DIOS ES EL SEÑOR. OBRA LA REDENCIÓN Y LA RECONCILIACIÓN
Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS
PALABRA DE DIOS
5 minutos en nuestro "día a día"
(Clic en los textos para leer)
Lucas 4,1-13
El diablo pone a prueba a Jesús 4 1 Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del río Jordán, y el Espíritu lo llevó al desierto. 2 Allí estuvo cuarenta días, y el diablo le puso a prueba. No comió nada durante aquellos días, y después sintió hambre. 3 El diablo le dijo: –Si de veras eres Hijo de Dios, ordena a esta piedra que se convierta en pan. 4 Jesús le contestó: –La Escritura dice: 'No solo de pan vivirá el hombre.' 5 Luego el diablo lo llevó a un lugar alto, y mostrándole en un momento todos los países del mundo 6 le dijo: –Yo te daré todo este poder y la grandeza de estos países, porque yo lo he recibido y se lo daré a quien quiera dárselo. 7 Si te arrodillas y me adoras, todo será tuyo. 8 Jesús le contestó: –La Escritura dice: 'Adora al Señor tu Dios y sírvele solo a él.' 9 Después el diablo lo llevó a la ciudad de Jerusalén, lo subió al alero del templo y le dijo: –Si de veras eres Hijo de Dios, tírate abajo, 10 porque la Escritura dice: 'Dios mandará a sus ángeles para que cuiden de ti y te protejan. 11 Te levantarán con sus manos para que no tropieces con piedra alguna.' 12 Jesús le contestó: –También dice la Escritura: 'No pongas a prueba al Señor tu Dios.' 13 Cuando ya el diablo no encontró otra forma de poner a prueba a Jesús, se alejó de él por algún tiempo. |
I DOMINGO DE CUARESMA
CICLO -C
Dt 26,2-10
Un
importante texto
que nos ayuda a clarificar y entender mejor lo esencial de la fe.
La
lectura de los dichos y hechos del Antiguo Testamento nos sirve para ver
que no es todo nuevo lo que vivimos desde la venida de Cristo.
No
es todo ateísmo; tal vez sea peor el
sincretismo; porque es un cóctel
que sabe bien, pero no alimenta el
espíritu.
La con-fusión
no
dialoga con el saber, y en religión "no
vale todo" como verdadero alimento espiritual.
Este
texto del Deuteronomio revela que, el
Pueblo que hace la entrega de las primicias de sus cosechas sabe bien a Quién las hace. Su oración es su credo. Reconocen
que era un pueblo esclavizado, sin libertad ni destino.
La ofrenda de las primicias no las hace por creer en Baal, dios cananeo, dioses de la naturaleza y de su fertilidad, sino al Dios que, con mano fuerte y poderosa les liberó de la esclavitud y "les dio en heredad una tierra que mana leche y miel"
El
Pueblo se sabe elegido por el Dios que les ha mostrado ser
el Único Dios.
Su
ofrenda va precedida por su credo, recordando
su Historia, y lo pasan de generación
en generación, de modo que, a semejanza sacramental, la ofrenda de cada tiempo no es recuerdo, sino vivencia
histórica asumida.
Los
creyentes necesitamos ayudarnos a clarificar la fe
del “todo vale”; porque, en realidad, lo procurado sutilmente es
negar a Dios, a cambio de nada.
Rom 10,8-13
Este
texto nos hace ver cómo Pablo, con
su inteligencia y con la sabiduría, que ha supuesto que Cristo fuera a
su encuentro y él le aceptara,
hace una aclaración, con gran
delicadeza ante el pueblo judío, con
el que se identifica.
“La Palabra está cerca de ti;
la tienes en los labios y en
el corazón”
LA PALABRA ES CRISTO, EL HIJO.
Por esto Pablo dice: “Se refiere a la Palabra de la fe que anunciamos”
Es bueno entendamos que, la fe comienza por la aceptación de la Presencia del Hijo de
Dios en la Humanidad de Jesús.
