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sábado, 26 de julio de 2025

ENSÉÑANOS A ORAR

 Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS

Fray Federico Allara O.F.M

PALABRA DE DIOS

5 minutos en nuestro "día a día"

(Haz Clic en los textos para leer y orar

Lucas 11,1-13

Jesús y la oración
(Mt 6.9-15; 7.7-11)
11
Estaba Jesús una vez orando en cierto lugar. Cuando terminó, uno de sus discípulos le rogó:
–Señor, enséñanos a orar, lo mismo que Juan enseñaba a sus discípulos.
Jesús les contestó:
–Cuando oréis, decid:
'Padre,c santificado sea tu nombre.
Venga tu reino.
Danos cada día el pan que necesitamos.
Perdónanos nuestros pecados,
porque también nosotros perdonamos
a todos los que nos han ofendido.
Y no nos expongas a la tentación.'
También les dijo Jesús:
–Supongamos que uno de vosotros tiene un amigo, y que a medianoche va a su casa y le dice: 'Amigo, préstame tres panes, porque otro amigo mío acaba de llegar de viaje a mi casa y no tengo nada que ofrecerle.' Sin duda, aquel le contestará desde dentro: '¡No me molestes! La puerta está cerrada y mis hijos y yo estamos acostados. No puedo levantarme a darte nada.' Pues bien, os digo que aunque no se levante a dárselo por ser su amigo, se levantará por serle importuno y le dará cuanto necesite. Por esto os digo: Pedid y Dios os dará, buscad y encontraréis, llamad a la puerta y se os abrirá. 10 Porque el que pide, recibe; el que busca, encuentra y al que llama a la puerta, se le abre.
11 "¿Acaso algún padre entre vosotros sería capaz de darle a su hijo una culebra cuando le pide pescado? 12 ¿O de darle un alacrán cuando le pide un huevo? 13 Pues si vosotros, que sois malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡Cuánto más el Padre que está en el cielo dará el Espíritu Santo a quienes se lo pidan!"


XVII DOMINGO T. ORDINARIO  CICLO  -C


Génesis 18,20-32

    En el comentario del texto de ayer puse sobre la mesa el escándalo que nosotros consentimos; ¡nosotros!, ante la muerte de millones de inocentes, durante siglos, mientras muchos se preguntan ¿por qué lo consiente Dios?

No es Dios nuestra común referencia, sino el color político o religioso que se practica. Cada uno desde su color ve a unos justos y a otros culpables, y a Dios “consintiendo”.

Dios “consiente” por Amor, decía ayer; porque todos somos merecedores de su Justicia por ser “parciales” en el juicio de los hechos.

En el texto del Génesis vemos como Abrahán no tiene otro argumento para dialogar, intercediendo ante Dios por Sodoma, que el de la Justicia: “No sería justo que Dios castigara de forma que murieran inocentes juntamente con los que son culpables”.

Dios es Justo “consintiendo” lo que pasa habitualmente en el mundo porque, ante la injusticia del mundo todos somos culpables; unos por ser causa, y otros por consentir.

¿Crees, de verdad, que tú eres inocente ante la realidad, con derecho a juzgar a Dios?

Abrahán intercede por Sodoma porque su función, como luego será la de Moisés, es pedir a Dios por su Pueblo; también porque, Abrahán tenía a sus familiares viviendo allí; la actitud es diferente, si los otros no tienen nombre, a cuando son familiares.

Para Dios todos somos sus hijos, inocentes y culpables.

¡Qué grande es, ante Dios, que haya seres humanos justos e imparciales que le agraden!  

“En atención a los diez no la destruiré”

Dios es Amor de eterna Misericordia y no necesita “ni diez ni uno” para ser Justo.

No olvidemos que nuestra vida, como la de los habitantes de Sodoma, necesita de su Misericordia para ser salvados de una muerte eterna; y, por nuestra salvación, no necesitó de diez justos, sino a su Hijo, el único inocente, para salvarnos por Amor.

Lucas 11,1-13

Ante Abrahán y Moisés nos deberíamos detener mirando cómo oran a Dios intercediendo por el Pueblo; también los discípulos se admiraban de ver rezar a Jesús.

Se nota cuando una persona practica la oración” a cuando “ora con fe, amor y confianza”.

La actitud no se improvisa; orar no es cuestión de momentos puntuales; oremos como quien ha meditado hasta asombrarnos de poder relacionarnos, personalmente, con Dios, desde la experiencia de fe; ver a Dios presente escuchándonos y dialogando con nosotros.

