FIARSE DE DIOS
ES SABER VIVIR ALEGRES
Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS
PALABRA DE DIOS
5 minutos en nuestro "día a día"
5 minutos en nuestro "día a día"
Mateo 11,2-11
III DOMINGO DE ADVIENTO
Domingo Gaudete
Is 35,1-6.10
· Estaba profetizado que el Mesías iba a
padecer;
también se profetizó lo que significaría
su paso en bien de la Humanidad.
- Mientras
llegaba,
que fueron siglos de espera, quienes
debían cuidar del Pueblo tenían que, "Fortalecer las manos débiles,
afianzar las rodillas vacilantes y decir a los inquietos: sed fuertes y no
temáis"
- Ésta, y no otra, sigue siendo la
tarea de “los robustos con los débiles” mientras se espera la
venida gloriosa de Jesucristo. Jamás abusar del poder, ni crear división y
confusión.
“Viene en persona y os
salvará”
· “La salvación empieza aquí”, en nuestro tiempo, cuando se acepta que, los ojos se abren a la verdadera fe “viendo despegar los ojos de los ciegos, abrir los oídos de los sordos y ver saltar a los cojos”. Dios nunca es el opio del pueblo.
-
Donde no hay conversión a ser humanos no
hay que esperar ser sobrehumanos.
· “La salvación comienza aquí”, y no es soñar en “cielos y tierra nuevos”; es ahora si se
opta por Cristo; atrás “quedan la pena y la aflicción”; la fe es “alegría sin límites en los
rostros”
Santiago 5, 7-10
“Esperad con paciencia también vosotros, y fortaleced
vuestros corazones”, como el labrador
aguarda el fruto precioso de la tierra que
ha trabajado" (Os
invito a leer todo el texto).
Mt 11,2-11
Jesús dijo: Si no creéis
en Mí, creed las obras que Yo hago.
Nadie puede negar los dichos y hechos de
Jesús; su realidad histórica es evidente.
- Abundan las pruebas evangélicas, y la de los
historiadores porque, nadie había dicho que era Dios con hechos que, garantizaban su identidad para quien
los quiera ver.
La pregunta de Juan es muy importante para
todos y cada uno de nosotros.
- Antes de cuestionarnos, o de afirmar la fe en
Jesús, nos hemos de preguntar si conocemos y creemos las obras que hizo este Hombre que procedía de Galilea.
- Es la respuesta que Jesús dio a los
discípulos de Juan cuando éste les envió a preguntarle “si era Él el que había
de venir o tenían que esperar a otro”
Si Juan predicaba con fuerza la conversión, y amenazaba sin temor a los escribas
y saduceos es porque sabía que, el
Mesías iba a renovar la faz de la
tierra.
- Si envió a sus discípulos a preguntarle es
porque, él mismo esperaba la
ratificación de su fuerza en el Mesías y al ver que, Jesús era manso y humilde de corazón,
que se dedicaba a los marginados del Pueblo, sin ir a Jerusalén a imponer
su ley y aplacar a los que lo gobernaban mal, nos muestra la importancia de la pregunta.
- Cuando en nosotros la Luz de la fe se vuelve
niebla es porque esperamos, también ahora, otra forma divina de
actuar, como la esperaba el mismo Juan Bautista.
La respuesta de Jesús parece que está lejos
de la pregunta de Juan, pero es la que le responde a él y a nosotros hoy.
“Id a anunciar a Juan lo que estáis viendo y oyendo: los ciegos
ven y los cojos andan; los leprosos quedan limpios y los sordos oyen; los muertos
resucitan y los pobres son evangelizados”
-
Ayer se cumplieron las profecías del bien que
iba a realizar el Mesías.
- Ayer, los que no quisieron ver la realidad en
las palabras de Jesús, a los discípulos de Juan, no creyeron en Él, no
aceptaron sus obras y sus palabras.
- Jesús no
vino a hacer milagros para que el Pueblo creyera, sino que, los que hizo fue para demostrar que
hacía obras que nadie podía hacer. Hoy se realizan los mismos
milagros:
¡Cuántos son los que, siendo incrédulos, de
toda clase y condición humana, pasan a
ver despegados sus ojos y creen! Muchos son los convertidos a
la hora de vísperas.
¡Cuántos son los que, caminando por senderos equivocados ven curada su cojera y optan
por el Camino de la Verdad, y consiguen tirar su camilla y andar
rectamente!
¡Cuántos son los leprosos que, esclavizados en lo que deshace al ser humano, son liberados y, ven su cuerpo y espíritu
renovados y su vida con sentido, porque pueden regresar a su tierra
natal, a sus ambientes de familia!
¡Cuántos son los que tienen la fe, tan segura en su mente y en su corazón, como el mejor bien
después de la vida, que son capaces de preferir morir amando y perdonando
antes que renunciar al Bien profetizado y realizado en Jesús, el HIJO
DE DIOS! y, a su semejanza, prefieren la gloria del martirio que las
que ofrece el mundo.
Estas obras Dios las sigue haciendo hoy, pero el mundo calla y, a veces nosotros
también, por vergüenza o por no saber que, estos
milagros son realidad también hoy.
¡Cuántos santos de nuestro tiempo, de
nuestros días, son canonizados!
Es curioso que,
las personas convertidas lo primero que hacen es reconocer a la Iglesia, al ver
en Ella el único medio de reconciliación con Dios.
¿Dónde miramos para poder ver con ojos nuevos de fe?
- Si no vemos es que, estamos “ciegos”;
no andamos por el Camino, que es Cristo; es que somos cojos y habitualmente
caemos en la tentación; es que estamos enfermos.
“¿Qué salisteis a
contemplar en el desierto?”
- Se equivocaron los que iban a ver y a
escuchar a Juan, no por QUIÉN decía que hablaba; se equivocaron
porque la conversión que pedía era por QUIÉN venía detrás de él.
Cuando nos quedamos con el miedo, o con nuestra
fe, vamos a cumplir con los ritos, o no tenemos necesidad de ir; ni lo uno ni lo otro son signo
de conversión a la fe.
Con Jesús se equivocaron los que veían solo
al hombre, pero no
veían las obras que Dios hacía en el Hombre Jesús, que era VERDADERO
DIOS Y HOMBRE.
Es muy poco ver en Jesús “sólo un gran
hombre, fiel, honrado, lleno de amor, bueno”; Veamos a Dios en Jesús por las obras que hizo y las que hace hoy, y
acertaremos el camino de la fe.
Llegar al Altar es el mayor acto de omnipotencia
divina.
Federico Allara
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