Decir “no” a Jesús es quedar como los letrados y fariseos, que se negaron a creer en Jesús permaneciendo
en su religiosidad, que era el cumplimiento de la Ley dada a Moisés siendo, desde Dios, el cauce
para aceptar la plenitud de la revelación con la venida al mundo de
Dios mismo en el Hijo y haciéndose verdadero Hombre en Jesús, nacido de María.
Pablo usa la frase para hacer una clara
distinción: “con el corazón se cree para alcanzar la justicia”, es decir, el corazón acepta la Ley, que
hacía “justos” a los que la seguían y cumplían; pero “con los labios profesa
alcanzar la salvación”
No es lo mismo creerse justos ante Dios, por cumplir lo preceptuado, o lo que el corazón dicte, que aceptar
la salvación, que nos llega solo por la Muerte y la Resurrección de
Jesús.
Si creemos que la Ley nos justifica,
no hace falta la encarnación del Verbo.
“Nadie que crea en Jesús quedará confundido”
No nos quedemos en la confusión de
nuestro complejo corazón y abramos
nuestra razón a la fe en Jesús, sin interpretaciones subjetivas.
Lc 4,1-13
La
riqueza, el poder y el éxito son las grandes tentaciones que tenemos todos, sobre todo cuando estamos
insertados en el desierto.
Desierto puede ser un estado del alma insatisfecha, siendo éste el peligro que aprovecha el
tentador, que no nos incita al mal, sino a un falso bien. La
tentación es previa a una decisión.
Cuando alguien nos incita al mal lo vemos con tanta claridad que, podemos más o menos fácilmente decir “no”; pero la tentación es sutil, no nos
presenta el mal, sino un aparente bien que, al aceptarlo cambia
nuestra misión y el estado de nuestra opción.
“Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvía del Jordán,
y el Espíritu Santo lo fue llevando
durante cuarenta días por el desierto.
(Símbolo que nos recuerda a Moisés y a Elías)
El diablo no le incita al mal, sino a vivir
un mesianismo fácil, de poder y éxito.
-
El
Monte de las tentaciones está precisamente en Jericó, la ciudad más antigua del
mundo, donde llegó Josué con el Pueblo para establecerse en la “tierra que mana
leche y miel”. ¡Es curioso!
Nos
preguntamos:
¿Por qué el Padre y el Espíritu conducen y consienten que Jesús pase por
las tentaciones de encauzar el mesianismo fuera de su voluntad divina?
Es
la pregunta que se hace el hombre moderno pretendiendo justificarse.
-
Dios consiente,
no sólo los sucesos que causan duda en la mente y el corazón, y que los
podemos discernir fácilmente si queremos aceptar que, Dios nos ha
creado libres y respeta nuestra libertad;
por esto consiente a los que son causa y creación de
las injusticias y de los sucesos que ocurren por incumplir la ley
natural y el respeto a la dignidad del ser humano.
1. La tentación no es ningún mal;
al contrario, es la prueba de nuestro estado del alma.
2. Jesús nos enseña que, podemos
discernir “la mentira del "bien" que nos propone la tentación” del
“verdadero bien” si nos dejamos llevar del mismo Espíritu que acompaña
nuestra vida de desierto.
3.
Con
la escucha del Espíritu, que nos acompaña en el desierto de la
vida, podemos vencer la tentación
como pudo Jesús.
“Acabada toda tentación, el demonio se marchó hasta otra
ocasión”, que fue el tiempo de la
Pasión de Jesús, donde todas las fuerzas del mal cayeron sobre la Vida y el
Cuerpo de Jesús.
Mientras el mundo desataba su fuerza, como la sigue desatando persiguiendo a la Iglesia, Dios
seguía y sigue siendo el Señor, que obraba la Redención y la
reconciliación, como la sigue obrando hoy, cuando nos parece que la fuerza
del mal lo puede todo.
“Está escrito: “Al Señor, tu Dios,
adorarás y a él solo
darás culto”.
F. Allara
SANTORAL DEL DÍA
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