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lunes, 27 de octubre de 2025

 DE ENTRE SUS DISCÍPULOS, 

ESCOGIÓ A DOCE DE ELLOS

  Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS

Fray Federico Allara O.F.M

Animación a la lectura 

PALABRA DE DIOS

5 minutos en nuestro "día a día"

Efesios 2, 19-22

Lucas 6,12-19

Jesús escoge a los doce apóstoles
(Mt 10.1-4; Mc 3.13-19)
12 Por aquellos días, Jesús se fue a un cerro a orar, y pasó toda la noche orando a Dios. 13 Cuando se hizo de día, reunió a sus discípulos y escogió a doce de ellos, a los cuales llamó apóstoles. 14 Estos fueron: Simón, a quien puso también el nombre de Pedro; Andrés, hermano de Simón; Santiago, Juan, Felipe, Bartolomé, 15 Mateo, Tomás, Santiago hijo de Alfeo; Simón el celote, 16 Judas, hijo de Santiago, y Judas Iscariote, que traicionó a Jesús.
Jesús enseña a mucha gente
(Mt 4.23-25)
17 Jesús bajó del cerro con ellos, y se detuvo en un llano. Se habían reunido allí muchos de sus seguidores y mucha gente de toda la región de Judea, y de Jerusalén y de la costa de Tiro y Sidón. Habían venido para oir a Jesús y para que los curase de sus enfermedades. 18 Los que sufrían a causa de espíritus impuros, también quedaban sanados. 19 Así que toda la gente quería tocar a Jesús, porque los sanaba a todos con el poder que de él salía.

DÍA 28 OCTUBRE  CICLO  C

El Evangelio es el mismo, desde ayer y para siempre, porque lo es Jesús, Dios y Hombre.  Verdadero.

Como el Evangelio es Cristo, cada día, aun repetido, es Palabra Viva, que llega por el Espíritu a nuestro espíritu, siempre nueva.

·       En Jesús vemos la diferencia entre vivir en Gracia y hacer oración.

Toda la Vida de Jesús fue mesiánica; en todo, lo que decía y hacía, era su libertad obedeciendo la voluntad del Padre.

Esto es vivir en Gracia de Dios, desde la cual, todo es dicho y hecho en Presencia de Dios y Dios en Presencia nuestra. Jesús así vivía,

“Subía al monte a orar, y pasaba las noches orando a Dios”

-       Su ejemplo nos dice que, no es suficiente, aun siendo un gran regalo de Dios, poder vivir en Gracia, sino que, el amor, a su Ser Amor y a la Misericordia de habérnoslo revelado, nos exige “pasar tiempos”, de nuestra vida, dedicados sólo a Él en oración por nuestro propio bien.

La fe, que nos da Luz para conocer el Amor, es la que nos hace comprender que “Amor con amor se paga”; así lo han entendido los que nos han trasmitido su Vida de fe; han amado mucho “el Amor” y han recibido de Dios el premio que da “el amor”; no se han contentado con vivir en Gracia y ofrecer sus vidas. Han sabido orar.

·       Orar da la sabiduría de entender que, amar desde la fe “es obedecer a Dios”

“Cuando se hizo de día, después de orar al Padre, llamó a sus discípulos y escogió de entre ellos a Doce”

El Padre y el Hijo son uno; pero el Hijo encarnado, y nacido como Hombre verdadero, obedece al Padre, no por Ley, sino por Amor, para cumplir, como Mesías Salvador, según su voluntad; no es el Hijo dependiendo del Padre, sino Cristo Redentor y Salvador según la voluntad del Padre.

·   La Vida de Jesús es toda de fe; la razón y el corazón no son capaces de entender lo que nos dice el Amor, y sólo el Amor, al ver la Vida de Jesús y a Dios crucificado.

Una de las exigencias de la fe, en el Dios revelado en Cristo, es la diferencia esencial de los Doce y todos los demás discípulos para entender que, lo que ha dicho Jesús, y lo que han vivido los Doce, por lo que fueron elegidos, no es igual a todos los bautizados por más que, participemos de la Naturaleza divina al ser bautizados y miembros del Cuerpo Resucitado de Cristo y, Moisés dijera que, ojalá llegara el día en que todo el Pueblo profetizara.

Atribuirnos, los bautizados, lo que es exclusivo de Pedro, y del Magisterio de la Iglesia, es sobrepasar los límites que Dios nos concede con el bautismo.

-   Nos conviene tener presente que, los Doce elegidos no eran hombres perfectos, sino pecadores y traidores; hasta el mismo Pedro; para reconocer que, la Iglesia peregrina no es de bautizados perfectos, sino de pecadores.

No pensemos que nosotros, al margen de “Pedro”, podemos ser purificadores, de una Iglesia pecadora, siendo también nosotros pecadores.

Sólo Cristo ha sido la puerta estrecha de nuestra salvación, a quien los Santos han obedecido libremente y, se han identificado con Él para ser eficaces desde dentro de la Iglesia; no dependiendo sólo de nosotros estar dentro.

La Sociedad que, no respeta y obedece la jerarquía de sus valores pronto se resquebraja y, se hunde en su propia edificación.

Federico Allara


SANTORAL DEL DÍA

SANTOS SIMON Y JUDAS


MAR ADENTRO






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