"TU MADRE ESTÁ FUERA…,
Y QUIERE HABLAR CONTIGO"
Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS
5 minutos en nuestro "día a día"
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Éxodo 3, 1.6.9-12 |
Mateo 12,46-50
La madre y los hermanos de Jesús 46 Todavía estaba Jesús hablando a la gente, cuando acudieron su madre y sus hermanos, que querían hablar con él. Como se quedaron fuera, 47 alguien avisó a Jesús: –Tu madre y tus hermanos están ahí fuera, y quieren hablar contigo. 48 Pero él contestó al que le llevó el aviso: – ¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos? 49 Y señalando a sus discípulos, añadió: –Estos son mi madre y mis hermanos. 50 Porque todo el que hace la voluntad de mi Padre que está en el cielo, ese es mi hermano, mi hermana y mi madre. |
DÍA 16 JULIO CICLO -C
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· Dios
ha puesto a María en su plan de
reconciliación con la Humanidad.
Uno
solo,
Dios, es el protagonista de la
verdad del Amor al ser humano
desde la Creación; en su plan
redentor, y por su voluntad,
quiso incorporar a la mujer para que, su Hijo unigénito fuera verdadero
Hombre, como todos los nacidos de mujer, creados a su imagen y
semejanza.
· Dios
en Cristo Jesús se hizo semejante a nosotros, menos en el pecado.
Los
hijos nos parecemos a los padres; suele haber una semejanza física y, debería haber, positivamente, una
semejanza espiritual si, en familia la han procurado los padres
y la han aceptado los hijos.
· En Jesús vemos su semejanza con el Padre; su Humanidad es la visibilidad de lo invisible por ser Personas Divinas espirituales.
Sus seguidores, por su disposición, vieron en Él las obras del Padre, porque ésta es la semejanza en la diferencia: “Quien me ve a Mí, ve al Padre”.
· María, llena de Gracia, es plenitud de amor sensible y de
ternura, con la que Jesús se manifiesta desde su Padre y desde Ella, “la Mujer”, de la que nació como
Hombre verdadero. La mujer es
sensibilidad y ternura.
· Jesús es revelación del Amor paterno
y materno,
desde lo aprendido del Padre y de la
Mujer, María su Madre, que
lo educó desde su infancia.
“¿Quién es mi madre y
quiénes son mis hermanos?”
La pregunta que nos hace Jesús cuando su Madre y sus parientes van a verlo -éstos
para disuadirlo de lo que está haciendo- nos plantea, no la duda de Jesús sobre su Madre y sus parientes,
sino que transforma en nuestro espíritu el verdadero sentido familiar.
“Estos son mi madre y mis
hermanos”
Somos parientes por sangre familiar; pero
más trascendente es la Sangre de Cristo, por la que todos venimos a ser hijos del mismo
Padre.
“El que haga la voluntad de mi Padre
que está en los cielos,
ese
es mi hermano, mi hermana y mi madre”
Primero ha dicho: “Estos son mi madre y mis hermanos” extendiendo la mano hacia sus discípulos.
Sus discípulos eran los que le seguían pero, cuando Jesús les iba proponiendo la realidad
de su Cuerpo, que debían comer, llegado el momento de su
condena, muchos
le abandonaron y le traicionaron.
El texto, que parece ser una desconsideración a su Madre, es una exaltación de María; la que
realmente cumplía la voluntad del Padre era Ella; En
este contexto María manifiesta su “carácter obediencial” acompañando a
su familia mientras, su
corazón de Madre, se debatía entre
el sentir de su familia y su amor por Jesús aceptando la voluntad del Padre.
Somos más hermanos por la Sangre de Cristo que
por nuestro vínculo familiar.
En medio de este mundo, de violencia y de odio, vivamos la fe con la verdad de amarnos y
perdonarnos como hermanos; ésta,
y no otra, es la voluntad de Dios.
-
María
está en tu puerta y quiere hablar contigo.
Federico Allara
SENCILLA
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