“¿QUIÉN ES EL MAYOR EN EL REINO
DE LOS CIELOS?”
Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS
PALABRA DE DIOS
5 minutos en nuestro "día a día"
Nehemías 8, 1-4.5-6.7-12
Mateo 18,1-5.1
18 SERMÓN SOBRE LA VIDA DE LA COMUNIDAD ¿Quién es el más importante? 1 En aquella misma ocasión se acercaron a Jesús los discípulos y le preguntaron: – ¿Quién es el más importante en el reino de los cielos? 2 Jesús llamó a un niño, lo puso en medio de ellos 3 y dijo: –Os aseguro que si no cambiáis y os volvéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos. 4 El más importante en el reino de los cielos es aquel que se humilla y se vuelve como este niño. 5 Y el que recibe en mi nombre a un niño como este, a mí me recibe. |
DÍA 2 OCTUBRE CICLO C
En
cualquier frase o actitud sale la condición humana, propia
de la influencia del mundo
y de sus criterios; no dejamos de
ser hijos del mundo;
Los
discípulos se acercan a Jesús para preguntarle:
“¿Quién es el mayor en el
Reino de los cielos?”
Suele preocupar quién es el mayor; es lo que nace de un interior natural.
-
“La madurez humana” es la que disminuye “el
deseo de ser considerados”
-
¡Qué distinto es el deseo de “ser considerado”
a faltar al “respeto de la dignidad”!
Esta debilidad la reconocen los demás antes
que uno de sí mismo.
Jesús nos sorprende en un hecho más:
“Llamó a un niño, lo puso en medio y
dijo:
Si no os convertís y os
hacéis como niños, no entraréis en el Reino de los cielos”
¡Qué sencillo nos lo pone Jesús!
-
En lugar de mirar al cielo, o de intelectualizar
la fe, o de dar vueltas a la conversión de la fe y de lo humano, Jesús nos invita a detener la mirada en las condiciones de vida de un niño para entrar
en el Reino de los cielos, en el aquí de la vida.
-
Jesús llamó a un niño de su tiempo.
-
Nosotros hemos de contemplar, no sólo a los niños de nuestra familia,
que muchas veces son los reyes de la casa, sino a los niños sin padres, a los que trabajan en condiciones inhumanas, a
los que no tienen pan, a los que viven con un arma en la mano; no sólo a
los niños en su belleza e inocencia,
sino en cuántos son los últimos.
“El que se haga pequeño
como este niño, ese es el más grande en el Reino de los cielos”
Sabemos de nuestra
condición humana.
-
Ningún Santo ha sido canonizado por ser perfecto,
sino por haber aceptado su condición
de pecador y no justificarlo; en haber confiado en la Misericordia divina; ha sido probado heroicamente en las virtudes y en su vida de testigo del Amor de Dios creído.
-
Jesús puso como ejemplo a un
niño, pero ser cristiano es contemplarle
a Él.
Su Vida fue la que pasó como los niños de su
tiempo: oculta, pequeña,
perseguida, calumniada, despreciada y condenada…, como lo sigue siendo hoy como Verdad de Dios en nuestro mundo. No
estamos hablando como víctimas para ser considerados; sería una
contradicción.
Ser cristiano no es sólo practicar o
seguir una moral, sino valorar como
un tesoro el don de la fe y celebrarla comunitariamente en el
Memorial de Muerte y Resurrección de Cristo, que es en su
Cuerpo visible, la Iglesia, desde la que somos testigos en el hoy de este mundo.
Seguir a Cristo es estar en el mundo para servir en verdad y amor a todos los prójimos, sin esperar
éxito ni recompensa humana y, si hay que
escalar, que sea subir a
Jerusalén para ver a Cristo crucificado.
-
La fe no habla sólo de ángeles
que sirven a Dios, sino del Dios
que nos ama. Dios nos ha dado a cada
uno un ángel que custodia nuestra vida, porque nunca dejamos de ser niños y de necesitar ser amados y
protegidos.
-
Quien piense que no, tal
vez, ha dejado de ser humano.
- Demos gracias a Dios que nos protege hasta con ángeles.
Federico Allara
SANTORAL DEL DÍA
VUESTRA SOY
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