Hablar de oración es admirarnos de la fe en Dios.

·    Orar es pura Gracia suya, que da el Don de poder relacionarnos desde donde ha establecido su morada: el alma

·       Orar es vivir la experiencia de que, el abismo, que nos separa de Dios, sólo Él lo ha llenado de Amor para poder vivir el Don de su Presencia.

·       Orar es agradecer la Fe.

No somos nosotros quienes nos elevamos hasta Dios; es el único Dios verdadero quien se ha acercado hasta nuestro hogar. Ora el humilde que agradece ser amado por Dios.

Los discípulos estaban acostumbrados a tiempos, a modos y a oraciones hechas.

Nosotros podemos ver cumplida la oración por la práctica litúrgica, los sacramentos y los tiempos a ella dedicados; cuando, orar es algo más, si pensamos realmente en Dios.

Estamos acostumbrados a decir que Jesús nos enseñó el Padre nuestro.

Me llama la atención que Lucas suprima “nuestro”, y se detenga en la palabra “Padre” para resaltar lo “nuestro” en la petición del pan y en lo que es común a todos de “sabernos pecadores y de perdonarnos”.

·       Jesús fue, y es para nosotros, modelo de oración por su fe en el Padre, por su confianza puesta en Él.

De día se acercaba al prójimo en su itinerancia y las noches las dedicaba a su Padre.

Las gentes se admiraban de Jesús al verle orar, separado, ausente de toda realidad exterior; y también se admiraban de su cercanía durante el día y, la comunión de amor por el prójimo

·    El amor al prójimo, que Dios lo eleva como garantía del amor a Él, se consigue conociendo el AMOR; y el mejor modo de conocer a DIOS Y SU AMOR es la ORACIÓN.

Nos hace falta “vivir momentos de separación de toda la realidad que nos circunda” para volver a ella con amor, desde la paz que da haber estado “separado a solas con Dios”.

Esta comunión con el prójimo, como “regreso del hábito de estar con Dios”, nada tiene que ver con la solidaridad con el prójimo. La comunión con el prójimo es imparcial.

·     Desde el amor a Dios, y desde el Amor que recibimos de Dios, se aprende a amar.

Francisco de Asís se “separó del mundo, se adentró en la escucha del crucificado” hasta ser capaz de buscar, amar y convivir con los leprosos, de quienes huía cuando era del mundo.

Ojalá este domingo, que el Evangelio pone la Oración Única con la que, Jesús respondió a la petición de sus discípulos que les enseñara a rezar nos ayude a repensar por qué muchos creyentes se inclinan a modos, manera y medios buscando consuelo y paz y no desean conocer, ni entrar en la vida de los místicos, que nos ofrece la Iglesia católica, como verdaderos expertos en fe, amor y vida de habitual relación con Dios; ellos son, por Gracia, instrumentos válidos para conocerlo, creerlo y amarlo.

No confundamos la oración con la necesidad de relajación; el mejor relax es la paz.

¡Cuántos Santos han sido modelos de oración y de comunión con el prójimo, siendo el medio por el que muchos han llegado al conocimiento de Dios y se han convertido, después de vivir alejados de Él, o confundida la fe y la misma oración!

·     Dios nos dé la Gracia de ser inoportunos; de no cansarnos de estar con Dios; no sólo para pedir, sino para admirarnos de tener el Espíritu Santo en nuestra alma.

·     Dios nos conceda la experiencia de sentir su Presencia; da el Espíritu a quien se lo pide.

No olvidemos que, Dios está Presente siempre, como su Reino establecido en el mundo; el misterio” de desconocer, de pasar la vida buscando, o de vivirlo sustituyéndolo, es nuestro.

¡El Padre nuestro es mucho más que una oración! 

Jesús, con la enseñanza del Padre nuestro, nos revela la forma de orar, de creer, de amar y de poder vivir en medio del mundo.                                                                   

Federico Allara


El autor, que es quien nos comparte  

la Reflexión a la PALABRA DE DIÓS cada día, 

nos hace llagar este libro, 

desde su experiencia interior compartida, 

la ORACIÓN DE JESÚS:

"PADRE NUESTRO "ABBA"

El abismo del Amor."


(Ciic en el nombre y la imagen)



SANTORAL DEL DÍA




 

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