sábado, 27 de septiembre de 2025

ETERNIDAD CON DIOS, O SIN DIOS, que no tiene principio ni fin.SOLO DIOS ES ETERNO

Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS

Fray Federico Allara O.F.M

Animación a la lectura 

PALABRA DE DIOS

5 minutos en nuestro "día a día"

Amós 6, 1.4-7

1 Timoteo 6, 11-16

Lucas 16,19-31

Parábola del rico y Lázaro
19 “Había una vez un hombre rico, que vestía ropas espléndidas y todos los días celebraba brillantes fiestas. 20 Había también un mendigo llamado Lázaro, el cual, lleno de llagas, se sentaba en el suelo a la puerta del rico. 21 Este mendigo deseaba llenar su estómago de lo que caía de la mesa del rico; y los perros se acercaban a lamerle las llagas. 22 Un día murió el mendigo, y los ángeles lo llevaron junto a Abraham, al paraíso. Y el rico también murió, y lo enterraron.
23 “El rico, padeciendo en el lugar al que van los muertos, levantó los ojos y vio de lejos a Abraham, y a Lázaro con él. 24 Entonces gritó: ‘¡Padre Abraham, ten compasión de mí! Envía a Lázaro, a que moje la punta de su dedo en agua y venga a refrescar mi lengua, porque estoy sufriendo mucho entre estas llamas.’ 25 Pero Abraham le contestó: ‘Hijo, recuerda que a ti te fue muy bien en la vida y que a Lázaro le fue muy mal. Ahora él recibe consuelo aquí, y tú en cambio estás sufriendo. 26 Pero además hay un gran abismo abierto entre nosotros y vosotros; de modo que los que quieren pasar de aquí ahí, no pueden, ni los de ahí tampoco pueden pasar aquí.’
27 “El rico dijo: ‘Te suplico entonces, padre Abraham, que envíes a Lázaro a casa de mi padre, 28 donde tengo cinco hermanos. Que les hable, para que no vengan también ellos a este lugar de tormento.’ 29 Abraham respondió: ‘Ellos ya tienen lo que escribieron Moisés y los profetas: ¡que les hagan caso!’ 30 El rico contestó: ‘No se lo harán, padre Abraham. En cambio, sí que se convertirán si se les aparece alguno de los que ya han muerto.’ 31 Pero Abraham le dijo: ‘Si no quieren hacer caso a Moisés y a los profetas, tampoco creerán aunque algún muerto resucite.’ ”

XXVI DOMINGO TIEMPO ORDINARIO CICLO C

Jesús lo explicaba todo a los Doce; así les respondió cuando le preguntaron por qué hablaba en parábolas a la gente; ésta es una forma de comunicar con claridad el error con que vivían algunos respecto a la relación con Dios y el prójimo; sobre todo los fariseos, que pensaban estar en lo cierto apoyados en la Ley, según su interpretación como maestros.

Había un hombre rico”

Normalmente el rico “se siente seguro” de lo que supone para él ser rico (Amós 6,1a).

Al rico se le conoce más por su seguridad subjetiva que por lo que considera su riqueza.

·   Rico es quien está seguro de lo que sabe de Dios, de sí mismo y del prójimo.

-   Una seguridad incomparable con la del pobre, que puede estar más seguro que el rico, en comparación de lo que sabe uno y otro; su riqueza se apoya en la humildad de su propia condición humana, que es donde no se apoya el rico.

-   En relación con Dios, el rico vive confiado en la montaña de Samaría” (Amós 6,1b).

-    Al rico le basta lo que piensa de Dios, apoyado en sí mismo; el pobre confía en la Misericordia divina; en ella apoya su seguridad y su confianza.

-    El hombre rico “viste de púrpura y lino, y banquetea todo el día” (Amós 6,4); está satisfecho del vestido que lleva desde su saber y de su conducta; no necesita nada más.

-    ¡Qué fácilmente se puede vivir, inconscientemente satisfechos, de la propia riqueza!

