domingo, 2 de noviembre de 2025

DIOS NOS INVITA A SU BANQUETE

  Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS

Fray Federico Allara O.F.M

Animación a la lectura 

PALABRA DE DIOS

5 minutos en nuestro "día a día"

Romanos 11,29-36

Lucas 14,12-14

12 Dijo también al hombre que le había invitado:
–Cuando des una comida o una cena, no invites a tus amigos, a tus hermanos, a tus parientes o a tus vecinos ricos; porque ellos a su vez te invitarán, y quedarás así recompensado. 13 Al contrario, cuando des una fiesta, invita a los pobres, a los inválidos, a los cojos y a los ciegos; 14 así serás feliz, porque ellos no te pueden pagar, pero tú recibirás tu recompensa cuando los justos resuciten.

DÍA 3 NOVIEMBRE CICLO  C 

¡Muchas veces nos repiten los textos del Evangelio que, Jesús era invitado a comer en casa de algún fariseo!

No lo hacían porque le veían pobre, sino como fariseos, con actitud hipócrita.

·       Cuando se invita a comer a alguien es para compartir la amistad, la vida; es un gesto de amor abrir el propio hogar y sentar a la mesa a una persona, que no es de la familia.

Jesús nos alerta de ser conscientes de lo que nos mueve a invitar a una persona a sentarla a la mesa del hogar; puede significar varias actitudes personales, que revelan el por qué se hace y cómo somos.

La actitud farisaica es disimular el por qué y vivir la actitud de conseguir “lo que se quiere del invitado en provecho de algún interés personal”, que indica el desinterés y la falta de respeto a la dignidad de la persona convidada.

“Cuando des una comida o una cena, 

no invites a tus amigos, ni a tus hermanos, 

ni a tus parientes, ni a los vecinos ricos”

Jesús no prohíbe las comidas, o cenas, propias del seno de las familias que se aman y se reúnen a celebrar fechas o hechos de alegría, o de dolor, en la mesa del hogar como signo de unión familiar.

Todo lo que es verdad no lo prohíbe Dios; nos advierte, precisamente, de la hipocresía de los banquetes y de las celebraciones que están etiquetadas de intereses personales o sociales, de exageraciones propias de quienes se consideran ricos o con poder; desdicen la realidad ante el hecho de tantos humanos que, no tienen lo necesario para el sustento de sus vidas.

“Porque corresponderán invitándote”

Esta es la forma de banquetear del mundo de la riqueza y del poder; donde se repite el hecho de despreciar la misma comida, por abundante y por lo que se echa a perder, por estar hartos de pan mientras hay lázaros que, esperan las migajas que caen de la mesa, y que nadie se las da.

“Y quedarás pagado”

De estos banquetes se suele salir sonriente, pero no saciado; nada material es suficiente para saciar el espíritu.

El mundo poco o nada sabe del hambre del espíritu ni de lo que le sacia.

·       Jesús, antes de morir, sorprendió, a cuantos estaban en el Cenáculo, celebrando el Memorial de su Muerte y Resurrección a la vez que, instituía el sacerdocio ministerial para perpetuar, en el tiempo, su bautismo del Calvario; para que, su Cuerpo sacerdotal, formado por todos los bautizados, fuera invitado a aceptar el mandato de celebrar su Banquete-Sacrificio.

A este Mesa estamos libremente obligados a vivirla todos los bautizados; a ella acudimos los pobres, lisiados, cojos y ciegos.

-        Pobres, porque lo somos todos ante Dios, aunque algunos no se crean.

-        Lisiados, porque, si no físicamente, ¿quién no tiene alguna lesión espiritual?

-        Cojos, porque no todos pueden andar derechos; algo torcido nos enreda.

-        Ciegos, porque son pocos los bienaventurados que ven la Verdad de Jesús y su trascendencia para la libertad y la felicidad de vivir de la Fe.

Federico Allara


SANTORAL DEL DÍA

s. Silvia, madre de s. Gregorio Magno

s. Martín de Porres, religioso dominico


descansaré en tu presencia



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