“EL VINO NUEVO SE ECHA
EN ODRES NUEVOS”
Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS
5 minutos en nuestro "día a día"
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Génesis 27, 1-5.15-29
Mateo 9,14-17
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DÍA 5 JULIO CICLO -C
Cuando
hablamos de lo nuevo, como de la palabra progreso, ha de estar referido a “algo o a alguien”
para que sea cierta su objetividad;
este “algo o alguien” no puede
ser relativo, o arbitrario, si se pretende edificar sobre base segura donde sea posible perseverar;
palabra inútil hoy; lo que priva es, precisamente, lo inmediato variable.
Nos
movemos dentro de una cultura
relativa; lo que era verdad, y ley hace poco, hoy no lo es; sin más objetividad que
la del progreso del poder ideológico dominante,
donde las verdades están en función de las mayorías.
Ante
esta realidad hemos de vivir la fe en Dios. No es fácil.
-
Este
relativismo ha penetrado en el campo religioso
también como progreso, que no pretendo negar,
pero sí que sea razonado lo nuevo,
“el vino nuevo”, desde la objetividad de “lo esencial”.
-
Donde
lo esencial se convierte en relativo no hay vino ni odres nuevos.
“¿Por qué nosotros y los fariseos
ayunamos a menudo y,
en cambio,
tus discípulos no ayunan?”
¿Quiénes somos los fariseos y quiénes los
discípulos hoy?
- No se trata de ayunar o no, sino de vivir desde el amor y no desde la ley.
- “No cuenta la circuncisión o la
incircuncisión, sino la criatura nueva”.
Cuando la verdad que nos mueve, en relación con Dios o el prójimo y, más en
concreto con las personas con las que convivimos, es el amor, y si éste
es verdadero, no hay ley. El amor
nunca relativiza obligaciones ni derechos.
Para la persona que ama nada le resulta
penoso ni penitencial porque, cuanto
dice y hace es por amor. ¡Qué poco conocemos el sentido de la
penitencia!
-
Tanto “quien cumple como quien no” la referencia es siempre la ley.
-
Para el amor, que es lo nuevo establecido por
Jesús, no hay ley.
-
El planteamiento del “por qué del ayuno o de
la penitencia” no era cuestión de Jesús ni de sus discípulos.
Plantearlo desde un progreso cultural o
religioso es caer, de nuevo, en el fariseísmo; opuesto
a ser odres nuevos.
Desde la realidad y experiencia de la fe en
Jesús es:
no haber entendido su amor ni lo esencial invariable de la fe.
Un progreso
cultural, o religioso, donde
todo es relativo, sin que nada sea esencial, donde
se pueda edificar, no deja de ser lo que
dijo Jesús:
“Nadie echa un remiendo de paño
sin remojar a un manto pasado,
porque la pieza tira del manto
y deja un roto peor”
La vida de la fe ha sido un permanente progreso en
conocimientos y en ayuda a la Humanidad, en cada tiempo de la Historia. Lo puede negar quien lo desconoce o mira lo imperfecto desde su
ideología.
Odres
nuevos es
haber crecido en fe, y en amor a Cristo, como lo han hecho los verdaderos creyentes en cada tiempo de su
historia, haciendo posible…
“Que las dos cosas se
conserven”
Quien rechaza todo lo nuevo, o quien lo hace de todo lo viejo, pienso que, en él no está ni “el vino ni en el odre nuevo”. Federico Allara
SANTORAL DEL DÍA
S. Antonio María Zacarías, sacerdote,
fundador de los Barnabitas
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