Es la diferencia entre la fe de quienes viven su religiosidad y la de quienes tienen su espíritu humano abierto a la revelación de Dios.

Una de las enseñanzas de la parábola está en que el rico es indiferente a la realidad que le envuelve porque, el banquete de su propia existencia no le permite ver lo que pasa a los pies de su mesa.

Jesús no pone nombre al rico; pero sí nombra a Lázaro como pobre.  

¿Quiénes son los epulones, hoy y, quiénes son los Lázaros?

-   Basta contemplar la realidad del mundo actual; pero tenemos el peligro de emular a nuestros primeros padres echando la culpa siempre a los demás.

-  Tú y yo podemos ser ricos epulones, y muchas veces lo somos, banqueteando de lo que pensamos saber de Dios, del mundo y del prójimo, como quien no ha echado nunca una piedra, sin enterarnos que alguien, que está en la misma mesa, necesita del pan de la comunicación, de la belleza del amor y del perdón.

-    Tú y yo, podemos ser Lázaro, y muchas veces lo somos, cuando vivimos con prójimos para los que somos indiferentes al no ver la realidad de lo que necesitamos como seres humanos.

Hay más enseñanzas importantes en esta parábola.

·   La vida eterna es gratuita, pero supone el buen combate de la fe para alcanzar aquello por lo que estamos llamados. (1 Tim. 6,12).

-     La vida eterna no existe si no hay Dios; pero Dios existe, no hace falta crearlo.

-    La vida eterna es una conquista partiendo que, aceptamos al único Dios en su Verdad revelada.

·       Aceptar a Dios es nuestra responsabilidad de bautizados.

No quiere decir que, los que viven su fe, de otra manera, no anden “en verdad” si es, como dice Pablo, desde “la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia, la mansedumbre”     (1 Tim 6,11)

Estas palabras, si no proceden de la Verdad de Dios, sirven para cualquier discurso político o religioso; lejos de ser interpretadas como las dice S. Pablo.

Que no nos distraigan estas palabras; si todos nos preocupáramos, en primer lugar, de conocer, creer y amar al único Dios verdadero las viviríamos de forma natural y universal para bien de todo prójimo, y sobrarían las parábolas y muchas cosas más.

La fe hay que aceptarla como don del Dios único y verdadero; pues no es cuestión que dependa de cada persona, ni se trata de tener buena voluntad, ni de ser buenos.

Es ante Dios crucificado y resucitado desde donde se puede hablar de la fe y de algo más que de inmortalidad, porque resucitar es no morir jamás, siendo eternos con Dios.

De ahí que sea importante la segunda parte de las dos realidades trascendentes.

·    Eternidad con Dios, o sin Dios, que no tiene principio ni fin. Sólo Dios es eterno

-       Los escribas y fariseos tenían a Moisés y a los Profetas, pero como dice el rico de la parábola, “no se convertirán” sólo con la interpretación de la Ley y de los Profetas.

-      El rico pensaba que, “sí que se convertirían si un muerto iba a ellos”; pero quien no tiene oídos para escuchar, no piensa en la trascendencia de las palabras de Jesús.

Después de la experiencia de verle Resucitado y de aceptar el Don del Espíritu Santo fue cuando los Once y sus discípulos creyeron y fueron capaces de ser testigos de su vivencia hasta dar su sangre por la Verdad del Dios personal, que se ha acercado para revelar su Amor, que la fe lo hace ver y lo entiende la razón.

¡Dios nos ha visitado hecho Hombre en el Hijo y, después de haber Resucitado, sigue vivo entre nosotros invitándonos a ser testigos desde el bautismo, que nos ha incorporado a su Cuerpo resucitado, visible en la Iglesia!

Federico Allara

 SANTORAL DEL DÍA

s. Eustaquia, virgen, hija de s. Paula


EL SEÑOR ES COMPASIVO





 

 

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