“SEÑOR, ENSÉÑANOS A ORAR”
Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS
PALABRA DE DIOS
5 minutos en nuestro "día a día"
Jonás 4, 1-11
Lucas 11,1-4
DÍA 8 OCTUBRE CICLO C
Hablar
debería ser siempre “diálogo”
· Dialogar es saber que no estamos
solos;
es haber tomado conciencia de las presencias y requiere mucha
atención, mutua escucha y también silencios. A más amor, menos palabras.
· Rezar
es dialogar con Dios.
Es
aumentar en intención lo que decimos,
que es necesario para que sea verdad un
diálogo humano;
Al
prójimo lo vemos aún conscientes de que, los tiempos modernos crean el peligro de no valorar las
presencias; pero a Dios no lo vemos;
hace falta aumentar la sensibilidad,
tal vez del silencio, para entrar en diálogo de escucha y, desde la fe, agradecer su Presencia porque, Dios siempre está aunque nosotros no estemos.
Si Dios es la Presencia, rezarle no es cuando nosotros
queremos.
Los
discípulos, lo que vieron, físicamente, de Jesús es que, cuando oraba no lo hacía con recetas
legales prefabricadas, sino que dialogaba con ALGUIEN.
- No
es fácil habituarse a un diálogo orante, sin palabrería, con actitud humilde, valorando que Dios nos escucha cuando oramos en
verdad.
Juan
enseñó a orar;
les instruyo diciendo que, rezar no
era cumplir legalmente, sino tomar conciencia de la Presencia del Dios,
que les había liberado preparándolos para
el posible diálogo con Jesús, que ya estaba y venía tras de él, como
se lo indicó a Juan y Andrés al pasar Jesús por el Jordán.
Los
discípulos le piden también a Jesús que
les enseñe a orar:
“Señor,
enséñanos a orar, lo mismo que Juan enseñaba a sus discópulos”
¿Qué nos revela este hecho?
- Que no
nos hemos de conformar con nuestra manera de rezar, ni tampoco decidir cuándo
nos viene bien hacerlo.
- Los discípulos eran personas que oraban, porque la Ley lo
exigía, pero entendieron que no
sabían dialogar con Dios.
a)
Habituémonos a saber
dialogar, seamos humildes para
examinar nuestra forma de vivir la Presencia
de Dios entre nosotros; sin este aprecio y gratitud sobran otras
palabras.
b)
Examinémonos sobre cómo es realmente nuestra
oración diferenciada de lo que es reunirnos comunitariamente
a celebrar el Memorial de Cristo; Él
es quien ora al Padre, participando nosotros de su oración, como Iglesia unida a su Memorial de Muerte y Resurrección, en
Presencia sacramentada.
· Orar es un punto y aparte, que podemos
realizar de muchas maneras, y siempre
desde la conciencia de saber que no estamos solos hablando, sino
que dialogamos con Dios desde su
Presencia espiritual.
Fijémonos como Jesús les hace tomar conciencia de Dios como Padre; les ayuda a trascender la Ley dialogando
con Dios Padre y, les enseña el
Padre nuestro, la oración del cristiano; no necesita decirles mucho más.
· Orar
es:
Santificar el Nombre de Dios Padre:
Pedir que llegue a nuestra alma su Reino, para que llegue a todos; es pedir y
agradecer el pan que necesitamos cada día;
Pedir perdón y aprender a perdonar, porque se nos perdona como nosotros perdonamos;
Pedir a Dios no caer en la tentación y que nos libere del mal. Jesús les enseñó a orar ante la Presencia del
Padre.
Quien no reza el Padre nuestro que no diga que ha aprendido a orar.
Federico Allara
SANTORAL DEL DÍA
UN LIBRO PARA ORAR,
Una experiencia de Oración compartida
del Autor Fray Federico Allara
PATER NOSTER
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