domingo, 20 de abril de 2025

JESÚS SALIÓ AL ENCUENTRO 

DE LAS MUJERES

  Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS

Fray Federico Allara O.F.M

PALABRA DE DIOS

5 minutos en nuestro "día a día"

(Haz Clic en los textos para leer y orar)

Mateo 28.8-15

Jesús se aparece a las mujeres
Las mujeres se alejaron a toda prisa del sepulcro, asustadas pero, a la vez, con mucha alegría, y corrieron a llevar la noticia a los discípulos. En esto, Jesús se presentó ante ellas y las saludó. Ellas, acercándose a Jesús, le abrazaron los pies y le adoraron. 10 Él les dijo:
–No tengáis miedo. Id a decir a mis hermanos que se dirijan a Galilea, y que allí me verán.
Los soldados sobornados
11 Mientras las mujeres iban de camino, algunos soldados de la guardia llegaron a la ciudad y contaron a los jefes de los sacerdotes todo lo que había sucedido. 12 Estos jefes se reunieron con los ancianos para, de común acuerdo, dar mucho dinero a los soldados 13 y advertirles:
–Decid que durante la noche, mientras dormíais, los discípulos de Jesús vinieron y robaron el cuerpo. 14 Y si el gobernador se entera de esto, nosotros le convenceremos y os evitaremos dificultades.
15 Los soldados tomaron el dinero e hicieron como se les había dicho. Y esa es la explicación que hasta el día de hoy circula entre los judíos.

DÍA 21 ABRIL  CICLO  -C

La primera condición humana que deberíamos tener es la de valorar el don de la fe en el Dios verdadero porque, humanamente, se llega a conseguir lo que se desea y se ama.

Cuando se mide lo que es el don de la fe, en Dios, no puede dejar de ser deseada  para la vida humana

·       El espíritu humano jamás puede sustituir al Creador de todo lo creado, porque ninguna criatura apaga la sed que tiene nuestro espíritu.

Este es el principio del don de la fe.

Tampoco apaga la sed cualquier dios que se acomode a la razón o al corazón.

·       Otra condición que ayuda a desear el don de la fe es conocer y vivir lo que ha supuesto, en los seres humanos de todos los tiempos, haber tenido la experiencia de Dios.

Nada es Dios lo que solo es fruto de nuestro pensar o sentir, sino lo que sólo  Él da a experimentar de su Ser.

Es trabajo de los estudiosos de la Escritura darnos razón, y nos las dan, de las diferencias con que los textos nos narran la Resurrección de Jesús, que conocemos por la experiencia de los testigos, incluido S. Pablo.  

La resurrección es un hecho histórico y científico; ocurrió en el tiempo y fue comprobado pragmáticamente por los testigos, siendo un hecho único, que nadie puede saber el momento y la hora, pero sí la trascendencia de los que lo vieron y tocaron su Cuerpo resucitado. Solo Jesús ha resucitado en la Historia de la Humanidad.

Muchas son las cosas que nos creemos con menos pruebas que las que se exigen para saber del Hecho Jesús de Nazaret.

No hay más prueba que la del encuentro con el Crucificado-Resucitado.

Nuestra fe, que es Don de Dios, pasa por creer a los testigos, que tuvieron la necesidad del encuentro con Jesús para creer.

“Las mujeres fueron al sepulcro 

donde había sido sepultado el cuerpo de Jesús”

Mateo nos dice que, después que “un Ángel les dijo que vieran la tumba vacía, se marcharon a toda prisa del sepulcro” llenas de miedo y de alegría.

Pero no fue suficiente, fue Jesús quien les salió al encuentro.

“No temáis: id a comunicar a mis hermanos 

que vayan a Galilea; allí me verán”

Dios ha querido, para mayor evidencia de su verdad que, los primeros testigos de su resurrección fueran mujeres; llamadas a ser apóstoles de sus hermanos, los Once y sus discípulos.

Lo que sigue del texto es tan absurdo, que los discípulos habían robado su Cuerpo”, que sobra cualquier comentario.

Valoremos el Don de la verdadera fe en el verdadero Dios porque, después de la vida, no hay otro don mayor qué dé sentido integral a todo lo que supone vivir la propia vida con sentido y poder convivir.                      

Federico  Allara


SANTORAL DEL DÍA

s. Anselmo, arzobispo de Canterbury 

y doctor de la Iglesia



LA LUZ DE JESÚS




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