NINGUNO DE AQUELLOS
CONVIDADOS PROBARÁ
MI BANQUETE
Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS
PALABRA DE DIOS
5 minutos en nuestro "día a día"
5 minutos en nuestro "día a día"
Romanos 12, 5-1
Lucas 14,15-24
Parábola de la gran cena(Mt 22.1-10)15 Al oir esto, uno de los que estaban sentados a la mesa dijo a Jesús:–¡Dichoso el que tenga parte en el banquete del reino de Dios16 Jesús le dijo:–Un hombre dio una gran cena e invitó a muchos. 17 A la hora de la cena envió a su criado a decir a los invitados: ‘Venid, que ya está todo preparado.’ 18 Pero ellos comenzaron a una a excusarse. El primero dijo: ‘Acabo de comprar un campo y tengo que ir a verlo. Te ruego que me disculpes.’ 19 Otro dijo: ‘He comprado cinco yuntas de bueyes y he de probarlas. Te ruego que me disculpes.’ 20 Y otro dijo: ‘No puedo ir, porque acabo de casarme.’ 21 El criado regresó y se lo contó todo a su amo. Entonces el amo, indignado, dijo a su criado: ‘Sal en seguida a las calles y callejas de la ciudad, y trae acá a los pobres, a los inválidos, a los ciegos y a los cojos.’ 22 Volvió el criado, diciendo: ‘Señor, he hecho lo que me mandaste y aún queda sitio.’ 23 Y el amo le contestó: ‘Ve por los caminos y cercados y obliga a otros a entrar, para que se llene mi casa. 24 Porque os digo que ninguno de aquellos primeros invitados comerá de mi cena.’ 
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DÍA 4 NOVIEMBRE CICLO C
·  Jesús inició su mesianismo saliendo de Nazaret. Pronto volvió con sus coetáneos y, admirados de lo que se decía de Él, lo escucharon en su sinagoga y, al anunciarles, primeramente  a ellos, quien era le rechazaron.
Tres años anunció el Reino de Dios llevando a cabo su misión. Para ser testigos, desde el inicio al fin, eligió a Doce para fundamentar en ellos la sucesión de las Promesas de Dios; su Pueblo  no supo interpretarlas y las desestimaron y rehusaron rechazando a Jesús, el Mesías enviado.
Toda su misión, que terminó abierta a los gentiles, fue un hablar claramente a los escribas y fariseos, deseando su conversión.
Dijo un comensal: “Bienaventurado el que coma en el reino de Dios”,
-    Su Pueblo, y también muchos cristianos, pensaban alcanzar el Reino de Dios más allá “de su tiempo terrenal”. Jesús, siendo Dios y Hombre verdadero, vino a establecerlo en este mundo.
·    Ser creyente cristiano es comer del Banquete del Reino aquí, por lo que, ser bienaventurado es creer en Jesús y vivir “ahora” lo que se espera alcanzar en plenitud, por su mediación, vencida la muerte.
“Un hombre daba un banquete…, y mandó a su criado a decir a los convidados: “Venid que ya está preparado”.
Había anunciado Juan Bautista que, el que venía detrás de él era el que preparaba el Banquete, que lo iba a ser Él mismo. Por esto, la parábola dice “ya está preparado”; pero “todos a una empezaron a escusarse”
Entonces el dueño dijo a su criado:
“Sal aprisa a las plazas y calles de la ciudad y tráete aquí a los pobres, a los lisiados, a los ciegos y a los cojos”
-        Es lo que estaba haciendo Jesús.
-    ¿Quiénes acompañaban a Jesús, siendo sus discípulos? La mayoría eran signo de pobreza y de ceguera.
-       Jesús, hablando en parábolas, quería que los fariseos reconocieran su vida.
“Señor, se ha hecho lo que mandaste,
y todavía queda sitio”
-   Es signo de que, al banquete del Reino de los cielos está invitada toda la Humanidad. Dios nos llama a todos y, todos somos llamados desde la Encarnación del Hijo, que asumió nuestra Naturaleza humana.
“Sal por los caminos y senderos,
e insísteles hasta que entren y se llene mi casa”
·      Es el interés de Dios; en Jesús se nos presenta como pobre que llama a cada hogar, no para pedir, sino para ofrecernos el banquete de la libertad y de la felicidad de su Reino.
Lógico que se insistiera para entrar, porque no se veían dignos los que andaban por los caminos y senderos, como pobres, lisiados y ciegos.
“Os digo que ninguno de aquellos
convidados probará mi banquete”
Dios, capaz de hacerse hombre, de aceptar ser condenado y crucificado, perdonando, ofreciendo a toda la Humanidad la vida eterna, es para que creamos que sus palabras eran y son el llanto de su amor y no una condena.
Con S. Pablo esperamos la conversión del Pueblo elegido para que, todos convertidos, podamos ser servidos en el Banquete eterno por el mismo Cristo que nos lo promete.                                                                         
Federico Allara
SANTORAL DEL DÍA
HAMBRE Y SED DE TI

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