domingo, 23 de marzo de 2025

“JESÚS SE ABRIÓ PASO ENTRE ELLOS 

Y SEGUÍA SU CAMINO

 Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS

Fray Federico Allara O.F.M

PALABRA DE DIOS

5 minutos en nuestro "día a día"

(Clic en los textos para leer)

Lucas 4,24-30

24 Y siguió diciendo:
–Os aseguro que ningún profeta es bien recibido en su propia tierra. 25 Verdaderamente había muchas viudas en Israel en tiempos del profeta Elías, cuando no llovió durante tres años y medio y hubo mucha hambre en todo el país. 26 Sin embargo, Elías no fue enviado a ninguna de las viudas israelitas, sino a una de Sarepta, cerca de la ciudad de Sidón. 27 También había en Israel muchos enfermos de lepra en tiempos del profeta Eliseo, pero ninguno de ellos fue sanado, sino Naamán, que era de Siria.
28 Al oir esto, todos los que estaban en la sinagoga se llenaron de ira. 29 Se levantaron y echaron del pueblo a Jesús. Lo llevaron a lo alto del monte sobre el que se alzaba el pueblo, para arrojarle abajo. 30 Pero Jesús pasó por en medio de ellos y se fue.

DÍA 24 MARZO  CICLO  -C 

Jesús vivió muchos años en Nazaret con María y José; sus coetáneos consideraban que eran sus padres.

Allí creció, aprendió el oficio de su padre y les obedeció, desde los doce años, después del misterio de haberse perdido en Jerusalén, en la casa de su Padre dialogando con los Maestros de la Ley en el Templo

La llegada del Mesías era esperada desde siglos, y era un “sentir común” por todos los hijos del Pueblo liberado de Egipto.

Para el pueblo hebreo ser creyentes, del Dios liberador y ser Pueblo, social, política y económicamente, era y es una misma cosa; que también lo debería ser entre nosotros como miembros de Cristo, siendo Iglesia. Sin embargo, nosotros lo vivimos todo separadamente y muy habitualmente confundido.

Cuando Jesús, en un gesto de amor al pueblo donde creció, les quiso decir quién era, realmente, fue el primer rechazo como signo de lo que iba a ser toda su vida de mesianismo.

“En verdad os digo que 

ningún profeta es aceptado en su pueblo”

Cuánto más nos conocemos más difícil es aceptar lo que asentimos de cualquier persona de fuera de casa. Es un error humano muy habitual, olvidando que Dios se manifiesta cuando menos lo esperamos, a veces de quien nos puede parecer imposible y de la manera más extraña.

Como personas, no digo sólo como creyentes, esperamos lo que necesitamos que nos llegue donde nosotros pensamos, cuando lo podemos recibir a la puerta de casa, e incluso dentro de ella.

Jesús les recuerda que en tiempos de Elías había muchas viudas en Israel,

“Pero fue enviado a una viuda de Sarepta, 

en el territorio de Sidón”

Le siguió el profeta Eliseo, existiendo en Israel muchos leprosos, pero

“Ninguno de ellos fue curado, 

sino Naamán, el sirio”

No nos gusta reconocer que, Dios nos envía mensajeros dándonos razones con hechos y momentos concretos, que no podemos negar “si sabemos ver”

“Al oír esto, todos en la sinagoga 

se pusieron furiosos y, levantándose, 

lo empujaron fuera del pueblo”

Del aprecio y de la admiración se puede pasar a la violencia agresiva si nos dejamos llevar del sentimiento, y no de la razón y de la madurez del corazón.

Otro signo de lo que iba a suceder más tarde; las autoridades furiosas lo empujarían hacia fuera de Jerusalén para morir, cuando Dios lo dispuso.

Es el último signo profético, que nos habla de la libertad de Jesús y de que todo le sucedía cumpliendo las profecías, que Jesús aceptaba.

“Jesús se abrió paso entre ellos 

y seguía su camino

En un mundo que se reconoce señor, Jesús sigue su camino en los seres humanos que le abren su hogar para cenar juntos.

 F. Allara


SANTORAL DEL DÍA

s. Toribio de Mogrovejo, obispo de Lima


SIGNOS DE AMOR 






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