él dirá el Padre: Eres mi Hijo, mi amado, en ti me complazco”.

Entre muchas cosas vemos:

1.      Que el Padre se dirige a Jesús de Nazaret, el Cristo, para ratificar su vocación y su misión de Mesías.

El Hijo unigénito y Jesús es la misma Persona divina con dos Naturalezas.

El Padre no se dirige a su Hijo que engendra eternamente, sino a Cristo como Mesías, al que vemos en su Humanidad y conocemos y creemos, a Jesús de Nazaret.

2.     Sus palabras no van dirigidas a Juan Bautista, que es testigo de lo que ve y oye, sino a Jesús y a nosotros, por medio de Juan, para que creamos que Jesús de Nazaret es el Cristo enviado por el Padre para liberarnos, reconciliarnos y salvarnos.

Este bautismo en el Jordán es la ratificación de Jesús como Mesías, y nos indica, desde Isaías, cómo va a ser y a vivir Jesús como enviado del Padre, como Mesías.

Su propio Bautismo será en el Calvario, donde su Humanidad que asumió nuestra Naturaleza humana en la Encarnación, es bautizada por su misma Sangre, a la vez que somos bautizados y redimidos nosotros en este mismo Bautismo en el Gólgota.

¿Me permitís una cercanía relacional? La predicación pienso que ha de ser cercana, que sea una relación desde el espíritu mutuo, desde la Palabra de Dios.

Cuando fui bautizado no estaba ni mi padre, que estaba en Libia, muy pronto para morir en la segunda guerra mundial y no estaba mi madre, porque en aquel entonces, las madres debían estar un tiempo purificándose a ejemplo de María, cuando habían tenido un hijo. (¡Purificarse del sufrimiento de parir un hijo!. Bien dice S. Pablo que la Ley mata y el espíritu libera).

Lo digo porque, igual como nuestro nombre de pila tiene su sentido y su signo, puede que nuestro bautismo también sea un posible signo, a semejanza de Jesús, de lo que puede marcar nuestra vida, según Dios.

El texto de los Hechos que hemos proclamado viene a decir lo que decía ayer S. Pablo en su carta a los efesios.

Dios se ha revelado para ser el Padre de todos en Cristo, porque no tiene acepción de personas.

Nos ha creado a todos para que, por el “CAMINO” que es Cristo, lleguemos a participar eternamente de la Gloria divina de la Trinidad.

Nos recuerda que fue Ungido con el Espíritu Santo, que encarnó al Hijo como esposo de María y pasó por el mundo haciendo el bien… porque Dios estaba con Él.

Seamos por Gracia de Dios contemplativos para saber mirar al cielo, como los Magos, no para quedarnos sólo maravillados de su belleza, sino para querer ver los cielos abiertos y creer que, desde el Cielo Dios ha hablado, el Hijo ha descendido y el Espíritu Santo habita en nosotros; es decir, que la Trinidad se ha familiarizado con la Humanidad, hasta llamarnos hijos y “lo somos”, como dice Juan, por nuestro bautismo.

En este día agradezcamos el don de haber recibido este Sacramento que nos ha hecho:

·         Miembros del Cuerpo resucitado de Cristo

·         Hijos en Cristo Jesús, siendo amados con predilección por el Padre

·         Que el Espíritu Santo habite en nosotros y en Él, que esté presente la Trinidad.

·         Que seamos miembros de la Iglesia en el mundo, para ser testigos de este Misterio que se nos ha revelado, como decía ayer S. Pablo. A pesar de tal dignidad que sólo Dios nos ha podido dar a todos los seres humanos,

Hagamos nuestras las palabras de Juan Bautista, por más que ahora mismo celebramos a Jesús resucitado, de quien hemos proclamado su Palabra y vamos a participar del Pan bajado del cielo, a quien debemos tratar con toda confianza y amor, y con Él y por Él dirigirnos al Padre, pero repito, no olvidemos las palabras de Juan Batista:


Viene el que es tan poderoso 

que yo no soy digno de desatar la correa de su calzado


Saberse esclavo de Dios, como María, es haber entendido el sentido de la libertad y la verdad de la relación que Dios permite con Él, desde el Amor aprendido de Jesús.

Que sintamos la voz del Señor sobre las aguas, como se cernía el Espíritu al comienzo de la Creación. (Salmo 28)   

F. Allara


 Sintiéndonos niños 

recordamos la Acción del Bautismos en nosotros



Otro rey mago que sigue buscando la LUZ, la estrella de Belén.
Podemos ser tú yo hasta encontrarla en el Crucificado. 







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