viernes, 28 de marzo de 2025

“TODO EL QUE SE ENALTECE 

SERÁ HUMILLADO”

Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS

Fray Federico Allara O.F.M

PALABRA DE DIOS

5 minutos en nuestro "día a día"

(Clic en los textos para leer)

Lucas 18,9-14

Parábola del fariseo y el cobrador de impuestos
Jesús contó esta otra parábola para algunos que se consideraban a sí mismos justos y despreciaban a los demás: 10 “Dos hombres fueron al templo a orar: el uno era fariseo, y el otro era uno de esos que cobran impuestos para Roma. 11 El fariseo, de pie, oraba así: ‘Oh Dios, te doy gracias porque no soy como los demás: ladrones, malvados y adúlteros. Ni tampoco soy como ese cobrador de impuestos. 12 Ayuno dos veces por semana y te doy la décima parte de todo lo que gano.’ 13 A cierta distancia, el cobrador de impuestos ni siquiera se atrevía a levantar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho y decía: ‘¡Oh Dios, ten compasión de mí que soy pecador!’ 14 Os digo que este cobrador de impuestos volvió a su casa perdonado por Dios; pero no el fariseo. Porque el que a sí mismo se engrandece será humillado, y el que se humilla será engrandecido.”

DÍA 29 MARZO CICLO -C

Esta parábola es para quienes confían en sí mismos considerándose justos.

·       ¿Qué referencia usamos para saber si somos justos?

Si no tenemos referencias nada más hace falta para saber que “no somos justos”.

Quien desprecia a los demás tiene en esto la referencia de “no ser justo”.

Si estos días hablamos de la globalización de la indiferencia es porque nos  hace referencia al  hombre moderno que se justifica a sí mismo ante Dios y ante el prójimo, es decir, “ante nada ni ante nadie”.

Jesús siempre habla para humanos creyentes; la parábola de hoy se refiere a dos personas orantes.

Si somos creyentes, ¿cuándo, dónde, cómo y a quién dirigimos la oración?

“¡Oh Dios!, te doy gracias 

porque no soy como los demás: 

hombres ladrones, injustos, 

adúlteros; ni tampoco ese publicano”

Este orante dice “lo que no es”, pero “no sabe quién es”, porque no lo dice. Incluso se fija y juzga al publicano sin conocerlo.

Esto es lo que demuestra ser: una persona que juzga a los demás desde la referencia de su propio yo.

No hace falta que nos lo diga Jesús; esta persona se ensalza a sí misma y condena a los demás sólo por saber que son publicanos.

“Ayuno dos veces por semana 

y pago el diezmo de todo lo que tengo”

Cumple la ley sin saber qué es el amor, y se goza de lo que tiene, conformándose con pagar el diezmo.

Es una manera de confundir la caridad cuando no importa el prójimo, que nos exige algo más que cumplir la ley; lo olvida y no reconoce que, lo que se almacena como propio hace injusta la tenencia de lo que es de los demás.

Jesús no va contra la propiedad, sino que advierte a quien almacena y se conforma en cumplir la ley ante Él.

Jesús hoy hablaría de otra manera; hoy se legaliza y se justifica robar, ser injusto y adultero, y habituarse a ser como los demás.

El publicano, juzgado por el “justo”, se queda atrás, sin atreverse a levantar los ojos, y reza así:

¡Oh Dios!, ten compasión de este pecador.

¿Quién se reconoce hoy pecador?

Puede que muchos nos manifestemos como tales, pero tenemos que preguntarnos sobre la referencia que nos permite decir que lo somos, o la que creemos que nos justifica de muchas injusticias no consideradas pecados; es decir, que hoy existe una sutil autojustificación de bondad, ocultando muchas debilidades que nos asemejan al hombre que se justificaba ante Dios.

“Os digo que este bajó justificado, 

y aquel no, porque 

el que se humilla será enaltecido”

Dios no consiente la humillación; exalta la sabiduría de la humildad. 

