“EL QUE NO ESTÁ CONMIGO
ESTÁ CONTRA MÍ”
Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS
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PALABRA DE DIOS
5 minutos en nuestro "día a día"
Lucas 11,15-26
15 aunque algunos dijeron: –Beelzebú, el jefe de los demonios, es quien ha dado a este hombre poder para expulsarlos. 16 Otros, para tenderle una trampa, le pidieron una señal milagrosa del cielo.17 Pero él, que sabía lo que estaban pensando, les dijo: –Todo país dividido en bandos enemigos se destruye a sí mismo, y sus casas se derrumban una tras otra. 18 Así también, si Satanás se divide contra sí mismo, ¿cómo mantendrá su poder? Digo esto porque afirmáis que yo expulso a los demonios por el poder de Beelzebú. 19 Pues si yo expulso a los demonios por el poder de Beelzebú, ¿quién da a vuestros seguidores el poder para expulsarlos? Por eso, ellos mismos demuestran que estáis equivocados. 20 Pero si yo expulso a los demonios por el poder de Dios, es que el reino de Dios ya ha llegado a vosotros. 21 "Cuando un hombre fuerte y bien armado cuida de su casa, lo que guarda en ella está seguro. 22 Pero si otro más fuerte que él llega y le vence, le quita las armas en las que confiaba y reparte sus bienes como botín. 23 "El que no está conmigo está contra mí; y el que conmigo no recoge, desparrama. El regreso de un espíritu impuro (Mt 12.43-45) 24 "Cuando un espíritu impuro sale de un hombre, anda por lugares desiertos en busca de descanso; pero, no encontrándolo, piensa: 'Regresaré a mi casa, de donde salí.' 25 Al llegar, encuentra la casa barrida y arreglada. 26 Entonces va y reúne otros siete espíritus peores que él y todos juntos se meten a vivir en aquel hombre, que al final queda peor que al principio." |
DÍA 10 OCTUBRE CICLO -C
El
interrogante de Dios en el alma humana no depende,
exclusivamente, de nuestro querer saber
o no de Él; como tampoco es sensato quedarse con la propia idea de Dios
porque, como dice S. Francisco, “Ningún
hombre es digno de hacer de Ti mención”(Canto de las criaturas)
·
Nos
ha creado a su imagen y semejanza pero,
no somos dioses y, “hacer mención” y tomar decisión, sin
aceptar su revelación, es
propio de criterios religiosos o mundanos capaces de, “asumir la dignidad de hacer de Dios
mención” y no tomar la opción de desear conocerle desde la objetividad de la fe.
“Todo reino dividido
contra sí mismo va a la ruina”
-
No hay otro “reino” que nuestra propia
vida; desde ella es de donde empieza la realidad
de buscar la propia “unidad” o, mantener un espíritu “dividido y confuso”
ante lo divino y lo humano.
- La falta de unidad del espíritu humano es la
realidad de vivir en contra de uno mismo; ser o no espirituales no es sólo practicar rezos
o devociones; lo
que somos en nuestro espíritu se trasluce en la vida.
Pensar y hablar, continuamente de lo que pasa en el mundo, y no advertir que somos nosotros el “reino”
unido o dividido, es un error pretender querer arreglar este
mundo si no somos cada uno de nosotros, singular y personalmente, un “reino” unido.
- Cuando falta la “unidad espiritual” somos partidistas y, Dios, en Cristo Jesús, nos quiere universalistas,
capaces de compadecernos de la humanidad y, de tomar partido en
defensa del bien común de todos los seres humanos.
Este es, entre otros, el sentido de la frase:
“Quien no está conmigo
está contra Mí”
- Estar con Él es
estar con el prójimo; todo partidismo es político o religioso,
pero no es la respuesta que Jesús desea
por parte nuestra,
Él oró
por la unidad de toda la Humanidad, por la que consumó su oración con
su Muerte por la paz.
“El que no recoge conmigo
desparrama”
- Nuestra realidad personal se suma a la
totalidad humana y, si
a nivel personal no existe un “espíritu” que se ha “recogido en unidad”, capaz de discernir lo humano,
lo divino y lo mundano, es una
realidad personal que, en lugar de unir y ser un bien desparrama
pensando que hace bien.
No nos quedemos sólo en el texto, tal vez entretenidos,
si Jesús expulsaba los demonios por arte de Belcebú, nombre de uno
de los siete demonios, que es para ser tratado minuciosamente, sino pensemos que, esta misma distracción
y la indefinición ante Dios, repercute
en presente y en futuro en nuestro “reino” personal y, en consecuencia, en la humanidad que deseamos cambiar, a
veces, desde nuestra ayuda humana personalmente
dividida.
“El final de aquel hombre
resulta peor que el principio”
Deseemos y oremos por la unidad personal,
social, religiosa y creyente; si no, el resultado de la Humanidad será cada vez peor que lo
fue en el principio.
Federico Allara
SANTORAL DEL DÍA
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