JUNTO A LA CRUZ
ESTABA SU MADRE
Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS
Animación a la lectura
PALABRA DE DIOS
5 minutos en nuestro "día a día"
1 Timoteo 2,1-8
Juan 19, 25-27
25 Junto a la cruz de Jesús estaban su madre y la hermana de su madre, María, esposa de Cleofás, y María Magdalena. 26 Cuando Jesús vio a su madre y junto a ella al discípulo a quien él quería mucho, dijo a su madre: –Mujer, ahí tienes a tu hijo. 27 Luego dijo al discípulo: –Ahí tienes a tu madre. Desde entonces, aquel discípulo la recibió en su casa. |
DÍA 15 SEPTIEMBRE CICLO -C
Ayer
celebramos la exaltación de la Cruz, la glorificación de Cristo, desde
la misma Cruz, “volviendo al lugar que estaba “desde el principio”,
antes de la Creación-
Para
su descenso de los cielos la
Trinidad quiso hacer de la Mujer, su Madre.
Esta
es la dignidad del ser humano;
todos estamos llamados a ser custodios
del prójimo.
“Don” que,
no fue entendido por el primer ser
humano descendiente de Adán y Eva, Caín,
después de ser expulsados del paraíso, que mató a su hermano.
El
sentido de la maternidad humana es muy ancho y,
no sólo cuestión de la mujer.
Desde
la fe,
la visión del ser humano es esencialmente diferente de la relativización y
pensamiento del mundo sobre el hombre.
“Junto a la Cruz estaba
su Madre”
Junto a la Fiesta de la exaltación de la Cruz
está la memoria de Nuestra Señora de
los Dolores.
· María es signo de lo que ha supuesto la Vida, Muerte de Cruz y
Resurrección de Cristo en toda la Naturaleza, en toda criatura inocente y, en toda la
Humanidad, contrastada con la realidad
del mundo y de cada uno de nosotros, en la medida en que no aceptamos ni
optamos por Cristo, desde lo que sabemos y conocemos de Él, y lo
que vemos obrado en María.
La vida de María es para tener muy en cuenta la frase:
¿“Alguien puede comparar su vida de dolor con la mía”?; es, a semejanza de la de Jesús y por su mérito, pura, santa, inmaculada e inocente, para tanto sufrir.
·
María no es signo de dolor, sino de Paz, de Mujer fuerte; acostumbrada a “guardar en su corazón lo que no entendía” para meditarlo desde
la fe y la confianza puesta en Dios, que significa tener luz en la oscuridad de sus tiempos humanos para
ser testigo de la Verdad, que se le revelaba en novedad, cada día, en la Vida de su hijo, el Hijo de Dios.
· María no fue la dolorosa que llora, desconsolada, a los pies de la
Cruz; las lágrimas impiden ver el sol.
·
María no dejaba de contemplar la vida
desde la Luz del Sol y, por esto, la
contemplamos en su verdadero dolor de
Madre y corredentora, de pie, en oración confiada,
En el Calvario hubo dos conversiones; por supuesto por Jesús y, ¿por qué no por
la oración de María contemplando, con amor, a los dos crucificados con
Cristo y a los centuriones clavando en la Cruz a su hijo?
· María sabía que era Madre también de los hijos
asumidos por su naturaleza por Cristo desde
que, el Hijo de Dios llegó a sus entrañas hasta escuchar:
“Mujer, ahí tienes a tu
hijo”
Escuchemos atentamente el
texto de hoy; leámoslo para entenderlo.
Valoremos la fe que
Dios concede al más alejado a nivel humano; nunca lo estamos del
Corazón divino.
El
más opuesto a Jesucristo puede llegar a escuchar: “Ni en Israel he encontrado tanta fe”.
· María fue para Jesús un
regalo del Padre, que lo gozó en su Vida y en su Calvario.
¡Aceptémoslo de Dios en nuestra propia vida!
Federico Allara
SANTO DEL DÍA
A TANTO AMOR
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