¿QUIÉN TE HA DADO SEMEJANTE AUTORIDAD?
Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS
PALABRA DE DIOS
5 minutos en nuestro "día a día"
5 minutos en nuestro "día a día"
Números 24, 2-7.15-17
Los
sumos sacerdotes y los ancianos (hombres maduros en
humanismo y en fe), sabían que eran custodios
del Templo y, acuden a Jesús
después de haber echado a los que lo habían convertido en mercado.
“¿Con qué autoridad haces esto?
¿Quién te ha dado semejante
autoridad?”
-
¡Qué
paradoja! Dios interrogado por los mismos que le debían su autoridad.
-
¡Qué
peligroso es tener poder y ejercerlo con autoridad!
- Quien
tiene el poder,
sea quien sea quien da la “autoridad”, demuestra
ser poco “anciano” si se olvida de preguntarse a quién le debe
esa asignación y, actúa con
orgullo como si no le debiera nada a nadie.
Los
sumos sacerdotes y los ancianos del Templo no se interrogan ante la vida,
las palabras y los hechos de Jesús; cegados sus ojos y sus
mentes no advierten que desatienden al pueblo; no temen a Dios porque, como dijo Jesús, “si creyeran a Abrahán y a Moisés…” tendrían otra actitud ante Mí.
- Cuando
la religión
no
es
vida desde Dios, se convierte en una confusión existencial no advertida, que no sirve para
gozar del equilibrio y de la paz que da el don de la fe, ni sirve para
dialogar y menos para dar testimonio.
- Así
es el hombre de la modernidad; subido sobre su
autonomía, que se ha dado a sí mismo, no se interroga sobre quien le ha
dado la vida; al contrario, se cree absoluto
en su ser.
- Así
puede ser el creyente autónomo, a
semejanza de los sumos sacerdotes y ancianos, interrogando sobre la autoridad de la Iglesia.
El
hombre moderno y el creyente autónomo han superado
el momento de haber necesitado plantearse a Dios; viven establecidos sobre
la indiferencia, cada uno en su lugar; ya no les importa que exista
o no; el verdadero Dios revelado, cuya
garantía es la Iglesia, para
ellos no cuenta desde Ella.
Aun
así, la contradicción está en decir que, “si Dios existiera haría
algo ante la realidad de nuestro mundo, cada vez más inhumano y,
de la misma Iglesia, cada vez más dividida.
· La objetividad
y existencia de “temor del hombre sobre
el hombre”, “nación sobre nación” en este mundo, y la realidad eclesial, lo crea, de forma permanente, “la
autoridad” y “el poder” mal
entendido del mismo ser humano.
- Poco
importa, a quien no se plantea la objetividad de su fe, el diálogo que
Jesús pretendía con los sumos sacerdotes y los ancianos.
“El bautismo de Juan
¿de
dónde venía, del cielo o de los hombres?”
Tenemos el testimonios de reyes, personas que han dejado “el poder”
y el bienestar de sus palacios, de religiosos y laicos de toda edad y condición
que, fieles a Dios desde la Iglesia
han sido testigos de la Verdad.
Estos
testigos ¿lo
han sido por el CIELO, DIOS, o por criterios religiosos humanos?
Dios engendra
LA PALABRA; no es propio de Dios el silencio. Todo habla de Él.
Dios
enmudece ante el hombre que le sustituye, porque “Eterna es su Misericordia” y,
sabe esperar pacientemente.
Federico Allara
SANTORAL DEL DÍA

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