jueves, 11 de septiembre de 2025

DULCE NOMBRE DE MARÍA

 Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS

Fray Federico Allara O.F.M 

Animación a la lectura 

PALABRA DE DIOS

5 minutos en nuestro "día a día"

Lucas 1,26-38

Un ángel anuncia el nacimiento de Jesús
26 A los seis mesesñ envió Dios al ángel Gabriel a un pueblo de Galilea llamado Nazaret, 27 a visitar a una joven virgen llamada María que estaba comprometida para casarse con un hombre llamado José, descendiente del rey David. 28 El ángel entró donde ella estaba, y le dijo:
–¡Te saludo, favorecida de Dios! El Señor está contigo.
29 Cuando vio al ángel, se sorprendió de sus palabras, y se preguntaba qué significaría aquel saludo. 30 El ángel le dijo:
–María, no tengas miedo, pues tú gozas del favor de Dios. 31 Ahora vas a quedar encinta: tendrás un hijo y le pondrás por nombre Jesús. 32 Será un gran hombre, al que llamarán Hijo del Dios altísimo: y Dios el Señor lo hará rey, como a su antepasado David, 33 y reinará por siempre en la nación de Israel. Su reinado no tendrá fin.
34 María preguntó al ángel:
–¿Cómo podrá suceder esto, si no vivo con ningún hombre?t
35 El ángel le contestó:
–El Espíritu Santo se posará sobre tiu y el poder del Dios altísimo se posará sobre ti como una nube. Por eso, el niño que va a nacer será llamado Santo e Hijo de Dios. 36 También tu parienta Isabel, a pesar de ser anciana, va a tener un hijo; la que decían que no podía tener hijos está encinta desde hace seis meses. 37 Para Dios no hay nada imposible.
38 Entonces María dijo:
–Soy la esclava del Señor. ¡Que Dios haga conmigo como me has dicho!
Con esto, el ángel se fue.

 DÍA 12 SEPTIEMBRE  CICLO  -C


¡Cómo podemos pagar al Señor el bien que nos ha hecho al salir de Sí mismo por amor, para ser Agua pura de las almas sedientas que, a tientas, como los ciegos, buscan y esperan anhelantes la Verdad, como la única Luz del único amanecer, que vence todo atardecer cuando la negra noche cubre de muerte la vida sinsentido!

·   Fe es la gratuidad, siempre inmerecida, de la realidad del único Dios, que entra silenciosamente en el alma, de todo ser amado, como Señor, que la ha creado como lugar de su Presencia divina y humana.

La Fe es razonada por el alma iluminada al no ser cuestión de la sola razón; es la respuesta, que espera el alma, de nuestra libertad.

Esta es la revelación interna de la propia libertad cuando es tan humilde, como pura de esclavitud, para abrir la vida al Dios que aguarda el sí de cada alma libre, que sabe agradecer la Luz que la ilumina sin ocaso disipando todo temor al entender que, el amor no tiene límites de horizontes temporales ni divinos.

·   Cuanto más es el amor, mayor es la Luz que permite conocer al Dios de la fe presente en el alma.

“Vaciedad” es querer pensar a Dios y deducir de Él lo que piensa la razón.

Si fuéramos capaces de conocer la verdad de un amor humano sería vano pensarlo y, dudar de agradecerlo negándonos a abrir nuestra alma al amor.

Jesús dijo a la mujer samaritana “¡Si conocieras el Don de Dios! (Jn 4.1ss)

Quien por pura gratuidad conoce, a su medida, el Amor de Dios trinitario, sabe que es “necedad pensarlo”; el amor es la mejor virtud para crecer en gratitud y en fe; es la medida de conocimiento objetivo de la Verdad.

“El Nombre de Jesús es fundamento de la fe, Cristo es Luz del alma, franquicia de la vida, piedra de salvación eterna” (S. Bernardino de Siena)

·       Jesús, fundamento de la fe, es el “verdadero Dios nacido de Mujer” (Gal.4,4).

“Jacob engendró a José, el esposo de María, de la cual nació Jesús”. (Mt1,1s)

Si dulce es el Nombre de Jesús, ¿alguien duda de llamar a María por su Nombre y no sentir en su propia alma su paz de Madre, llena de Dios?

Como el niño, que tiene la suerte de dormir en paz en brazos de su madre, así es la paz del alma de quien vive la fe, despierto en brazos de María.

Sobrarían muchos pensamientos inútiles si, “razón y corazón” se inclinaran sobre Cristo-Amor-crucificado permaneciendo unidos a María, de pie, confiada, al pie de la Cruz, ¡ayudándonos a entender el Amor divino!

“El Nombre de Jesús es el brillo de los predicadores, porque de él les viene la claridad luminosa, la validez su mensaje y la aceptación de su palabra por los demás”. (S. Bernardino de Siena).

María nos lleva a Jesús; su alma vive su vocación de Madre, que es la de vivir y morir de amor por el Hijo.

Descanse nuestra alma inquieta en María; si Dios se preocupa de nuestra vida, María no cesa de ser Madre, hasta vernos a todos en el Cuerpo de su Hijo, en vida resucitados.

¡Bendito sea el Dulce Nombre de María!                                                          

Federico Allara


MARÍA DEL MUNDO








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