F. Allara


SANTORAL DEL DÍA

s. Eustasio, obispo de Nápoles


ESCÚCHAME, DIOS






jueves, 27 de marzo de 2025

 “ESCUCHA ISRAEL”

Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS

Fray Federico Allara O.F.M

PALABRA DE DIOS

5 minutos en nuestro "día a día"

(Clic en los textos para leer)

Marcos 12,28-34

El mandamiento más importanten
(Mt 22.34-40)
28 Al ver lo bien que Jesús había contestado a los saduceos, uno de los maestros de la ley, que les había oído discutir, se acercó a él y le preguntó:
–¿Cuál es el primero de todos los mandamientos?
29 Jesús le contestó:
–El primer mandamiento de todos es: ‘Escucha`, Israel, el Señor nuestro Dios es el único Señor. 30 Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas.’ 31 Y el segundo es: ‘Ama a tu prójimo como a ti mismo.’ Ningún mandamiento es más importante que estos.
32 El maestro de la ley dijo:
–Muy bien, Maestro. Es verdad lo que dices: Dios es uno solo y no hay otro fuera de él. 33 Y amar a Dios con todo el corazón, con todo el entendimiento y con todas las fuerzas, y amar al prójimo como a uno mismo, vale más que todos los holocaustos y que todos los sacrificios que se queman en el altar.
34 Al ver Jesús que el maestro de la ley había contestado con buen sentido, le dijo:
–No estás lejos del reino de Dios.
Y ya nadie se atrevió a hacerle más preguntas.

DÍA 28 MARZO  CICLO  -C

Un escriba, hombre culto en conocimiento de la Ley, se acercó a Jesús y le preguntó:

¿Qué mandamiento es el primero de todos?

Por ser escriba sabía los mandamientos y los preceptos que, a lo largo del tiempo, ellos habían añadido como carga para los demás. Jesús, en otro momento, dijo que hicieran lo que dicen, pero no lo que hacen, porque cargan pesos en las espaldas de los demás, sin que ellos muevan un dedo en llevarlas”

Jesús fue a lo esencial; lo enseñó con su Vida ejemplar.

Es curioso que, antes de pronunciarse el primer mandamiento (Dt.6,4), se diga: “Escucha Israel”.

Cuando alguien nos dice: “Escucha”, hemos de entender que se nos pide prestar toda la atención, que significa, no sólo estar atentos a lo que se nos va a decir, sino que, además, debemos dejar prejuicios, no preparar respuestas, no pensar que se sabe lo que se nos va a decir.

“Escucha”, dicho por Jesús hoy a tu vida y a la mía es, además de lo anterior, disponer el corazón para poder discernir sus palabras desde el amor.

Con Dios y con el prójimo, cuando no están estas premisas, no escuchamos, aunque prestemos atención.

Poner estas premisas no significa disponer la vida en manos de otros, porque podemos ser engañados.

·       Ser prudentes significa saber quién me dice que escuche.

No poner estas premisas y el corazón, cuando quien nos pide escuchar es Dios, es no prestar atención y, no disponer la vida a “querer atender para entender” lo que nos dice con su palabra y con sus actitudes.

No quiero reflexionar más sobre muchas de las enseñanzas del texto; me parece tan importante la trascendencia de saber escuchar que, es para detenernos a pensar por qué, ante situaciones importantes de la vida, se constata una disposición habitual, tal vez inconsciente, a no escuchar.

Pensemos en la trascendencia de no querer escuchar a Dios, de no escucharse los esposos, ni los padres a los hijos y éstos a los padres.

Como el Papa habla de la globalización de la indiferencia, me atrevo a decir que hoy también existe la globalización de no querer escuchar.  

Hay situaciones reales, tratándose de Dios, de familia, o de amistad, que no es prudencia no escuchar, sino grave imprudencia.

Dijo el escriba:

 “Amar al prójimo como a uno mismo 

vale más que todos los holocaustos y sacrificios” 

No estás lejos del Reino de Dios, le respondió Jesús.

Jesús es el primer prójimo que amar y escuchar, creyentes y no creyentes.

Quien no se educa a saber escuchar está lejos del más próximo.        

