TE FELICITAMOS, MARÍA
EN TU NATIVIDAD
Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS
Animación a la lectura
PALABRA DE DIOS
5 minutos en nuestro "día a día"
Miqueas 5, 1-4
1 I. INFANCIA DE JESÚS (1–2) Los antepasados de Jesucristo (Lc 3.23-38) 1 La lista de los antepasados de Jesucristo, descendiente de David y de Abraham: 2 Abraham fue padre de Isaac, este lo fue de Jacob y este de Judá y sus hermanos. 3 Judá y Tamar fueron los padres de Fares y Zérah. Fares fue padre de Hesrón y este de Aram. 4 Aram fue padre de Aminadab, este lo fue de Nahasón y este de Salmón. 5 Salmón y Rahab fueron los padres de Booz. Booz y Rut fueron los padres de Obed. Obed fue padre de Jesé. 6 Jesé fue padre del rey David, y el rey David fue padre de Salomón, cuya madre fue la que había sido esposa de Urías. 7 Salomón fue padre de Roboam, este lo fue de Abías y este de Asá. 8 Asá fue padre de Josafat, este lo fue de Joram y este de Ozías. 9 Ozías fue padre de Jotam, este lo fue de Ahaz y este de Ezequías. 10 Ezequías fue padre de Manasés, este lo fue de Amón y este de Josías. 11 Josías fue padre de Jeconíase y sus hermanos, cuando la deportación de los israelitas a Babilonia. 12 Después de la deportación a Babilonia, Jeconías fue padre de Salatiel y este de Zorobabel. 13 Zorobabel fue padre de Abihud, este lo fue de Eliaquim y este de Azor. 14 Azor fue padre de Sadoc, este lo fue de Aquim y este de Eliud. 15 Eliud fue padre de Eleazar, este lo fue de Matán y este de Jacob. 16 Jacob fue padre de José, el marido de María, y ella fue la madre de Jesús, a quien llamamos el Mesías. |
NacimIento de Jesús (Lc 2.1-7) 18 El nacimiento de Jesucristo fue así: María, su madre, estaba comprometida para casarse con José; pero antes de vivir juntos se encontró encinta por el poder del Espíritu Santo. 19 José, su esposo, que era un hombre justo y no quería denunciar públicamente a María, decidió separarse de ella en secreto. 20 Ya había pensado hacerlo así, cuando un ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: “José, descendiente de David, no tengas miedo de tomar a María por esposa, porque el hijo que espera es obra del Espíritu Santo. 21 María tendrá un hijo y tú le pondrás por nombre Jesús. Se llamará así porque salvará a su pueblo de sus pecados.” 22 Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que el Señor había dicho por medio del profeta: 23 “La virgen quedará encinta, y tendrá un hijo al que pondrán por nombre Emanuel.” (que significa: “Dios con nosotros”). |
DÍA 8 SEPTIEMBRE CICLO -CØ Gracias, Padre, agradeciéndote ser miembro de la Iglesia católica, y poder celebrar la fe teniendo como verdadera Madre a María, a la que veneramos como Madre de Dios, por haber sido elegida, entre todas las mujeres, para que fueran sus entrañas el sagrario humano donde el Espíritu Santo encarnara a tu Hijo. Te felicitamos, María, en el Día de tu Natividad.
¡Qué maravilla aceptar y creer, desde la revelación divina, el hecho que, la fe sea tan humana como para poder conocer la genealogía de Jesús!
Me encanta leerla alguna vez para ver cómo y cuándo Dios, oculto antes del principio de toda existencia, y en tiempos de multiplicidad de dioses, elige a Abrahán para comenzar su revelación como único Dios verdadero.
¡Qué importante es esta genealogía para conocer las raíces de nuestra fe, y no ver a Jesús, como extraño y “espontaneo”, Dios en el tiempo!
Muchos procuran hoy tener en casa su propia genealogía.
· La fe desarraigada del inicio del diálogo de Dios con Abrahán hace que, no tenga raíces humano-divinas; es el primer obstáculo de la misma fe.
Dios ha ido revelando su Ser divino único a través del tiempo, sin dejarnos.
· Fe es creer en este misterio de “revelación rectilínea” frente a la ondulación de las respuestas al Amor gratuito divino.
Como dijo el Papa Francisco, "en esta lista hay “santos” y grandes “idólatras”; pero nada ha detenido la revelación iniciada por Dios en favor del hombre"
Hay personas que viven satisfechas con su fe en el “dios desconocido”, como tenían los griegos en el Areópago; ellos tenían sus “dioses”; reservaron un lugar “al dios desconocido” como buenos pensadores; escucharon y atendieron a Pablo pero, cuando les habló del Dios vivo, personal, encarnado, muerto y, sobre todo, resucitado, dijeron: “No”.
