domingo, 28 de abril de 2024

 HASTA UNA ORACIÓN PUEDE CREAR REBELDÍA 

 Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS

Fray Federico Allara O.F.M

Animación a la lectura PALABRA DE DIOS

5 minutos en nuestro "día a día"


(Clic en los textos para leer)


1 Juan 1,5-2,2

Salmos 102

Mateo 11, 25-30

Sólo el Hijo sabe quién es el Padre
(Lc 10.21-22)
25 Por aquel tiempo, Jesús dijo: “Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has mostrado a los sencillos las cosas que ocultaste a los sabios y entendidos. 26 Sí, Padre, porque así lo has querido."
27 “Mi Padre me ha entregado todas las cosas. Nadie conoce realmente al Hijo, sino el Padre; y nadie conoce realmente al Padre, sino el Hijo y aquellos a quienes el Hijo quiera darlo a conocer. 28 Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os haré descansar. 29 Aceptad el yugo que os impongo, y aprended de mí, que soy paciente y de corazón humilde; así encontraréis descanso. 30 Porque el yugo y la carga que yo os impongo son ligeros”

DÍA 29 ABRIL  CICLO   -B

                                                                                                  

Hoy el evangelio nos trae una oración de Jesús.

Pensemos en la realidad de los escritos del Evangelio; nada ponemos en duda. Aclaramos que, lo que leemos y proclamamos son palabras de los evangelistas, atribuidas a Jesús después de muchos años.

Es una oración de experiencia.

Con el título quiero expresar que, en forma de oración se revela el valor de la humildad y de la sencillez para conocer a Dios y, al mismo tiempo, se declara a los sabios y entendidos que se les oculta la Verdad que piensan que conocen.


“Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra,

porque  has mostrado a los sencillos

las cosas que ocultaste a los sabios y entendidos”


La humildad no la pide Dios para ser conocido, es la realidad del ser humano si es capaz de mirarse a sí mismo y reconocer su propia condición.

Humildad es sabiduría cuando se acepta que nacemos siendo los seres más necesitados de los vivientes al vernos dependientes de los demás durante toda la vida. Cuando se piensa que no es así, puede que sea cuanto más se utiliza a los demás en beneficio propio, olvidando su condición humana.

Si no somos humildes en reconocer nuestra condición, ¿cómo podemos desear llegar a tener la necesidad de conocer a Dios desde nuestra medida?


“Nadie conoce al Padre, fuera del Hijo y a quien el Hijo lo quiere revelar”


Jesús no habla de Dios, sino de Dios Padre y, ¿podemos dudar de que no lo quiera revelar a toda la Humanidad, cuando envió a sus Apóstoles a que fueran a todas las naciones a proclamar su Buena Noticia?

Los sabios y entendidos no conocían a Dios Padre.

Entendemos porqué Jesús ora al Padre en boca de los evangelistas:

·       Para que los sabios y entendidos, y los seres humanos de todos los tiempos, seamos humildes

·       Para aceptar la humildad y la humillación de Dios en Cristo Jesús en el hecho de encarnarse y nacer como Hombre verdadero.

No hay sabiduría humana que pueda llegar a entenderlo, pero sí ser capaces de creerlo desde la humildad, cuando es el fin divino por el que vivimos.


“Venid a Mí los que estáis cansados y agobiados, Yo os haré reposar”


Primero debemos saber cuál es nuestro cansancio y cuál nuestro agobio, pues detrás de muchas apariencias de poder está la pobre realidad del ser.

¿Dónde, en qué y en quién buscamos el descanso del agobio?

Jesús sabe escuchar en calma, nos conoce, nos ama, y nos saluda con la paz.

Yugo es lo que nos sujeta con otros y también el medio por el que podemos ser conducidos por quienes tienen poder sobre nosotros.


“Aceptad mi yugo, haceos discípulos míos, que soy sencillo y humilde de corazón”


Jesús nos libera para que seamos libres. Su poder de corazón es el amor.

No habla de su dignidad, sino que muestra su humildad:


“Aprended de Mí”

“En Mí hallaréis el reposo que deseáis. Mi carga es ligera” 

         

 F. Allara


SANTO DEL DÍA

S. CATALINA DE SIENA, VIRGEN, DOCTORA DE LA IGLESIA, 

PATRONA DE EUROPA Y DE ITALIA


PERMANECER EN TI

Jesús, contigo quiero estar, me regalas la paz del corazón

Señor, no soy digno de tenerte, pero tu a mi casa quieres entrar...

Quiero permanecer en Ti y que tu permanezcas en mí...






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