 F. Allara


SANTORAL DEL DÍA

s. Castor, mártir de Tarso



MUEVEME MI DIOS HACIA TI





miércoles, 26 de marzo de 2025

"EL QUE NO RECOGE CONMIGO DESPARRAMA"

Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS

Fray Federico Allara O.F.M

PALABRA DE DIOS

5 minutos en nuestro "día a día"

(Clic en los textos para leer)

Lucas 11,14-23

Acusación contra Jesús
(Mt 12.22-30; Mc 3.20-27)
14 Jesús estaba expulsando un demonio que había dejado mudo a un hombre. Cuando el demonio salió, el mudo comenzó a hablar. La gente se quedó asombrada, 15 aunque algunos dijeron:
–Beelzebú, el jefe de los demonios, es quien ha dado a este hombre poder para expulsarlos.
16 Otros, para tenderle una trampa, le pidieron una señal milagrosa del cielo. 17 Pero él, que sabía lo que estaban pensando, les dijo:
–Todo país dividido en bandos enemigos se destruye a sí mismo, y sus casas se derrumban una tras otra. 18 Así también, si Satanás se divide contra sí mismo, ¿Cómo mantendrá su poder? Digo esto porque afirmáis que yo expulso a los demonios por el poder de Beelzebú. 19 Pues si yo expulso a los demonios por el poder de Beelzebú, ¿Quién da a vuestros seguidores el poder para expulsarlos? Por eso, ellos mismos demuestran que estáis equivocados. 20 Pero si yo expulso a los demonios por el poder de Dios, es que el reino de Dios ya ha llegado a vosotros.
21 "Cuando un hombre fuerte y bien armado cuida de su casa, lo que guarda en ella está seguro. 22 Pero si otro más fuerte que él llega y le vence, le quita las armas en las que confiaba y reparte sus bienes como botín.
23 "El que no está conmigo está contra mí; y el que conmigo no recoge, desparrama.

DÍA 27 MARZO  CICLO -C

Es una reflexión de la Palabra ante la realidad intraeclesial que vivimos hoy.

·     ¿Puede existir un enamorado que no desee conocer objetivamente lo que ama, siendo posible hacerlo?

·       ¿Es posible que haya un creyente, me refiero a creer en Dios revelado, que nunca tenga en sus manos la Palabra de Dios? Porque tener el Evangelio en la mano es tener a Cristo vivo delante comunicándose en presente.

Un creyente católico vive sacramentalmente la fe; quiero decir que vive del encuentro con Jesús, por creerle resucitado revelando sus dichos y hechos en el hoy de nuestra relación personal con Él.

Jesús no era un mago. Fue un hombre que dijo e hizo cosas que hoy nos deben sorprender si lo escuchamos y vivimos en presente.

Pierde el tiempo y la lógica de su creencia quien dice que, eran otros tiempos, que no son los de hoy; porque dejar el Evangelio es dejar a Jesús.

Con esta manera de pensar sepultamos a Jesús y nos cerramos al encuentro con Él.

El Evangelio nos presenta hoy a una persona muda; la acción de Jesús sobre ella hace que el mudo empiece a hablar.

La gente quedó admirada. Tú y yo, viendo este hecho hoy, ¿nos admiramos?

No pretendo ocultar la realidad del diablo, que no es cosa del tiempo de Jesús, sino la de un ser espiritual que cree en Dios, pero que lo odia porque, habiendo sido creado libre, y para el servicio del bien, optó por rebelarse.

La acusación de Jesús a sus perseguidores es por saber qué piensan de sus milagros; dicen que son obra de estas criaturas espirituales rebeldes.

Tú y yo, que estamos viendo hablar a un mudo, ahora en presente, ¿qué dicimos?

Discernir que lo hacía con el poder de Belcebú, como dice Jesús, es contradecirse, porque sería el diablo quien echa al diablo; cuando su pretensión es engañar en presente y en propio hogar a todo ser humano.

“Todo reino dividido contra sí mismo va a la ruina”

Toda vida que no está ensamblada en su unidad se encamina a la ruina.

El mundo es una realidad absolutamente dividida, causada por el ser humano; lo que contrasta, en su buena filosofía y en su buena fe, es desear la verdad del amor y el bien y la felicidad y la paz y ver, a más progreso sólo humano, como constatamos que va cayendo casa por casa.

“Pero si lo hago con el dedo de Dios, 

entonces es que ha llegado a vosotros el reino de Dios”

También esto lo escuchamos hoy dicho por Jesús. Su reino está aquí, es Él.

“El que no está conmigo está contra mí; 

el que no recoge conmigo desparrama”

Dios es claro en su revelación; la indefinición es ofensa y un desparramar la vida; como lo es la indefinición ante un ser amado.

F. Allara


SANTORAL DEL DÍA

s. Ruperto, obispo de Salisburgo


CÚRAME