Dejémonos admirar cómo describe la singularidad de María la Escritura.
“Jacob engendró a José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, llamado Cristo”
- “Llamado Cristo” por ser Dios y Hombre verdadero; la “única Persona del Hijo con dos Naturalezas”, la divina y la humana; el Hijo oculto y visible en la Humanidad de Jesús. ¡Asombra el don de la fe por su humilde sencillez!
¡Con pocas palabras nos revela la singularidad de María, que dio a luz a Jesús sin conocer varón y, bajo la Ley, verdadera esposa de José!
· Procedemos de Abrahán, nuestro padre en la fe por voluntad divina.
La no aceptación de esta genealogía hace más difícil razonar la fe; es el camino rectilíneo por el que Dios ha llegado hasta nosotros en Jesús.
“La Virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrán por nombre: Emmanuel, que significa “Dios-con-nosotros”. (Miq. 5,1-4).
Un hogar sin madre es un espacio donde falta el calor del amor.
Dios lo es todo; procede de Él que, en el hogar de nuestra alma, por creer en su Amor, podamos decir a Dios, Padre, y Madre a María.
No neguemos a Jesús, que nos dio a su Madre desde su Amor crucificado.
Ø ¡Gracias María, por amarnos con el Amor que has conocido! ¡¡Felicidades!!
Federico Allara
Ø Gracias, Padre, agradeciéndote ser miembro de la Iglesia católica, y poder celebrar la fe teniendo como verdadera Madre a María, a la que veneramos como Madre de Dios, por haber sido elegida, entre todas las mujeres, para que fueran sus entrañas el sagrario humano donde el Espíritu Santo encarnara a tu Hijo. Te felicitamos, María, en el Día de tu Natividad.
¡Qué maravilla aceptar y creer, desde la revelación divina, el hecho que, la fe sea tan humana como para poder conocer la genealogía de Jesús!
Me encanta leerla alguna vez para ver cómo y cuándo Dios, oculto antes del principio de toda existencia, y en tiempos de multiplicidad de dioses, elige a Abrahán para comenzar su revelación como único Dios verdadero.
¡Qué importante es esta genealogía para conocer las raíces de nuestra fe, y no ver a Jesús, como extraño y “espontaneo”, Dios en el tiempo!
Muchos procuran hoy tener en casa su propia genealogía.
· La fe desarraigada del inicio del diálogo de Dios con Abrahán hace que, no tenga raíces humano-divinas; es el primer obstáculo de la misma fe.
Dios ha ido revelando su Ser divino único a través del tiempo, sin dejarnos.
· Fe es creer en este misterio de “revelación rectilínea” frente a la ondulación de las respuestas al Amor gratuito divino.
Como dijo el Papa Francisco, "en esta lista hay “santos” y grandes “idólatras”; pero nada ha detenido la revelación iniciada por Dios en favor del hombre"
Hay personas que viven satisfechas con su fe en el “dios desconocido”, como tenían los griegos en el Areópago; ellos tenían sus “dioses”; reservaron un lugar “al dios desconocido” como buenos pensadores; escucharon y atendieron a Pablo pero, cuando les habló del Dios vivo, personal, encarnado, muerto y, sobre todo, resucitado, dijeron: “No”.
Dejémonos admirar cómo describe la singularidad de María la Escritura.
“Jacob engendró a José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, llamado Cristo”
- “Llamado Cristo” por ser Dios y Hombre verdadero; la “única Persona del Hijo con dos Naturalezas”, la divina y la humana; el Hijo oculto y visible en la Humanidad de Jesús. ¡Asombra el don de la fe por su humilde sencillez!
¡Con pocas palabras nos revela la singularidad de María, que dio a luz a Jesús sin conocer varón y, bajo la Ley, verdadera esposa de José!
· Procedemos de Abrahán, nuestro padre en la fe por voluntad divina.
La no aceptación de esta genealogía hace más difícil razonar la fe; es el camino rectilíneo por el que Dios ha llegado hasta nosotros en Jesús.
“La Virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrán por nombre: Emmanuel, que significa “Dios-con-nosotros”. (Miq. 5,1-4).
Un hogar sin madre es un espacio donde falta el calor del amor.
Dios lo es todo; procede de Él que, en el hogar de nuestra alma, por creer en su Amor, podamos decir a Dios, Padre, y Madre a María.
No neguemos a Jesús, que nos dio a su Madre desde su Amor crucificado.
Ø ¡Gracias María, por amarnos con el Amor que has conocido! ¡¡Felicidades!!
Federico Allara
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