PRESENCIA DE JESÚS RESUCITADO
BAJO LAS APARIENCIAS DE PAN Y VINO
Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS
5 minutos en nuestro "día a día"
(Haz Clic en los textos para leer y orar
Génesis 14,18-20
1 Corintios 11,23-26
Lucas 9,11-17
SOLEMNIDAD DEL CUERPO
Y LA SANGRE DE CRISTO
“Yo he recibido una tradición,
que procede del Señor” (1 Cor 11,23-26)
· El primer texto que nos
habla de la Eucaristía es de Pablo, que no conoció a Jesús.
Nos muestra el valor que supone la Tradición para la Iglesia católica; nos da a conocer lo que vivieron las primeras Comunidades
cristianas, desde la fe en Jesús.
Pienso
que la frase del Evangelio que nos debería mover a discernir nuestro espíritu es:
“Comieron todos y se saciaron” (Lc
9,11-17);
es del Evangelio de la multiplicación de los panes.
- Los
cuatro Evangelios sinópticos narran el hecho de la
multiplicación de los panes; Marcos
y Mateo hacen dos narraciones; una de ellas fuera de territorio judío.
- El examen de nuestro espíritu ha de ser sobre la realidad que
celebramos los creyentes católicos: la donación que hizo Jesús de su
Vida con este signo en la Cena de despedida de sus discípulos.
·
Hemos de revivir el momento en que Jesús lo
hizo.
No se trata de una simple institución para
un cumplimiento legal de los creyentes.
·
La Vida de Jesús fue cumplir la Ley y
superarla con Amor.
Jesús celebró su propia Pascua con los discípulos; dentro de ella les lavó
los pies como gesto de mayor humildad
y servicio de amor hacia el prójimo; nos da ejemplo para que lo hagamos
también nosotros.
-
¡Qué difícil es arrodillarse ante el prójimo
que amamos, no para lavarles los pies, sino como gesto
de amor y servicio incondicional!
- Más difícil aún es hacerlo con enemigos, como Jesús, porque sus discípulos eran los
primeros que le iban a traicionar.
El rey de Salén, que era Jerusalén, Melquisedec,
sacerdote del Dios Altísimo, como le llamaban a Dios los cananeos, sacó pan y vino y lo bendijo para
bendecir a Abrán; Aún no se le llamaba Abrahán (Gen. 14,18-20).
Jesús no les da pan y vino bendecidos como recuerdo,
o celebración del pasado, sino que les
da su propio Cuerpo, que iba a
ser entregado-condenado, y su Sangre que
iba a ser derramada; hecho que no entendieron sus discípulos cuando les
decía esto.
No nos quedemos con la palabra “institución
de la Eucaristía”.
Jesús, como Sacerdote del orden de Melquisedec, hizo lo que nadie puede hacer:
- Anticipar
la donación de su Cuerpo Resucitado, antes de ser entregado para morir, como
mandamiento de testimonio celebrado ante el mundo hasta que vuelva.
Si los discípulos no entendían que tenía que padecer, ¿qué pudieron entender ante las palabras de Jesús:
“Esto es mi Cuerpo que se entrega por vosotros.
Haced esto en
memoria mía”?
-
No se trata de entender sino de creer, ellos y nosotros.
- Ante el Cuerpo y la Sangre de Jesús no hay
más prueba que sus palabras y nuestra
fe en Él.
La Eucaristía no
es un milagro que se pueda probar. Sólo se puede vivir desde la fe.
Este es el punto donde la razón puede llegar al culmen de un saber:
-
Doblándose ante la realidad de Cristo Resucitado Sacramentado,
-
O permanecer fría ante la realidad del Dios dado en Amor, como
nadie en la vida lo ha hecho, para salvar al enemigo.
La fe
y el amor suplieron, en los discípulos, lo
que les faltaba de entendimiento y “quedaron saciados” antes de ocurrir lo más grave: su propia traición y abandono, y la condena a muerte de Jesús, muriendo crucificado y siendo sepultado, para Resucitar al tercer día.
No solo era la Presencia de Jesús, que los llamó a seguirle, sino que, por fe vivieron y creyeron en Jesús resucitado, dado bajo las apariencias de pan y vino.
·
Este
es el Misterio del Amor divino.
- Te invito a ponerte delante del Cuerpo y la
Sangre de Jesús, para que dialogues con Él.
- Quien no llegue a creerlo como Dios que lo piense como madre, hermano o como
hijo.
-
No nos quedemos con los escritos que nos
llegan abundantes y no dejan de ser letra.
- Jesús ha existido y, lo que celebramos ha sido historia, que ha
cambiado la vida de millones de seres humanos para bien de la Humanidad.
- Adoremos a Cristo en su Cuerpo y su Sangre
hoy; como amigo te pido que intentes ser
capaz de dialogar con Él.
- Quédate con el recuerdo de haber podido vivir
un encuentro con Él en
tu tiempo y en tu realidad; valora esta posibilidad, aunque sólo sea
humanamente.
Nosotros, creyentes católicos, sacerdotes y feligreses, que celebramos la Eucaristía todos los días:
-
¿Quedamos saciados?
- ¿Valoramos con fe lo que significa poder tener
a Cristo resucitado en el Altar y alimentar nuestra fe de su Cuerpo y de su
Sangre?
Os deseo un gran día de la celebración de la
Solemnidad del Cuerpo y de la Sangre de Cristo y vivir unidos, cada día, en la celebración de su Memorial.
Rezo por vosotros, no os olvidéis de hacerlo
por mí ante Él. ¡Gracias!
Que la
bendición de Dios os llene de paz.
Federico Allara
PANGE LINGUA GLORIOSI
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