“ESCUCHA ISRAEL”
Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS
PALABRA DE DIOS
5 minutos en nuestro "día a día"
(Clic en los textos para leer)
Marcos 12,28-34
DÍA 28 MARZO CICLO -C
Un
escriba,
hombre culto en conocimiento de la Ley, se
acercó a Jesús y le preguntó:
“¿Qué mandamiento es el primero
de todos?
Por ser escriba sabía los mandamientos y los
preceptos que, a lo largo del tiempo, ellos habían añadido como carga
para los demás. Jesús, en otro momento, dijo que “hicieran lo que
dicen, pero no lo que hacen, porque cargan
pesos en las espaldas de los demás, sin que ellos muevan un dedo en
llevarlas”
Jesús fue a lo esencial; lo enseñó con su Vida ejemplar.
Es curioso que, antes de pronunciarse el primer mandamiento
(Dt.6,4), se diga: “Escucha Israel”.
Cuando alguien nos dice: “Escucha”,
hemos de entender que se nos pide prestar toda la atención, que
significa, no sólo estar atentos a lo que se nos va a decir, sino que, además, debemos dejar prejuicios, no preparar
respuestas, no pensar que se sabe lo que se nos va a decir.
“Escucha”, dicho por Jesús hoy a tu vida y a la mía
es, además de lo anterior, disponer el corazón para poder
discernir sus palabras desde el amor.
Con Dios y con el prójimo, cuando no están estas premisas, no
escuchamos, aunque prestemos atención.
Poner estas premisas no significa disponer
la vida en manos de otros, porque podemos ser engañados.
·
Ser
prudentes significa saber quién me dice que escuche.
No poner estas premisas y el corazón, cuando quien nos pide escuchar es Dios, es no prestar atención y, no disponer la vida a “querer atender para
entender” lo que nos dice con su palabra y con sus actitudes.
No quiero reflexionar más sobre muchas de las
enseñanzas del texto; me parece tan importante la trascendencia de saber
escuchar que, es para detenernos a
pensar por qué, ante
situaciones importantes de la vida, se constata una disposición habitual, tal vez inconsciente, a no escuchar.
Pensemos en la trascendencia de no querer
escuchar a Dios, de no escucharse los esposos, ni los
padres a los hijos y éstos a los padres.
Como el Papa habla de la globalización de la indiferencia, me atrevo a decir
que hoy también existe la globalización
de no querer escuchar.
Hay situaciones reales, tratándose de Dios, de
familia, o de amistad, que no es prudencia no escuchar, sino
grave imprudencia.
Dijo el escriba:
“Amar al prójimo como a uno mismo
vale más que todos los holocaustos y sacrificios”
No estás lejos del Reino de Dios, le respondió Jesús.
Jesús
es el primer prójimo que amar y escuchar, creyentes y no creyentes.
Quien no se educa a saber escuchar está
lejos del más próximo.
F.
Allara
SANTORAL DEL DÍA
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