JESÚS SALIÓ AL ENCUENTRO
DE LAS MUJERES
Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS
PALABRA DE DIOS
5 minutos en nuestro "día a día"
(Haz Clic en los textos para leer y orar)
Mateo 28.8-15
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DÍA 21 ABRIL CICLO -C
La
primera condición humana que deberíamos tener es la de valorar el don de la
fe en el Dios verdadero porque,
humanamente, se llega a conseguir lo que se desea y se ama.
Cuando
se mide lo que es el don de la fe, en Dios, no puede dejar de ser
deseada
para la vida humana
· El espíritu humano jamás puede
sustituir al Creador de todo lo creado,
porque ninguna criatura apaga la sed que tiene nuestro espíritu.
Este es el principio del don
de la fe.
Tampoco
apaga la sed cualquier dios que se acomode a la razón o al corazón.
·
Otra
condición que ayuda a desear el don de la fe es conocer y vivir lo que ha supuesto, en los seres
humanos de todos los tiempos, haber tenido la experiencia de Dios.
Nada
es Dios lo que solo es fruto de nuestro pensar o sentir, sino lo que sólo
Él da a experimentar de su Ser.
Es
trabajo de los estudiosos de la Escritura darnos razón, y nos las dan, de las
diferencias con que los textos nos narran la
Resurrección de Jesús, que conocemos por la experiencia de los testigos,
incluido S. Pablo.
La
resurrección es un hecho histórico
y científico;
ocurrió en el tiempo y fue comprobado pragmáticamente por los testigos,
siendo un hecho único, que nadie puede saber el momento y la hora, pero
sí la trascendencia de los que lo vieron y tocaron su Cuerpo resucitado.
Solo Jesús ha resucitado en la
Historia de la Humanidad.
Muchas
son las cosas que nos creemos con menos pruebas que las que se exigen
para saber del Hecho Jesús de Nazaret.
No
hay más prueba que la del encuentro con el Crucificado-Resucitado.
Nuestra
fe,
que es Don de Dios, pasa por creer
a los testigos, que tuvieron la necesidad del encuentro con Jesús para
creer.
“Las mujeres fueron al sepulcro
donde había sido sepultado el cuerpo de Jesús”
Mateo
nos dice que, después que “un Ángel les dijo que vieran la tumba vacía, se
marcharon a toda prisa del sepulcro” llenas de miedo y de
alegría.
Pero no fue suficiente, fue Jesús quien les salió al encuentro.
“No temáis: id a comunicar a mis hermanos
que vayan a
Galilea; allí me verán”
Dios ha querido, para mayor evidencia de su
verdad que, los primeros testigos de su resurrección fueran mujeres; llamadas a ser apóstoles de sus hermanos,
los Once y sus discípulos.
Lo que sigue del texto es tan absurdo, “que los discípulos habían
robado su Cuerpo”, que sobra cualquier comentario.
Valoremos
el Don de la verdadera fe en el verdadero Dios porque, después de la vida, no hay otro don mayor qué dé sentido integral a todo lo que
supone vivir la propia vida con sentido y poder convivir.
Federico Allara
SANTORAL DEL DÍA
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