jueves, 1 de mayo de 2025

SEGUIMOS ESCANDALIZÁNDONOS HOY

Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS

Fray Federico Allara O.F.M  

PALABRA DE DIOS

5 minutos en nuestro "día a día"

(Haz Clic en los textos para leer y orar)

Mateo 13,54-58

54 y llegó a su propia tierra,y donde comenzó a enseñar en la sinagoga del lugar. La gente, admirada, decía:
– ¿De dónde ha sacado este todo lo que sabe? ¿Cómo puede hacer tales milagros? 55 ¿No es este el hijo del carpintero?z Y su madre, ¿no es María? ¿No son sus hermanosa Santiago, José, Simón y Judas, 56 y no viven sus hermanas también aquí, entre nosotros? ¿De dónde ha sacado todo esto?
57 Y no quisieron hacerle caso. Por eso, Jesús les dijo:
–En todas partes se honra a un profeta, menos en su propia tierra y en su propia casa.
58 Y no hizo allí muchos milagros, porque aquella gente no creía en él.

DÍA 1 DE MAYO CICLO -C

Fiesta de S. José obrero.

Al margen de la causa de la fiesta litúrgica de hoy digno es que, el hombre, destinado a ser el esposo de María y hacer de padre de Jesús, fuera un carpintero en aquel tiempo; un ejemplo más de vida para nuestra reflexión.

Hoy no es referencia lo religioso, todo se contempla bajo el prisma político; dejemos para los reivindicadores la manera de vivir este día. Nosotros, desde la fe, nos admiramos, una vez más, que, tanto María como José tuvieran que seguir siendo los que eran con más preocupación, peligro, y trabajo de protección después de la Encarnación del Hijo de Dios.

Dios-con-nosotros es uno más. Esto sigue escandalizando cuando no se le tiene por Dios y Señor.

El amor hace que una familia esté unida en el trabajo, en las dificultades, en la enfermedad, en el dolor; el amor no cambia la realidad, pero transforma el valor y el sentido de la vida de los amados y pueden ser felices en medio de la tribulación.

Si al amor le unimos la verdad de la fe, tenemos lo suficiente para vivir en paz y para entender que, el Omnipotente Dios es quien acompaña nuestra vida como amigo y como Dios, dando sentido temporal y eterno a la vida de los que se confían a su Presencia humilde, pero divina.

Es natural que se ponga por primera lectura la creación del hombre y el dominio sobre lo creado.

María y José son la mejor referencia para entender que hemos sido creados a imagen y semejanza de Dios; en ellos vemos que, tal hecho se hace realidad en la vida de los que se confían a Dios.

Sus vidas nos sirven de ejemplo ante el sentido del dominio de las cosas.

Es don de Dios dominar lo creado, pero puede haber un error en quien piensa que el dominio le puede llevar a conocer la razón de ser del Universo sin Dios; y también a pensar que las riquezas son la seguridad de la vida, cuando la vida es la única riqueza que “administramos”, porque no es de nuestra propiedad. Nos equivocamos  cuando pensamos que podemos hacer lo que queramos con nuestra vida y con la de los demás

Las vidas de María y José nos muestran cómo se puede amar en medio de las mayores aparentes adversidades, que para ellos eran reales, y cómo es el amor el que realiza la verdad del hogar, y no lo que podamos tener.

Cuando falta la armonía de la unidad y de la verdad en la persona nada sirve para crear el espacio de experiencia de amor en ella, en el hogar y menos en la sociedad.

¡Cómo debía ser de ejemplar la vida de María y José, y la del considerado hijo, Jesús!

Pero no sirven la vida de amor, de trabajo, de testimonio de fe, cuando la mirada se fija en lo poco que conocemos de la verdad de las personas y de los hechos, y sobre todo, si sus vidas nos interrogan a una trascendencia para bien.

¿No es el hijo del carpintero? 

¿No es su Madre María

Entonces, ¿de dónde saca todo esto?

Hoy resaltamos la vida de José, obrero, un sencillo hombre de Nazaret, llamado a vivir la vocación más grande de la vida, después de la de María, como hombre que supo estar en el hogar.

Un hogar que no tuvo un lugar fijo y estable, sino que tuvo que acomodarse a las exigencias de la vida y del temor, protegiendo la vida del Hijo de Dios y la de su esposa, María.

“Y, pues que el mundo entero te mira y se pregunta,

di tú cómo se junta, ser santo y carpintero.

la gloria y el madero, la gracia y el afán,

tener propicio a Dios y escaso el pan” 

(Himno de Laudes).

El trabajo es don de Dios. Desde el momento de la Creación Dios lo impuso al ser humano para dominio de lo creado como testigo de Dios. Dice San Pablo: Quien no trabaje que no coma”

·       Es una exigencia de la dignidad humana tener trabajo y trabajar.

·       Es un derecho natural que hemos de tener en cuenta; sobre todo los que disponen de medios de autoridad, de poder y económicos; porque no es una caridad dar trabajo, sino que es algo que corresponde a la dignidad del hombre.

“Y vio Dios que todo era bueno”

Hasta Dios nos ha dado ejemplo. Jesús también fue carpintero.

Federico  Allara


SANTORAL DEL DÍA

s. José Obrero Esposo de la B. V. María, 

protector de los trabajadores


SURGE VALENTÍA






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